1. ° Los Pastores.
—
Son los elegidos por Dios como los representantes de la humanidad, para
hacerles la primera manifestación de Jesús.
— La razón de ser ellos los elegidos, fue su sencillez...
Jesús Niño se comunica a los corazones sencillos como de niños.
— La sencillez encuentra
a Dios por los caminos más simples y más directos.
— La sencillez es fe que
todo lo cree, como los pastores..., es obediencia ciega, como la de aquéllos.
Los pastores, ni siquiera
se enorgullecieron por ello..., oyen la voz del ángel y aceptan con sencillez
la invitación...; es todo lo contrario del amor propio, que todo lo quiere
pensar y calcular a su modo.
— Pon la dosis de amor propio de tu corazón en los pastores y no
hubieran ido a Belén..., a lo mejor hacían el ridículo..., a lo mejor era mentira...,
etc. — Así habla el amor propio.
— ¡Qué distinto de la fe,
de la obediencia y de la humildad propias de la sencillez!
— ¿Cómo está esta virtud en tu corazón?...
2. ° Alegría de la Virgen.
—
¡Qué alegría recibiría la Santísima Virgen cuando les vio y escuchó lo que le
contaron!
— En premio de su fe y sencillez, María toma a Jesús, se lo
enseña... y se lo da..., para que se recreen con el Niño.
— ¡Qué premio el de la sencillez y el de la obediencia!
— ¡Poseer a Jesús!... Pero advierte que quien
da a Jesús es María.
Es la primera manifestación de Jesús y quiere que sea por medio
de su Madre... Es la primera entrega que hace de Sí mismo a los hombres y se entrega
por medio de María.
— Eva comió el fruto
prohibido..., se lo enseñó a Adán..., se lo dio y nos perdió... María enseña el
fruto de su seno purísimo a los pastores... y en ellos a todos los hombres, se
lo da y nos salva.
Jesús es el Salvador, pero por medio de María..., ni se recibe
sino de María..., ni hay otro camino para llegar a Él sino María... Nunca se
halla a Jesús sin María, como dice San Buenaventura.
— Y por tanto, no es posible aislar a Jesús de María...
Hallaremos a Jesús en brazos de María, como los pastores y al postrarnos como
ellos a los pies de Jesús, también nos postraremos, a la vez, a los pies de
María...
3. ° Los Reyes Magos.
—
Una revelación especial les lleva a Belén..., una estrella aparece en el Cielo
y una inspiración suena en su corazón... y dóciles a este llamamiento, se ponen
en camino.
—Mira qué docilidad y qué prontitud en su obediencia... En
seguida lo dejan todo..., patria, casa, familia, comodidades, por emprender un camino
largo y sumamente penoso.
— Humanamente esto era
una locura... Convéncete de una vez, que para el mundo y para la prudencia de
la carne, parecen locuras las cosas de Dios... y, no obstante, tú debes amar y
buscar esas divinas locuras.
— Recuerda el momento de ocultarse la estrella... ¡Qué dudas!...,
¡Qué vacilaciones!..., ¿Se habrían equivocado?... ¿No sería mejor volverse para
atrás? Piensa qué hubiera sido de los Magos, si así lo hubieran hecho. ¡Qué
lástima!..., estar a las puertas de conseguir su destino y al fin de su
viaje... y volverse perdiéndolo todo... ¡Qué imagen más perfecta de tu
inconstancia!... No olvides que sólo el que persevera, triunfa y que la
constancia es distintivo del amor...
4. ° Llegada a Belén.
—
Mírales ya en Belén. El triunfo es completo..., la estrella vuelve y les guía
hasta la misma cueva donde está el Niño.
— Otra dificultad. Ellos, Reyes que buscan un Rey, ¿van ahora a
entrar en una cueva de animales?, ¿van a adorar a un Niño que no tiene más cuna
que un pesebre?
—
He aquí el mérito de la fe: no se guía por apariencias y cree lo que no ve... A
través de aquella pobreza, los Magos descubren la divinidad y la adoran.
Contémplales en el momento de ofrecerle sus dones y medita en su
significado... Aquí todo habla de sacrificio y todo nos anima a él...
Sacrificio por amor, que representa el oro... Sacrificio por la oración, que simboliza
el incienso... Sacrificio por la mortificación y penitencia exterior, que
significa la mirra.
— Sólo por el sacrificio se encuentra a Jesús.
—Sólo el sacrificio es el don que agrada a Jesús.
5. ° La Madre con el Hijo.
—
Dice el Evangelio: «y encontraron al Niño con su Madre, María.
—
No despreciemos este detalle... Otra vez tenemos que el Evangelio nos lo
recuerda: «el Niño está con su Madre»... María aquí aparece instruyendo a los
gentiles por primera vez... Por Ella entran los Magos y con Ella el mundo
pagano, en el Cristianismo.
— A Ella debemos nuestra fe... Aprendamos a adorar y amar a
Jesús siempre en los brazos de su Madre y por medio de Ella, ofrezcámosle hoy
al Niño querido, nuestros dones y nuestro corazón.
Pensemos
que también para nosotros hay una estrella..., una vocación que hemos de seguir
a pesar de todas las dificultades..., aunque llegue a ocultarse y no veamos el
término a donde vamos a parar.
—
Seamos fieles en seguir esa vocación y constantes a toda prueba.
—
No desechemos ninguna inspiración del Cielo, que tantos bienes nos puede traer.
En
fin, veamos que para nosotros hay también otra estrella que siempre luce y
brilla..., que nunca se oculta... y que si queremos, siempre la podemos seguir...
Esta estrella es María, nuestra Madre querida.
— Ella nos guiará y nos alentará en los
momentos difíciles.
—
No tienes más que levantar los ojos y mirarla y siempre la verás alumbrando los
pasos de tu vida y guiando los movimientos de tu corazón: — «Mira a la estrella siempre, invoca a María», dice
San Bernardo.
“MEDITACIONES
SOBRE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA”.
ILDEFONSO RODRÍGUEZ VILLAR— 1940.