viernes, 29 de diciembre de 2017

PRIMEROS ADORADORES.





1. ° Los Pastores. 







— Son los elegidos por Dios como los representantes de la humanidad, para hacerles la primera manifestación de Jesús.

— La razón de ser ellos los elegidos, fue su sencillez...
Jesús Niño se comunica a los corazones sencillos como de niños.

— La sencillez encuentra a Dios por los caminos más simples y más directos.

— La sencillez es fe que todo lo cree, como los pastores..., es obediencia ciega, como la de aquéllos.
   Los pastores, ni siquiera se enorgullecieron por ello..., oyen la voz del ángel y aceptan con sencillez la invitación...; es todo lo contrario del amor propio, que todo lo quiere pensar y calcular a su modo.

— Pon la dosis de amor propio de tu corazón en los pastores y no hubieran ido a Belén..., a lo mejor hacían el ridículo..., a lo mejor era mentira..., etc. — Así habla el amor propio.

— ¡Qué distinto de la fe, de la obediencia y de la humildad propias de la sencillez!

— ¿Cómo está esta virtud en tu corazón?...




2. ° Alegría de la Virgen. 






— ¡Qué alegría recibiría la Santísima Virgen cuando les vio y escuchó lo que le contaron!

— En premio de su fe y sencillez, María toma a Jesús, se lo enseña... y se lo da..., para que se recreen con el Niño.

— ¡Qué premio el de la sencillez y el de la obediencia!

 — ¡Poseer a Jesús!... Pero advierte que quien da a Jesús es María.
   Es la primera manifestación de Jesús y quiere que sea por medio de su Madre... Es la primera entrega que hace de Sí mismo a los hombres y se entrega por medio de María.

— Eva comió el fruto prohibido..., se lo enseñó a Adán..., se lo dio y nos perdió... María enseña el fruto de su seno purísimo a los pastores... y en ellos a todos los hombres, se lo da y nos salva.
   Jesús es el Salvador, pero por medio de María..., ni se recibe sino de María..., ni hay otro camino para llegar a Él sino María... Nunca se halla a Jesús sin María, como dice San Buenaventura.

— Y por tanto, no es posible aislar a Jesús de María... Hallaremos a Jesús en brazos de María, como los pastores y al postrarnos como ellos a los pies de Jesús, también nos postraremos, a la vez, a los pies de María...




3. ° Los Reyes Magos. 






— Una revelación especial les lleva a Belén..., una estrella aparece en el Cielo y una inspiración suena en su corazón... y dóciles a este llamamiento, se ponen en camino.

—Mira qué docilidad y qué prontitud en su obediencia... En seguida lo dejan todo..., patria, casa, familia, comodidades, por emprender un camino largo y sumamente penoso.

— Humanamente esto era una locura... Convéncete de una vez, que para el mundo y para la prudencia de la carne, parecen locuras las cosas de Dios... y, no obstante, tú debes amar y buscar esas divinas locuras.

— Recuerda el momento de ocultarse la estrella... ¡Qué dudas!..., ¡Qué vacilaciones!..., ¿Se habrían equivocado?... ¿No sería mejor volverse para atrás? Piensa qué hubiera sido de los Magos, si así lo hubieran hecho. ¡Qué lástima!..., estar a las puertas de conseguir su destino y al fin de su viaje... y volverse perdiéndolo todo... ¡Qué imagen más perfecta de tu inconstancia!... No olvides que sólo el que persevera, triunfa y que la constancia es distintivo del amor...




4. ° Llegada a Belén. 






— Mírales ya en Belén. El triunfo es completo..., la estrella vuelve y les guía hasta la misma cueva donde está el Niño.

— Otra dificultad. Ellos, Reyes que buscan un Rey, ¿van ahora a entrar en una cueva de animales?, ¿van a adorar a un Niño que no tiene más cuna que un pesebre?

— He aquí el mérito de la fe: no se guía por apariencias y cree lo que no ve... A través de aquella pobreza, los Magos descubren la divinidad y la adoran.

Contémplales en el momento de ofrecerle sus dones y medita en su significado... Aquí todo habla de sacrificio y todo nos anima a él... Sacrificio por amor, que representa el oro... Sacrificio por la oración, que simboliza el incienso... Sacrificio por la mortificación y penitencia exterior, que significa la mirra.

— Sólo por el sacrificio se encuentra a Jesús.

—Sólo el sacrificio es el don que agrada a Jesús.






5. ° La Madre con el Hijo.






— Dice el Evangelio: «y encontraron al Niño con su Madre, María.

— No despreciemos este detalle... Otra vez tenemos que el Evangelio nos lo recuerda: «el Niño está con su Madre»... María aquí aparece instruyendo a los gentiles por primera vez... Por Ella entran los Magos y con Ella el mundo pagano, en el Cristianismo.

— A Ella debemos nuestra fe... Aprendamos a adorar y amar a Jesús siempre en los brazos de su Madre y por medio de Ella, ofrezcámosle hoy al Niño querido, nuestros dones y nuestro corazón.
  Pensemos que también para nosotros hay una estrella..., una vocación que hemos de seguir a pesar de todas las dificultades..., aunque llegue a ocultarse y no veamos el término a donde vamos a parar.

— Seamos fieles en seguir esa vocación y constantes a toda prueba.

— No desechemos ninguna inspiración del Cielo, que tantos bienes nos puede traer.
En fin, veamos que para nosotros hay también otra estrella que siempre luce y brilla..., que nunca se oculta... y que si queremos, siempre la podemos seguir... Esta estrella es María, nuestra Madre querida.

 — Ella nos guiará y nos alentará en los momentos difíciles.

— No tienes más que levantar los ojos y mirarla y siempre la verás alumbrando los pasos de tu vida y guiando los movimientos de tu corazón: — «Mira a la estrella siempre, invoca a María», dice San Bernardo. 



“MEDITACIONES SOBRE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA”.

ILDEFONSO RODRÍGUEZ VILLAR— 1940.





martes, 26 de diciembre de 2017

EL NACIMIENTO.






1. ° Ingratitud de los suyos.



— Mira cómo se cumplen al pie de la letra aquellas palabras: «vino a los suyos y los suyos no le recibieron».

— ¡Qué ignorancia de las cosas de Dios!

— ¡Si ellos hubieran sabido lo que iba a pasar en aquella noche!... Pero he ahí el mérito de la sumisión y resignación en las manos de Dios..., no pensar en el por qué, ni en el para qué, dispone el Señor las cosas de ese modo.
   Por otra parte, aquellos pudieron tener disculpa de su ignorancia..., pero nosotros, ¿no tenemos miles de pruebas para conocer las cosas de Dios y saber quién es El y dónde se encuentra?

   Pedir perdón al Señor de las muchas veces que ha querido entrar en nuestro corazón, y nosotros no le hemos admitido...; de las muchas veces que Él ha deseado hacer algo..., quizá algo grande, con nosotros y lo hemos estorbado.

— En fin, temamos y temblemos, pues no sabemos la responsabilidad que de esto tenemos y la cuenta que hemos de dar a Dios por ello.




2. ° El Nacimiento.


— Si el olvido y el abandono y el desprecio fue el modo cómo los suyos recibieron a Jesús, contempla ahora a María..., penetra en el interior de la cueva y... mira con santa curiosidad todo lo que allí pasa.

— Iluminada por el Espíritu Santo, ha comprendido María que el momento del Nacimiento de su Hijo ha llegado... y, naturalmente, aunque cansada del penoso y largo viaje, no quiere descansar.

   Ahora más que nunca, se entrega a fervorosísima oración... Sus ardientes anhelos y fervorosos suspiros, hacen una violencia irresistible al corazón de Dios... Se deja vencer por la oración de María, y cuando Ésta ha llegado al grado más elevado de aquel éxtasis de amor, el Espíritu Santo hace que de repente..., de un modo milagroso..., al abrir María sus ojos, se encuentre entre los pliegues de su manto..., blanco como un copo de nieve..., bello más que los ángeles..., al Hijo de Dios e hijo suyo.

— María Virgen antes del parto, es virgen sin mancilla en el parto..., como el rayo del sol sale por un cristal, sin romperlo y sin mancharlo..., así nació el Hijo de María.
   Acércate mucho, sin miedo alguno, y contempla aquella escena.

—Jesús va a recibir la primera adoración, y con ella las primeras caricias de una Madre... María adora a su Dios allí vivo... real y físicamente presente..., pero como Madre, se cree con derecho a tomar a aquel Niño y estampar en sus mejillas delicadas sus primeros besos... ¡Qué besos más ardientes!..., ¡Qué abrazos más efusivos!..., ¡Qué caricias más tiernas!... Excita tu imaginación, que todo será nada, para pintar esta escena.

   Jesús no siente la pobreza del establo..., ni el frío de la noche..., porque lo primero que han visto sus ojos al abrirlos a la luz de este mundo, ha sido el rostro de su Madre.

— Recuerda el encanto de un niño pequeño cuando sonríe al contemplar algo agradable para sus ojuelos, y piensa cómo sería la sonrisa de Jesús al ver a su Madre tan pura..., tan bella..., tan hermosa.

— Madre e Hijo parece que no se hartan de contemplarse mutuamente... y esta mirada de María, es consuelo y alegría para Jesús... y la mirada de Jesús es aumento de gracia y santidad para María.

   Con qué respeto y devoción, y al mismo tiempo ternura y delicadeza iría la Santísima Virgen envolviendo aquel cuerpecito de su Hijo en los blancos y pobres pañales... y con qué dolor y pena tan profundos, le colocaría en las pajas del pesebre... Ella fue la primera que meditó en esta verdad que tenía delante de sus ojos... ¡Dios en un pesebre!... ¡Dios abrazado con la pobreza tan estrechamente, que ni casa, ni habitación tiene para nacer!... ¡Qué será la pobreza cuando así aparece inseparablemente unida al Hijo de Dios! Pide a María que te la dé a conocer, para que ames esta virtud.







3. ° El Hijo Primogénito.


— Dice el Evangelio, que María dio a luz a su Hijo Primogénito... Si fue primogénito, esto es, el primero, es porque luego debió tener otros hijos, y así es por dicha nuestra.

—Jesús es el primero..., es el hermano mayor..., pero luego vinimos nosotros, que también somos hijos de María.

— ¡La Madre de Dios es nuestra Madre!... Jesús es nuestro hermano... ¡Hermanos de Cristo!... ¿Lo has pensado bien?... ¿Te has detenido a considerar lo que esto significa de parte de Dios y de parte tuya?

— De parte de Dios, es el colmo de la bondad y del amor para contigo...; de parte tuya, es la mayor gloria y dignidad a que puedes aspirar..., es el título dulcísimo que ni a los ángeles ha querido dar... María es Reina de los ángeles, pero no es Madre suya como lo es nuestra.

 — Así, ante la cuna de Jesús..., en presencia de esta Madre, medita y saborea estas dulcísimas verdades...






4. ° Acércate antes de terminar a María y pide la por unos momentos te deje en tus brazos a su Hijo..., recréate con El..., abrázale y mímale con toda clase de caricias... y, sobre todo, estréchale tan fuertemente, que le metas hasta lo más hondo de tu corazón.

— Suplícale que cambie su cuna y pesebre por tu corazón, que allí le darás más abrigo y calor.

— En fin, pide al Niño que te enseñe a amar a su Madre... Pide a la Madre que te enseñe a amar a Jesús.

   Piensa que la vida de Jesús comienza mirando a María y... también en la Cruz termina mirándola a Ella... ¿No querrá decirte con eso que Él quiere que toda tu vida se deslice también bajo la mirada de María?... ¡Qué dulce es pensar que así vivimos alumbrados y consolados con la luz de los ojos de María!... Aprende a mirar a María y a recordar que Ella siempre te mira sin cesar...





“MEDITACIONES SOBRE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA”.

ILDEFONSO RODRÍGUEZ VILLAR— 1940.



DEL NACIMIENTO DE JESUCRISTO NUESTRO SEÑOR EN EL PORTAL DE BELÉN.



MEDITACIÓN PRIMERA.


Punto primero.


   Primeramente se ha de considerar lo que hizo el Verbo eterno encarnado en las entrañas de su Madre, cuando llegó la hora de salir de ellas.
   Ponderando lo primero, que así como no quiso anticipar el tiempo de su nacimiento, tampoco quiso dilatarle, sino nacer puntualmente cumplidos los nueve meses, para manifestarse al mundo con un entrañable deseo de comenzar su carrera con gran fervor y alegría de corazón, cumpliéndose lo que dijo David: Alegróse como gigante para correr su carrera; de lo sumo del cielo es su salida, sin parar hasta el otro extremo (Ps. XVIII, 7): porque aunque sabía cuan áspera había de ser la carrera desde su nacimiento hasta su muerte, se alegró con fortaleza para comenzarla, saliendo del vientre de la Virgen, que era su cielo, poniendo luego los pies en el lugar más vil y bajo que había en la tierra: por lo cual debo darle gracias y suplicarle me dé luz para conocer y sentir lo que en esta su entrada pasa. Oh Niño más fuerte que gigante: pues como nuevo sol resplandeciente queréis salir por el oriente a correr vuestra carrera hasta el occidente de la cruz, alumbrad mi entendimiento y encended mi voluntad, para que vea y contemple vuestra salida, y ame con gran fervor las virtudes que descubrís en ella.


Punto segundo


   Luego ponderaré, cuan liberal se mostró entonces con su Madre, a la manera que un hombre poderoso y rico, cuando se ha hospedado en casa de un aldeano pobre, y lo ha hecho buen hospedaje, no por interés sino por servirle, suele a la despedida pagárselo muy bien, y darle alguna preciosa dádiva, o por agradecimiento o por limosna: así también como la Virgen había hecho a su Hijo tan buen hospedaje nueve meses , al tiempo que quiso salir de la posada, la dio dones riquísimos de gracia, una altísima contemplación de aquel misterio, y unos júbilos de alegría extraordinarios, en lugar de los dolores que otras mujeres suelen sentir cuando están de parto; porque no era razón, que quien no tuvo deleite sensual en el concebir, tu viese dolor en el parir; y aunque consigo no dispensó en lo que era padecer dolores, quiso que su Madre en este caso no los padeciese. De la misma manera puedo considerar, que cuando entra Cristo nuestro señor sacramentalmente en nosotros, a la primera entrada nos da la gracia sacramental: y si le hacemos buen hospedaje, antes de la salida nos da ricas joyas de afectos de devoción y contemplación y júbilos de alegría, como quien paga el buen hospedaje que le hacemos. Por tanto, alma mía, mira como hospedas a este Huésped soberano, para que te deje rica y harta con los dones del cielo.


Punto tercero.


   En  tercer lugar ponderaré, como Cristo nuestro señor por la misma causa quiso salir del vientre de su Madre con un modo milagroso, sin que ella padeciese detrimento en su virginidad, porque no era razón saliese de la casa donde tan buen hospedaje le habían hecho con daño de la entereza que tenía, honrando con esto a su Madre, y avisándonos a todos, que por hospedarle y servirle no recibiremos detrimento, haciendo, si fuere menester, para ello algún milagro; porque quien no lo hizo para preservarse a sí de padecer, suele hacerle para preservar de ello a sus escogidos cuando les conviene. ¡Oh Maestro soberano! cuan bien me enseñáis con este ejemplo la condición del verdadero amor, que es riguroso para sí y blando con otros: para si quiere los rigores por afligirse, y para el prójimo los favores por regalarle: ayudadme con vuestra copiosa gracia, para que en ambas cosas imite vuestra encendida caridad.


MEDITACIONES
DEL P. LUIS DE LA PUENTE
Para las

FIESTAS DE NAVIDAD.

viernes, 22 de diciembre de 2017

DE LA JORNADA DE LA VIRGEN NUESTRA SEÑORA DESDE NAZARET A BELÉN






MEDITACIÓN PRIMERA.




Punto primero




   En primer lugar, consideraré por fundamento de las meditaciones siguientes, como el Verbo encarnado, estando en las entrañas de su Madre, quiso hacer una entrada en el mondo, la más nueva, admirable y santa que jamás hubo ni habrá; penosa para sí y provechosa para nosotros, asentando los cimientos de la perfección evangélica que había de predicar. 

   De modo que, su primera entrada en el mundo, como dice san Cipriano (Serm.deNat.), fuese dechado de nuestra primera entrada en la Religión cristiana, para que entrasen sus discípulos por donde él entró, ejercitando las virtudes que ejercitó. Y para este fin dejó todo lo que el mundo ama y busca, y buscó todo lo que el mundo aborrece y huye. Y así, para nacer dio traza como salir de Nazaret por dejar las comodidades que pudiera tener, naciendo en casa de su Madre y entre sus deudos y conocidos, a donde no le faltara el abrigo de un aposento, y brizo y algún regalo, como no le faltó al Bautista, por nacer en casa de su padre; pero todo lo dejó, mostrando cuanto aborrece los regalos de la carne, y cuan amigo es de pobreza ; pues deja lo poco que tiene su pobre Madre, y como peregrino quiere nacer en Belén, en tal coyuntura que todo le faltase. Con este ejemplo me confundiré, por verme tan amigo de mis comodidades y regalos que, no solamente no huyo de ellos, pero con ansia los busco; y si no los hallo, me aflijo. ¡O Jesús Nazareno, florido con flores de virtudes celestiales, que sales de Nazaret por huir las flores de los regalos terrenos! suplicote por esta salida favorezcas mi flaqueza, para que renuncie las flores y blanduras de mi carne, deseando solamente las flores de tus virtudes, con las cuales adornes mi alma, para que te dignes nacer en ella. Amén.







Punto segundo




   En segundo lugar, consideraré la ocasión que tomó Cristo nuestro Señor para hacer esta jornada, y salir con su intento; porque en aquellos días salió un edicto de Augusto César, que todo el orbe se empadronase, acudiendo cada uno a la ciudad de donde, tenía su origen. En cumplimiento de esto fue José desde Nazaret a Belén, para encabezarse allí con María su esposa, que estaba preñada. 

   En este hecho ponderaré cuan diferentes son los pensamientos de Dios y los de los hombres; los del rey del cielo de los del rey de la tierra: porque este edicto estaba fundado en soberbia, ambición, jactancia y avaricia, mandando más de lo que podía; esto es, que todo el orbe se encabezase, como si todo fuera suyo, y deseando que todos fuesen sus vasallos y le pagasen pecho, aunque fuesen pobres y necesitados. Pero al contrario el rey del cielo Jesucristo; todos sus pensamientos tenia puestos en humildad, pobreza y sujeción, y en hollar pompas, riquezas y vanidades. No viene a mandar ni a ser servido, sino a obedecer y servir a todo el mundo. Y en confirmación de esto, quiere que su Madre y él en ella se encabecen, y profesen ser vasallos de Augusto César y le paguen tributo, para confundir con este ejemplo la soberbia y codicia del mundo; porque si el Rey de reyes, y Monarca de todo lo creado entra en el mundo humillándose, y prestando vasallaje a un rey terreno y malo, ¿qué mucho me humille yo, y me sujete a toda humana criatura por su amor? (Pet. 2,13). Y ¿qué soberbia será no humillarme al mismo Dios, reconociéndome por su vasallo, y pagándole con obediencia el tributo que le debo? ¡O rey del cielo! no permitas en mí tal soberbia, pues te humillaste tanto para remediarla.







Punto tercero.



   Lo segundo ponderaré, que aunque este edicto se fundaba en soberbia y codicia, quiere Dios que sea obedecido de los suyos, porque gusta obedezcamos a nuestros superiores en todo lo lícito que nos mandare (Mat. 23, 3), aunque lo manden por sus propios intereses y dañados fines, reconociendo en ellos a Dios, cuyo lugar tienen. Y así Cristo nuestro señor levantó de punto esta obediencia, haciendo esta jornada por cumplir la voluntad del Eterno Padre que había ordenado naciese su Hijo en Belén de Judá (Mich. 5, 2; Mat. 2, 6), aunque su providencia tomó este edicto del emperador Augusto, como medio para conseguir su intento. Y como Cristo nuestro señor venia al mundo a cumplir, no su voluntad, sino la del que le enviaba (Juan 6, 38), quiso nacer en el lugar donde su Padre había ordenado, y nacer obedeciendo, como murió obedeciendo, para que todos aprendamos a obedecer. ¡O Amado mío! pues mi vida está por hacer tu voluntad, mis entradas y salidas en cuanto hiciere, sean conformes a ella por siempre jamás. Amén.





MEDITACIONES
DEL P. LUIS DE LA PUENTE
Para las


FIESTAS DE NAVIDAD.

jueves, 21 de diciembre de 2017

MEDITACIÓN LA ANUNCIACIÓN. — EL AVE MARÍA




1. ° Ave.



— Es la palabra de saludo afectuoso, pero el Ángel la emplea en sentido de parabién y enhorabuena.

— La Iglesia nos dice en sus himnos que es lo contrario de Eva, para indicarnos que así como por Eva nos vino la muerte, por María nos vendrá la vida.
— En este sentido la enhorabuena del Ángel debe extenderse a toda la humanidad.

— Da a María la enhorabuena por este paso de su vida, y dátela a ti, pues por Ella en este día, tú alma ha sido hecha hija de Dios...




2. ° Llena de gracia.



— Y bien llena — a todos los demás santos y aún a los ángeles se les dio por partes... sólo a María, la plenitud y totalidad de la gracia.

— En esta plenitud se había de diferenciar de las demás criaturas.

— Sería necesario conocer lo que es la gracia para entender estas palabras del Ángel.

— Piensa lo que es la gracia para los demás..., es un ser divino, algo de Dios, que se comunica al hombre para divinizarle, pues realmente le da el título de hijo de Dios y le confiere el derecho de heredar del Padre Eterno..., pues si es hijo de Dios, es heredero del Cielo.

— Ahora piensa, si esto hace la gracia en los demás y así los santifica y diviniza..., ¿Qué haría en la Virgen, al darla la plenitud total y completa de la misma? Si Ella la tiene toda, a Ella hay que acudir, si queremos participar de la gracia.

— Mas si estaba ya llena ¿cómo pudo aumentar en su vida la gracia?... Es un misterio.

— Un vaso lleno, ya no admite más agua; pero para Dios no hay imposibles. — Dios pudo dilatar y aumentar en cada momento ese vaso preciosísimo de su alma, y así, estando siempre lleno, pudo siempre aumentar la gracia que encerraba.









3. ° El Señor es contigo.



— Esto es, más contigo que conmigo, diría el Ángel... y más que con todas las criaturas.

— Está contigo poseyéndote totalmente.

— No hay nada en María que no esté poseído y no sea de Dios.

— También Dios está con nosotros..., pero ¡que a medida!

— No dejamos a Dios que nos domine totalmente como María. Además, contigo, siempre, desde la eternidad.

— En ti pensaba y contigo se deleitaba, aún antes de crear alguna otra cosa.

— Contigo para siempre, y por eso quiere, unirse tan íntimamente que seas tú su Madre y Él sea tu Hijo.

— Piensa cómo Jesús quiere también esto contigo y para eso te busca y te llama y se une a ti por la gracia y más íntimamente por la comunión...









4. ° Bendita entre las mujeres



— Porque así como por una mujer entró en el mundo el pecado, por ti entrará la gracia y la redención.

—Todas las generaciones recordarán a Eva para maldecirla..., todas te recordarán a Ti para bendecirte. Aquella fue la mala madre, la madrastra que dio muerte a sus hijos... María la verdadera Madre, que nos da con amor la vida.

— La humanidad entera reconcentró contra la mujer todos sus odios; la trató con desprecio y crueldad.

—María es la que rehabilita y ensalza de tal modo a la mujer, que llega a ser la criatura más elevada y la que ocupa el puesto más alto en el Cielo...








5. ° Bendito el fruto de tu vientre.



— Palabras, no del Ángel, sino de Santa Isabel, pero tan ligadas a las del primero, que la Iglesia las junta en una sola oración.

— Palabras gloriosas para María, porque dicen lo que es y será su Hijo.

— Al fin, si Ella será dichosa y bendita por todos, será por su Hijo.

— En ese fruto bendito, encontraremos todos, la salvación.

— Eva nos perdió, dándonos el fruto del pecado.

— María nos salvará, dándonos ese fruto de santificación que se llama Jesús...
Reza siempre con mucha veneración el Ave María.

— Cuida de su rutina en el Rosario, etcétera... No olvides de saludar a María en el Ángelus.

— Siempre que lo reces, acuérdate de este grandioso misterio de la Anunciación y pide a María que te llene de gracias, que el Señor también quiera estar contigo y así que te haga partícipe de su dicha y bendición eternamente.









“MEDITACIONES SOBRE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA”.

ILDEFONSO RODRÍGUEZ VILLAR— 1940.





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