Según
el Beato Alano de Rupe, a quien se le apareció varias veces Nuestra Señora del
Rosario, le hizo las siguientes promesas:
“Quien reza constantemente mi Rosario,
obtendrá cualquier gracia que me pida.”
“Al que reza devotamente mi Rosario, le
prometo mi especial bendición y muchos beneficios.”
“Mi Rosario es escudo invulnerable contra el
infierno, libra de pecados y abate la herejía.”
“Con el rezo de mi Rosario, nacen las
virtudes, y las almas consiguen la misericordia divina, con él, el corazón de
los hombres se llena de amor a Dios, desechando al mundo y sus atenciones,
llevándolos a las cosas celestiales.”
“Si por medio del Rosario me encomiendan un
alma, esta no se perderá”.
“Los que rezan con verdadera devoción mi
Rosario no morirán sin auxilios de la Iglesia”.
“A las almas que fueron en vida devotas de
mi Rosario, las libro muy pronto de las penas del purgatorio”.
“Los verdaderos devotos del Rosario gozarán
en el cielo de una bienaventuranza singular”.
“Cuanto pidieran por medio del rezo del
Rosario se lo concederé prontamente”.
“Al que propaga la devoción del Rosario, lo
socorreré en todas sus necesidades.”
“La
devoción del santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación a la
gloria.”
Con estas riquísimas promesas, ¿cómo desperdiciar las innumerables gracias
que tan buena madre nos ofrece?
“NUESTRA SEÑORA DEL SANTÍSIMO ROSARIO Y LA IGLESIA CATEDRAL”
Corrientes 1951.
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