VIRGEN PODEROSA.
In
manu tua virtus et potentia. 1. Paral. 29.
En
tu mano esta la virtud y el poder.
CONSIDERACION I.
El que busca la mujer fuerte, de que hace mención Salomón, la
tendrá representada si se figura a María Santísima rodeada por todas partes de instrumentos
y armas bélicas para significar que es aquella mujer fuerte que por la Santa Escritura
la compara a la vista que presenta un acampamento bien ordenado; y de cuyo
poder se admira el cielo, se pasma la tierra, y tiembla el infierno; y, en una
palabra, la que con verdad puede decir de sí misma. Hizo en mi favor grandes cosas el que es todopoderoso: y
en él lo puedo todo.
CONSIDERACION II.
Pero
¿en qué
consiste este poder de María? ¿Acaso en la lengua que pronunciando la palabra Fiat, bajó a Dios de
los cielos? Acaso en los ojos con uno de los cuales hirió al celestial
esposo, según aquello: ¿heriste
mi corazón con uno de tus ojos? ¿Acaso en su virginal vientre en que cargó a Dios hombre?
Todas estas cosas se pueden decir; pero según el texto puesto arriba debe
afirmarse: en
tu mano está la virtud y el poder. Por tanto, María como reina poderosísima del
cielo, por justo derecho tiene en su mano el cetro con el cual en compañía de
Cristo su Hijo, gobierna al mundo.
CONSIDERACION III.
Jaél
y Judit mostraron en su brazo un gran poder, cuando aquella traspasó la cabeza
de Sisara con un clavo, y ésta cortó la cabeza de Holofernes con la espada: pero María Santísima mucho más poderosa se mostró porque
cargó en sus brazos al que carga a la tierra, y abrazó al Dios inmenso y omnipotente.
Conviene a saber María tuvo en sus brazos al brazo
de Dios que (testigo San Pablo) no es otra
cosa que la virtud de Dios, y por esto no es cosa admirable que sea tan
poderosa.
ORACION.
¡Oh Madre! Tu eres y mereces
ser llamada Virgen verdaderamente poderosa; porque tú eres poderosa en el cielo
donde triunfas como Reina; poderosa en el paraíso donde quebrantaste la cabeza
dé la serpiente; poderosa en el infierno, del cual preservas a innumerables
almas: poderosa en el purgatorio, del que por ti se libran las almas cautivas: poderosa
contra los ejércitos enemigos; poderosa contra el hambre y la peste, poderosa
contra las enfermedades y contra la misma muerte: poderosa, en fin, contra los
enemigos de cuerpo y alma, así visibles como invisibles. Por tanto, yo te elijo
por mi protectora ¡Oh María!
Virgen
poderosa ruega por nosotros.
P. FRANCISCO JAVIER DORNN
DEAN Y PREDICADOR DE PRIDBER
(1834).