ORACIÓN
PREPARATORIA
¡Oh Corazón divinísimo
de mí amado Jesús en quien la Santísima Trinidad depositó tesoros inmensos de
celestiales gracias! Concededme un Corazón semejante a vos mismo y la gracia
que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, vuestro sagrado
culto y bien de mi alma. Amén.
DÍA TERCERO
ORACIÓN:
¡Oh
Corazón sacratísimo de Jesús, camino para la mansión eterna y fuente de aguas
vivas! Concededme que siga vuestras sendas rectísimas para la perfección y para
el cielo y que beba de vos el agua dulce y saludable de la verdadera virtud y
devoción, que apaga la sed de todas las cosas temporales. Dadme la gracia de
resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra vos, ¡oh amante Corazón!, y
la que os pido en esta novena si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y
bien de mi alma. Amén.
Tres
Padrenuestros, tres Avemarías.
ORACIONES FINALES:
Oración
al Padre Eterno:
¡Oh
Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino,
llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por
todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os
conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no os quieren conoceros. Por
este divinísimo Corazón deseo satisfacer a vuestra Majestad todas las
obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas
redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente
la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por
más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que
murió por todas. Presentó también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo
Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido lo llenéis de su espíritu,
para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con Vos
eternamente. Amén.
Hacer
aquí la petición que se desea obtener con esta novena.
ORACIÓN:
¡Oh Corazón divinísimo de
Jesús, dignísimo de la adoración de los hombres y de los ángeles! ¡Oh Corazón
inefable y verdaderamente amable, digno de ser adorado con infinitas alabanzas,
por ser fuentes de todos los bienes, por ser origen de todas las virtudes, por
ser el objeto en quien más se agrada toda la Santísima Trinidad entre todas las
criaturas! ¡Oh Corazón dulcísimo de Jesús! Yo profundísimamente os adoro con
todos los espíritus de mi pobre corazón, yo os alabo, yo os ofrezco las
alabanzas todas de los más amantes serafines y de toda vuestra corte celestial
y todas las que os pueda dar el Corazón de vuestra Madre Santísima. Amén.
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