Celebra la santa Iglesia la fiesta de
nuestra Señora de las Nieves el 5 de agosto por la razón que aquí diremos.
Siendo sumo pontífice Liberio, hubo en Roma un caballero muy noble y rico,
llamado Juan patricio, el cual estaba casado con una señora principal e igual
suyo en todo, de la cual al cabo de muchos años no tenía hijos; y aunque los
deseaban mucho estos caballeros, pero como eran tan temerosos de Dios como
ricos, y no menos piadosos que ilustres, se conformaban con su voluntad,
entendiendo que no darles sucesión era lo que mejor les estaba; pues así lo
ordenaba El con su paternal providencia. Eran muy devotos de la Virgen María
nuestra Señora y determinaron tomarla por heredera de sus grandes riquezas; y
para acertar mejor a servirla, hicieron grandes plegarias, limosnas y buenas
obras, suplicándole que los encaminase y mostrase en qué obra quería que ellos
gastasen su hacienda en su servicio. Oyó la Reina del cielo las oraciones que
con tanto afecto Juan Patricio y su mujer le hacían, y una noche, que fue la
precedente al quinto día de agosto, cuando los calores son excesivos en Roma,
habló entre sueños a los dos, a cada uno de por sí, y les dijo que la mañana
siguiente fuesen al collado Esquilino, y que en la parte de él que hallasen
cubierta de nieve le edificasen un templo, donde ella fuese honrada de los
fieles, y que haciendo esto, se tendría por su heredera y bien servida. La
mañana siguiente confirieron entre sí los dos buenos casados el sueño o
revelación que habían tenido; dieron parte de ello al sumo pontífice Liberio,
al cual la Virgen había hecho la misma revelación. Se convocó el pueblo, se juntó
el clero, y se ordenó una devota procesión. Llegados al monte, hallaron
cubierto de nieve un espacio muy bastante para una iglesia capaz: se señaló el
lugar para ella, y de la hacienda de los caballeros devotos de la Virgen, luego
se comenzó a labrar, y se acabó suntuosamente. Esta fue la primera iglesia que
se edificó en Roma con título y advocación de nuestra Señora. Se la llamó al principio Nuestra Señora de las Nieves, mas después, como en
Roma se hubiesen edificado muchas y muy grandes iglesias de nuestra Señora,
dieron a esta de las Nieves título de santa María
la Mayor, para mostrar la excelencia que tiene sobre todas las que hay
en aquella ciudad; la cual se esmera mucho en honrar a la soberana Señora.
No es maravilla, pues, que san Gregorio y otros soberanos pontífices mandasen
que viniesen en solemne procesión a esta iglesia los fieles de todos los
estados y condiciones, que había en Roma, cuando alguna pública calamidad los
afligiese. Muchos milagros ha obrado el Señor en aquel templo y obra cada día,
por intercesión de su purísima Madre, que en aquel lugar santo que ella misma
escogió es tan señaladamente y de tantas gentes venerada.
Reflexión:
Con este obsequio prestado a la Virgen por aquellos esposos nos enseñó Dios
cuan bien empleadas están las haciendas que se gastan en edificar, restaurar y
enriquecer los templos, y cuan bien remunera la Reina del cielo los servicios
que los fieles le hacen acá en la tierra; demos también nosotros de cuando en
cuando alguna limosna para la conservación y mayor esplendor de los templos
consagrados a nuestra Señora, la cual, como Reina que es del cielo y de la
tierra, recompensará magníficamente nuestros filiales obsequios.
Oración:
Te rogamos, Señor Dios, que nos concedas la salud cumplida del alma y del
cuerpo; a fin de que por la intercesión de la gloriosa siempre Virgen María,
nos veamos libres de los trabajos presentes y gocemos de la dicha sempiterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
FLOS SANCTORVM
DE LA FAMILIA CRISTIANA
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