El
santísimo duque de Bohemia y glorioso mártir de Cristo Wenceslao fue hijo de
Wradislao, príncipe cristianísimo, y de Dragomira, gentil y perversa mujer. Perdió
Wenceslao a su padre siendo niño, y fue educado por Sudmila su abuela, que era
santa matrona. Así lo había dispuesto el padre al morir, temeroso de que la
madre pervirtiese al hijo mayor, como pervirtió al menor Boleslao de cuya
educación se encargó. De suerte que Wenceslao imitó las santas costumbres de su
abuela y el hermano menor las perversas de su madre. La cual como era tan impía
y ambiciosa, contra lo dispuesto en el testamento de su marido, se alzó con el
gobierno del estado y comenzó a perseguir la religión. Con esto Sudmila y los
que bien sentían fueron de parecer que en todo caso se encargase Wenceslao del
gobierno, como se hizo con rabia y despecho increíble de la madre. Era
Wenceslao de lindo y grave aspecto, virgen toda su vida, templado y devotísimo.
Visitando de noche las iglesias por nieves y hielos con los pies descalzos, un
compañero que le seguía, calzado y bien arropado, se helaba; y poniendo los
pies en las huellas que dejaba Wenceslao, cobró calor. Gobernaba más como padre
benigno y santo príncipe que como señor temporal. Para ahorrar la sangre de los
suyos, entró en singular batalla con Radislao que se le había revelado, y al
tiempo de acometer, vio Radislao dos ángeles que daban a Wenceslao las armas y
diciéndole a él «no
le hieras»: y espantado con esto,
se apeó y le pidió perdón, y Wenceslao le perdonó.
En otra ocasión presentándose en Alemania al
emperador, vio éste que acompañaban a Wenceslao dos ángeles hermosísimos,
sirviéndole como de pajes; y levantándose de su trono, se adelantó para
recibirle; le sentó a su derecha, le concedió entre otras reliquias el brazo de
san Vito, y el título de rey con las armas imperiales, y le hizo otras muchas
mercedes. Era tan devoto del santísimo Sacramento, que por su mano sembraba,
cogía, trillaba el trigo y hacía las hostias. Todas estas virtudes eran tósigo
que emponzoñaba más v más el corazón de su madre, y para acabar con él, hizo
que Boleslao ofreciese un convite a Wenceslao, después del cual se recogió el
santo a la iglesia a prepararse para la muerte que Dios le había revelado. Por
instigación de la madre fue Boleslao a la iglesia con gente armada, y allí, con
su propia mano, mató a su santo hermano y le hizo mártir de Jesucristo. Dios
vengó esta muerte: porque la tierra se tragó a aquella madre inhumana; el impío
Boleslao, por sobrenombre el Cruel, vencido del emperador Otón, fue obligado a
dar satisfacción al mundo por la muerte de Wenceslao con una publica penitencia
y a volver a llamar a los católicos desterrados; y acabó miserablemente su vida
en la flor de la edad: y todos los demás reos de aquel crimen tuvieron fin
desastroso. En cambio el Señor ilustró con grandes y repetidos prodigios el
sepulcro del santo mártir Wenceslao.
Reflexión:
No es
maravilla que sean tan reciamente castigados de Dios los perseguidores de sus
santos: porque quien persigue y afrenta a los santos, persigue y afrenta a los
amigos de Dios: y el Señor considera como hechos a su Majestad los agravios que
se hacen a sus fidelísimos siervos. Respetémoslos,
pues, y venerémoslos con devoción; pues la honra que les hacemos, la hacemos
también a Dios.
Oración: Oh Dios, que
por la palma del martirio trasladaste al bienaventurado Wenceslao del
principado de la tierra a la gloria del cielo, guárdanos por sus ruegos de toda
adversidad y concédenos gozar de su compañía. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
FLOS
SANCTORVM
DE
LA FAMILIA CRISTIANA.
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