MARÍA EN EL ANTIGUO
TESTAMENTO
1. ° Profecías.
— La Profecía es la palabra de Dios
sobre una cosa futura..., sólo Dios puede conocer con certeza el porvenir... La
Profecía es signo de la divinidad.
A)
La primera profecía sobre la Virgen la hizo directamente el mismo Dios en el
Paraíso: «una mujer quebrantará tu
cabeza» —
así dice a la serpiente infernal.
— Penetra en la hermosura de estas
palabras; ¡qué bondad la de Dios! castiga y a la vez perdona... en el mismo
instante que nos condena a la muerte, nos profetiza un Mesías libertador y una
mujer que pisoteará al demonio.
— ¡Qué alegría pensar que el demonio ha de estar siempre a
los pies de María! ¡Qué seguridad saber que ni a Ella ni a sus hijos podrá
nunca dañar! Párate a dar gracias
al Señor y enhorabuenas a María por el triunfo y la gracia que con él nos
mereció. Saca la conclusión de que cuanto más esté unida tu alma a María, más
tendrás al demonio sujeto a tus pies.
— ¡Qué rabia le dará el saber que una Mujer... y por esa
Mujer todos los demás, han de quebrantar siempre su cabeza! Igualmente se puede
considerar la gran profecía de Isaías que siglos antes dijo que «de la vara de Jessé brotaría una flor sobre la cual descansaría
el Señor»... Jesús es el fruto
bendito, María la blanca flor.
— En
otra parte anuncia su virginidad. «He aquí que una Virgen
concebirá y dará a luz un Hijo que se llamará Emmanuel».
— Son las dos coronas de la Virgen: su
maternidad divina junta con su divinidad. Así podríamos recorrer otras muchas
profecías... así libros enteros como los Salmos de David... el Cantar de los
Cantares de Salomón... que encierran profecías magníficas de María, pues así
multiplicó Dios sin cesar las profecías sobre Ella, al igual que sobre su Hijo.
2. ° Símbolos.
— Aún son más numerosos.
— El
Paraíso terrenal con el árbol que daba la vida, es la Santísima Virgen
verdadero Paraíso donde Cristo, árbol de vida, brotó.
— El
Arca de Noé que se salvó del naufragio.
— La
paloma del arca que por no descansar en el cieno de la tierra, vuelve
blanca al arca con el ramo verde en su pico. ¡Qué hermosas imágenes de María!
— La
escala de Jacob que junta el cielo con la tierra.
— La
vara de Aarón que florece en la oscuridad del Tabernáculo y en presencia de
solo Dios.
— El
Arca de la Alianza, fabricada con maderas incorruptibles y que encerraba
los grandes misterios.
— La
zarza ardiendo, y que ardía con un fuego divino sin consumirse, rodeada de
la majestad de Dios.
— Estos y otros mil y mil símbolos que
hay en las Sagradas Escrituras, revelan la hermosura, la dignidad, la grandeza
y excelencia de María... No parece sino que Dios sacaba partido de todas las
cosas, para refrescar en los hombres la memoria de su Madre, y hacer que
vivieran esperando en Ella.
3. ° Las figuras.
— Todas
las mujeres célebres del Antiguo Testamento figuran a María.
— Eva, madre de la humanidad, pero para
su perdición... María será la verdadera Madre para salvación nuestra.
— Abigail, que con su hermosura encanta
y enamora a David... es María enamorando al mismo Dios.
— Jael, que traspasa con un clavo la
cabeza de Sísara enemigo del pueblo de Dios... es la Santísima Virgen
aplastando la cabeza del demonio.
— Judit, matando a Holofernes y librando
a su pueblo del tirano... imagen es de María por la que todos nos libramos de
Satanás.
— Ester ante el trono del Rey
intercediendo por su pueblo... significa a la Santísima Virgen, que sin cesar
pide e intercede por nosotros ante el Trono de Dios... y así sucesivamente
podríamos recorrer todas las figuras grandes del Antiguo Testamento y en todas
veríamos a María. Abísmate ante el amor de Dios a María.
— Mírale
tan enamorado de Ella que se complace en hablar incesantemente de Ella en
profecías... símbolos... y figuras.
— Parece que es el pensamiento
dominante... la obsesión de Dios... ¿Y tú eres así con tu Madre?
— ¿Estás así de enamorado y encantado de Ella?
— ¿Es Ella el pensamiento central de tu entendimiento?
— ¿Piensas en Ella... hablas de Ella?... ¿La ves en todas
partes?... ¿Te unes a Ella?... ¿Vives en Ella y de Ella?... ¿Sabes hacer algo
sin Ella?
— Reflexiona, examina y
saca la debida consecuencia de amar así con locura a tu Madre querida.
“MEDITACIONES SOBRE LA SANTÍSIMA VIRGEN
MARÍA”.
ILDEFONSO RODRÍGUEZ VILLAR—
1940.
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