domingo, 24 de mayo de 2020

MES DE MAYO… MES DE MARÍA. DÍA VIGECIMOCUARTO.






   S. S. el Papa Pío VII concedió, el 21de marzo de 1885, y el 18 de junio de 1822, 300 días de indulgencia por cada día a todos los fieles del mundo católico que pública o privadamente honraren en el mes de mayo, a la Virgen Santísima con particulares obsequios, devotas oraciones u otros actos. Indulgencia plenaria por una vez, en el referido mes, en uno de los primeros ocho días de junio el día en que, confesados y comulgados, rogaren al Señor por la Santa Iglesia y demás intenciones de su Santidad.



MODO DE CELEBRAR EL PIADOSO EJERCICIO



Si es posible, se reza la tercera parte del Santo Rosario, con misterios cantados. Después de la Salve.

Por la señal. . .

Acto de contrición. . .



Oración Preparatoria



   Estamos a tus plantas, ¡oh dulce Madre Nuestra! Venimos a admirar tu excelsa dignidad y tus privilegios; a ensalzar tu nombre mil veces bendecido: a estudiar tus virtudes incomparables para alabar a Dios que te llenó de gracias y pedirte tu ayuda misericordiosa a fin de imitarte.

   Queremos recrearnos en tu grandeza, en tu hermosura, regocijarnos en tus bondades, quedar más y más embriagados de tu dulzura y de tu amor.

   Somos indignos de estar en tu presencia; pero eres buena y perdonarás nuestro atrevimiento.

   Si el pecado nos impide llegar hasta tí, aborrecemos el pecado con todo nuestro corazón y lo detestamos con todas nuestras fuerzas.

   Ilumina, purifica, enciende, consuela nuestras almas.

   Tuyas son, te pertenecen, te aclaman y quieren amarte durante toda la eternidad.

   Muéstranos tu vida angelical, tus virtudes, tus excelencias y tus bondades.

   ¡Oh augusta Madre de Dios!, te alabamos, te bendecimos y te glorificamos.

   ¡Oh Madre tierna de los hombres! te suplicamos nos consigas el remedio de todas nuestras necesidades, la gracia santificante y la perseverancia final.

   Queremos vivir sirviéndote, morir amándote y estar en la eternidad cantando en tu comparsa las misericordias del Señor. Amén.








DÍA VEINTICUATRO (24 de mayo).



MEDITACIÓN. —MARÍA Y LOS ÁNGELES.



Punto Primero. La Virgen Sma. es Reina de los ángeles porque:

a) como Madre de Dios supera a todas las criaturas del cielo y de la tierra;

b) porque a Cristo y, en consecuencia, a María deben los ángeles su felicidad y su fidelidad;

c) porque en el cielo le sirven, la aman y la glorifican. (Breve pausa.)



Punto Segundo. La Virgen envía a los ángeles para que nos protejan:

a) contra las tentaciones;

b) nos iluminen el entendimiento y muevan la voluntad;

c) nos traigan gracias especiales para cumplir nuestros deberes y salvarnos. (Breve pausa.)


Punto Tercero. ¿Qué devoción tienes a los ángeles y a su augusta Reina? ¿Te haces indigno de esta misteriosa protección? (Breve pausa.)



Fruto. —Ser puro, como ángel, para agraciar a Dios.


Aspiración. ¡Oh Reina de los Ángeles!, infúndeme las gracias del cielo para cantar contigo los aleluyas perpetuos de la eterna Mansión.




Lectura. Los Misterios del Rosario son los de la Religión.


   —En el Rosario pensamos en la Encarnación misericordiosa del Verbo, en su nacimiento pobre y dulcísimo, en su oblación en el templo; vemos a Cristo Niño ofrendarse por nuestra salud.

   También se vislumbran los sangrientos pasos de su Pasión adorable, desde sus congojas de mártir hasta la cima del monte ignominioso del suplicio. Por último, viene la consideración de los misterios gloriosos que nos transportan a las bellezas, de esos portentos del poder y de la bondad de Dios. ¡El resurgimiento de Jesús del seno de la muerte! ¡Su marcha triunfal al Paraíso! ¡La venida del Espíritu de Amor! ¡La misteriosa Asunción de la más bella y perfecta de las criaturas, y su exaltación al trono como Reina de los cielos y de la tierra!





ORACIÓN: A María Auxiliadora y a Nuestra Señora de la Merced.






   ¡Oh Madre!, te invoca la Iglesia con el título consolador de Auxilio de los cristianos”, así lo han experimentado las multitudes innumerables de creyentes que han ido hasta tu altar, sobre todo desde que los celosos hijos de tu santo siervo, Don Bosco, popularizaron esta devoción.

   Madre de las Mercedes has sido también en todas las épocas: los fastos de la historia refieren las proezas que los religiosos de la Merced realizaron en favor de los esclavos y de los cautivos.

   Favores de todo orden repartes siempre a los que acuden a tí ¡oh Madre misericordiosa!

   Te venero, te bendigo e imploro tu protección. Mira mis necesidades, remédialas y consígueme la gracia de Dios para ser feliz en la eternidad. Amén.







ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS


  
   Acuérdate ¡oh piadosísima Virgen María! que jamás se ha oído decir, que alguno de los que han acudido a tu protección, implorado tu auxilio y pedido tu socorro, haya sido abandonado. Animado con esta confianza a tí también acudo, ¡oh Virgen de las Vírgenes!, y aunque gimiendo bajo el peso de nuestros pecados, me atrevo a aparecer ante tu presencia soberana, no deseches mis súplicas, antes bien escúchalas y acógelas benignamente. Amén.





MES DE MARÍA
Por el Pbro. Cantu Corro. (1918).

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