sábado, 18 de julio de 2020

NOVENA A LA GLORIOSÍSIMA SANTA ANA. SEGUNDO DÍA.




COMENZAMOS: 17 de julio.

FINALIZAMOS: 25 de julio.

FESTIVIDAD: 26 de julio.


Puesto de rodillas ante una imagen de nuestra Señora Santa Ana, con la reverencia y atención posible, se comienza con él siguiente…



ACTO DE CONTRICIÓN.


   Amorosísimo Dios, Trino y Uno, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en quien creo, en quien espero, a quien amo con todo mi corazón, cuerpo y alma, sentidos y potencias, por ser Vos mi Padre, mi Señor y mi Dios infinitamente bueno y digno de ser amado sobre todas las cosas. Me pesa, Trinidad Santísima; me pesa, Trinidad Misericordiosísima; me pesa, Trinidad Amabilísima, de haberos ofendido, sólo por ser quien sois. Propongo y os doy palabra de nunca más ofenderos: morir antes que pecar. Espero en vuestra suma bondad y misericordia infinita, y en la poderosa intercesión de vuestra querida Hija, Madre y Esposa María Santísima, mi Señora, y méritos de mi Señora Santa Ana, que me habéis de perdonar todos mis pecados, y me daréis gracia para perseverar en un verdadero amor y cordialísima devoción de vuestra siempre amabilísima Trinidad. Amén.



ORACIÓN PRIMERA PARA TODOS LOS DÍAS


   Soberana Madre de la Reina del cielo y Abuela del Verbo humanado, Hijo del Eterno Padre, mi Señora Santa Ana: con humilde reverencia, postrado a tus pies, te suplico que, si el favor que te pido ha de ser para gloria de tu Santísimo Nieto, Dios y Señor mío, y bien de mi alma, me lo alcances de su divina piedad; y si no, endereza mi ruego a lo que conoces ser mayor agrado, gloria suya y provecho espiritual de mi alma. Amén.







SEGUNDO DÍA (18 de julio).



 

¡Oh dichosísima Señora Santa Ana! Yo me alegro, doy mil plácemes a la Santísima Virgen María, tu Hija, y a la Santísima Trinidad infinitas gracias, porque al tamaño de la dignidad de Madre de la Madre de Dios y Abuela del Verbo divino, para que fuiste escogida, derramó en tu alma sola más gracias, privilegios y excelencias que en todos los ángeles y hombres, que no son de orden hipostático, y en tu cuerpo singulares prendas para tan alta dignidad; por estos favores, Señora, y el infinito  amor con que la Santísima Trinidad te los hizo, té suplico me alcances de su bondad que con verdadera penitencia y o me disponga a recibir en mi alma el don inestimable de su gracia, y el favor que te pido en esta Novena, si es para gloria suya y bien de mi alma. Amén.







—Aquí se rezan tres Padrenuestros y tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en memoria, obsequio y alabanza de la Santísima Trinidad; y después se prosigue con la siguiente…





ORACIÓN QUE TAMBIÉN ES PARA TODOS LOS DÍAS.


   Con firmísima esperanza y humilde rendimiento ¡oh gloriosísima Señora Santa Ana! imploro tu favor, y fio conseguir de la divina clemencia éste, para cuyo despacho empeño con la Santísima Trinidad tu gracia y valimiento. Pídele a tu Hija que interceda por mí. Ruégale a tu divino Nieto que me lo conceda, y no dudo de mi buen despacho, pues tu Hija y tu Nieto, celando tu culto y honra, miran el buen despacho de tus recomendados, como acrecentamiento de tu gloria. No mires ¡oh piadosísima Señora Santa Ana! mis deméritos, ni lo frío de mis afectos, sino a tu piedad y tu grandeza: y si miras a mi indignidad y miseria, sea para que sobresalga en remediarla el poder de tu misericordia y el valor de tu intercesión, la cual te suplico se extienda a la protección de la Santa Iglesia, a la destrucción de las herejías, reducción de los infieles y herejes, paz y concordia entre los Príncipe cristianos, al eficaz auxilio a los pecadores para que salgan de sus culpas, y, finalmente, al alivio y descanso de las benditas ánimas del Purgatorio. Amén.



—Aquí, levantando la confianza y el corazón a nuestra Señora Santa Ana, se le pedirá fervorosamente en secreto él favor especial que se pretende, y después se dice la siguiente…





ORACIÓN A LA VIRGEN SANTÍSIMA PARA TERMINAR TODOS LOS DÍAS.


   Sacratísima Reina de los Ángeles, María, Señora nuestra, que como reconocida y amante Hija de tan Santa Madre, tú misma desde el cielo solicitas la devoción y culto de mi Señora Santa Ana: yo te suplico entrañes en mi alma, y en las de todos los cristianos, el amor y devoción de tu Santísima Madre, y hagas que viva su memoria en nuestros afectos, y alcances de tu querido Padre, Hijo y Esposo, que no se condene el alma que implora tu favor; sino que en vida, libre por tu intercesión de las culpas y asechanzas del demonio, en la hora de la muerte sienta el poder de tu patrocinio y de tu agradecimiento, recibiendo en tus brazos para la gloria a los que por complacerte honran a tu Madre y se confiesan esclavos suyos. Amén.




JACULATORIAS


—Dios te salve, Ana felicísima.
Santísima Madre de la Hija de Dios Padre.
Santísima Madre de la Madre de Dios Hijo.
Santísima Madre de la Esposa del Espíritu
Santo.
—Dios te salve, Abuela de Jesús.
—Dios te salve, campo preciosísimo del templo de la Santísima Trinidad, en cuyas entrañas fué concebida María sin pecado original.



—Dios te salve, Ana felicísima.
Feliz por tu consorte fidelísimo.
Más feliz por tu Hija Sacratísima.
Y más por tu Nieto, Hijo del Altísimo.




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