COMENZAMOS:
17 de julio.
FINALIZAMOS:
25 de julio.
FESTIVIDAD: 26 de julio.
Puesto de rodillas ante una imagen de
nuestra Señora Santa Ana, con la reverencia y atención posible, se comienza con
él siguiente…
ACTO DE CONTRICIÓN.
Amorosísimo Dios, Trino y Uno, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en quien creo, en quien espero, a
quien amo con todo mi corazón, cuerpo y alma, sentidos y potencias, por ser Vos
mi Padre, mi Señor y mi Dios infinitamente bueno y digno de ser amado sobre todas
las cosas. Me pesa, Trinidad Santísima; me pesa, Trinidad Misericordiosísima;
me pesa, Trinidad Amabilísima, de haberos ofendido, sólo por ser quien sois. Propongo
y os doy palabra de nunca más ofenderos: morir antes que pecar. Espero en
vuestra suma bondad y misericordia infinita, y en la poderosa intercesión de
vuestra querida Hija, Madre y Esposa María Santísima, mi Señora, y méritos de
mi Señora Santa Ana, que me habéis de perdonar todos mis pecados, y me daréis
gracia para perseverar en un verdadero amor y cordialísima devoción de vuestra
siempre amabilísima Trinidad. Amén.
ORACIÓN PRIMERA PARA TODOS LOS DÍAS
Soberana Madre de la Reina del cielo y Abuela del Verbo humanado, Hijo
del Eterno Padre, mi Señora Santa Ana: con
humilde reverencia, postrado a tus pies, te suplico que, si el favor que te
pido ha de ser para gloria de tu Santísimo Nieto, Dios y Señor mío, y bien de
mi alma, me lo alcances de su divina piedad; y si no, endereza mi ruego a lo
que conoces ser mayor agrado, gloria suya y provecho espiritual de mi alma.
Amén.
SÉPTIMO DÍA (23 de julio).
¡Oh dichosísima Señora Santa Ana! Yo me alegro, doy mil plácemes a la
Santísima Virgen María, tu Hija, y a la Santísima Trinidad infinitas gracias,
porque habiéndose servido de tu sagrado vientre para que en él habitase nueve
meses la Reina del cielo, María, Madre de Jesús, llenándose en ese tiempo de
ilustraciones y delicias de gloria, y haciendo que te honrasen, reverenciasen y
guardasen innumerables ángeles, y después, con alegría del cielo y de la tierra,
y con espanto y horror del infierno, hizo que dieses a luz tu Santísima Hija, y
que viese el mundo a su Corredentora, Arcaduz de su remedio, Perla del cielo, y
Cielo de la Divinidad; por estos favores, Señora, y el infinito amor con que la
misericordiosísima Trinidad te los hizo, te suplico me alcances de su bondad
que corresponda a sus auxilios, y dé a luz en la ejecución los deseos que
concibo por tus divinas inspiraciones, y el favor que te pido en esta Novena,
si es para gloria suya y bien de mi alma. Amén.
—Aquí se rezan tres Padrenuestros y
tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en memoria, obsequio y alabanza de
la Santísima Trinidad; y después se prosigue con la siguiente…
ORACIÓN QUE TAMBIÉN ES PARA TODOS LOS
DÍAS.
Con firmísima esperanza y humilde rendimiento
¡oh gloriosísima Señora
Santa Ana!
imploro tu favor, y fio conseguir de la divina clemencia éste, para cuyo
despacho empeño con la Santísima Trinidad tu gracia y valimiento. Pídele a tu
Hija que interceda por mí. Ruégale a tu divino Nieto que me lo conceda, y no
dudo de mi buen despacho, pues tu Hija y tu Nieto, celando tu culto y honra,
miran el buen despacho de tus recomendados, como acrecentamiento de tu gloria.
No mires ¡oh piadosísima Señora
Santa Ana! mis
deméritos, ni lo frío de mis afectos, sino a tu piedad y tu grandeza: y si
miras a mi indignidad y miseria, sea para que sobresalga en remediarla el poder
de tu misericordia y el valor de tu intercesión, la cual te suplico se extienda
a la protección de la Santa Iglesia, a la destrucción de las herejías, reducción
de los infieles y herejes, paz y concordia entre los Príncipe cristianos, al
eficaz auxilio a los pecadores para que salgan de sus culpas, y, finalmente, al
alivio y descanso de las benditas ánimas del Purgatorio. Amén.
—Aquí, levantando la confianza y el
corazón a nuestra Señora Santa Ana, se le pedirá fervorosamente en secreto él
favor especial que se pretende, y después se dice la siguiente…
ORACIÓN A LA VIRGEN SANTÍSIMA PARA
TERMINAR TODOS LOS DÍAS.
Sacratísima Reina de los Ángeles, María,
Señora nuestra, que
como reconocida y amante Hija de tan Santa Madre, tú misma desde el cielo
solicitas la devoción y culto de mi Señora Santa Ana: yo te suplico entrañes en
mi alma, y en las de todos los cristianos, el amor y devoción de tu Santísima
Madre, y hagas que viva su memoria en nuestros afectos, y alcances de tu querido
Padre, Hijo y Esposo, que no se condene el alma que implora tu favor; sino que
en vida, libre por tu intercesión de las culpas y asechanzas del demonio, en la
hora de la muerte sienta el poder de tu patrocinio y de tu agradecimiento,
recibiendo en tus brazos para la gloria a los que por complacerte honran a tu
Madre y se confiesan esclavos suyos. Amén.
JACULATORIAS
—Dios te salve, Ana felicísima.
Santísima Madre de la
Hija de Dios Padre.
Santísima Madre de la
Madre de Dios Hijo.
Santísima Madre de la
Esposa del Espíritu
Santo.
—Dios te salve, Abuela de
Jesús.
—Dios te salve, campo
preciosísimo del templo de la Santísima Trinidad, en cuyas entrañas fué
concebida María sin pecado original.
—Dios te salve, Ana
felicísima.
Feliz por tu consorte
fidelísimo.
Más feliz por tu Hija
Sacratísima.
Y más por tu Nieto, Hijo
del Altísimo.
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