FESTIVIDAD: 16 de julio.
—Puesta
de rodillas la persona que ha de hacer la Novena delante de la Imagen de la
Virgen del Carmen, con profunda humildad y reverencia, se persignará
devotamente, y avivando la fe de que Dios está presente, levantará el corazón,
a su divina Majestad, y dirá las oraciones siguientes:
Por la señal, etc.
ORACIÓN.
Dios mío y Señor mío, postrado delante de tu Majestad Soberana,
con todo mi ser, mi alma y mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y
glorifico. A ti te reconozco por mi Dios y mi Señor. En ti creo, y creo
firmemente todos los misterios de nuestra Santa Fe Católica, en que quiero
vivir y morir. En ti espero y de ti espero me has de perdonar mis culpas, dar
tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran
en tu amor. A ti amo sobre todas las cosas por tu bondad infinita. A ti doy
infinitas gracias por todos los beneficios que me has hecho y me estás haciendo
siempre. A ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados; de todo
me arrepiento y te pido me perdones. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por
ser Vos quien sois. Pésame de todo corazón, porque sois mi Dios, infinitamente
bueno y digno de ser amado. Propongo firmemente, ayudado con vuestra gracia,
nunca más pecar, y apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme y satisfacer
por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Espero en Vos, Señor,
que por vuestra misericordia infinita me perdonaréis y daréis vuestros
auxilios, para que, perseverando en vuestra gracia, logre gozaros eternamente
en la gloria. Perdonadme, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a María
Santísima, vuestra Madre y mi Señora, y alcance por su intercesión lo que en
esta Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra y provecho de
mi alma. Amén.
ORACIÓN para todos los días
A LA VIRGEN DEL CARMEN
¡Oh,
Virgen María, Madre de Dios y de los pecadores!, especial protectora de los que visten
tu sagrado Escapulario, te suplico por lo que Su Majestad te ha engrandecido,
escogiéndote para verdadera Madre suya, me alcances de tu querido Hijo Jesús el
perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el
remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y lo que en esta
Novena especialmente pido, si conviene para su mayor honra y gloria y bien de
mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo, me valgo de tu intercesión poderosa,
y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos para
alabarle dignamente; y uniendo con sus afectos mis voces, te saludo una y mil
veces diciendo: Dios te salve, María, etc.
—Estas dos oraciones y tres Avemarías
se han de decir en todos los nueve días.
DÍA SEXTO (13 de julio).
ORACIÓN.
¡Oh
Virgen del Carmen, María Santísima! que,
para señalar a los Carmelitas por especiales hijos tuyos, los enriqueciste con
la singular prenda del sagrado Escapulario, vinculando en él tantas gracias y favores
para los que devotamente le visten, y cumpliendo con sus obligaciones procuran
vivir mostrando que son tus hijos en imitar tus virtudes.
Ruégote, Señora, me alcances lo ejecute yo así
siempre, y señalándome en servirte con amoroso obsequio, merezca lograr los
frutos de esta santa devoción, y me muestre agradecido a favor tan singular; y
al presente consiga de la Majestad de Dios lo que en esta Novena por tu
intercesión especialmente le pido, que así, Señora, te lo suplico humildemente
diciendo: Dios te Salve, Reina y
Madre de misericordia…
—Se dirá la Salve y Letanía con la Antífona.
Ahora se levanta el
corazón a Dios y se pide por intercesión de María Santísima del Carmen la
gracia que se intenta conseguir en esta Novena.
Letanías de Nuestra Señora
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios
Padre Celestial. Ten piedad de nosotros.
Dios
Hijo Redentor del Mundo Ten piedad de nosotros.
Dios
Espíritu Santo. Ten piedad de nosotros.
Santa
Trinidad, un solo Dios.
Ten piedad de nosotros.
Santa
María Ruega por
nosotros (se dice
en Cada advocación)
Santa
Madre de Dios,
Santa
Virgen de las vírgenes,
Madre
de Cristo,
Madre
de la Iglesia,
Madre
de la divina gracia,
Madre
purísima,
Madre
castísima,
Madre
inviolada,
Madre
siempre virgen,
Madre
inmaculada,
Madre
amable,
Madre
admirable,
Madre
del buen consejo,
Madre
del Creador,
Madre
del Salvador,
Virgen
prudentísima,
Virgen
venerable,
Virgen
digna de veneración,
Virgen
digna de alabanza,
Virgen
poderosa,
Virgen
clemente,
Virgen
fiel,
Esclava
del Señor,
Espejo
de justicia,
Trono
de sabiduría,
Causa
de nuestra alegría,
Vaso
espiritual,
Vaso
honorable,
Vaso
insigne de devoción,
Rosa
mística,
Torre
de David.
Torre
de marfil,
Casa
de oro,
Arca
de la alianza,
Puerta
del cielo.
Estrella
de la mañana,
Salud
de los enfermos,
Refugio
de los pecadores,
Consuelo
de los afligidos,
Auxilio
de los cristianos,
Reina
de los Ángeles,
Reina
de los Patriarcas,
Reina
de los Profetas,
Reina
de los Apóstoles,
Reina
de los Mártires,
Reina
de los Confesores,
Reina
de las Vírgenes,
Reina
de todos los santos,
Reina
concebida sin mancha original,
Reina
asunta a los cielos,
Reina
del Santísimo Rosario,
Reina
de la familia,
Reina
de la paz,
Cordero
de Dios, que quitas los pecados del mundo.
Perdónanos, Señor.
Cordero
de Dios, que quitas los pecados del mundo.
Escúchanos, Señor.
Cordero
de Dios, que quitas los pecados del mundo.
Ten piedad de
Nosotros.
—Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
—Para
que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
ANTÍFONA
Bajo
tu amparo nos refugiamos, Santa Madre de Dios; no desatiendas las oraciones que
te dirigimos en las necesidades, mas líbranos siempre de todo peligro, Virgen
gloriosa y bendita.
—Ruega por nosotros,
Santa Madre de Dios.
—Para que seamos dignos de alcanzar las
promesas de nuestro Señor Jesucristo.
OREMOS:
Concede
a tus siervos, oh Señor Dios, que gocen siempre de la salud del cuerpo y del
alma, y que, por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María,
se vean libres de los males de la vida presente y gocen de la eterna felicidad.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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