lunes, 24 de abril de 2017

EXCELENCIA DEL SANTO ROSARIO EN SU ORIGEN Y EN NOMBRE 2° ROSA- Origen del rosario



     El rosario, compuesto fundamentalmente y sustancialmente por la oración de Jesucristo (el padrenuestro), la salutación angélica (el avemaría) y la meditación de los misterios de Jesús y de María, constituye, sin duda, LA PRIMERA PLEGARIA Y LA PRIMERA DEVOCIÓN DE LOS CREYENTES. Desde los tiempos de los apóstoles y discípulos ha estado en uso, siglos tras siglos, hasta nuestros días. (los apóstoles y discípulos, que habían aprendido de labios de Jesús el padrenuestro–y quienes creyeron gracias a su palabra y testimonio– y se reunían para celebrar la presencia salvadora del  Señor, recitaban la oración dominical, meditaban y celebraban el memorial de Jesucristo y sentían la presencia de María, la Madre de Jesús, Maestra de oración.)


     Sin embargo, el santo rosario —en la forma y método de que hoy nos servimos en su recitación— sólo fue inspirado a la Iglesia —en 1214— POR LA SANTÍSIMA VIRGEN QUE LO DIO A SANTO DOMINGO para convertir a los herejes albigenses y a los predicadores. Ocurrió en la forma siguiente, según lo narra el Beato Alano de la Rupe en su famoso libro intitulado De dignita te psalterii:


     “Viendo Santo Domingo que los crímenes de los hombres obstaculizaban la conversión de los albigenses, entró en un bosque próximo  a Tolosa y permaneció allí tres días y tres noches dedicado a la penitencia y a la oración continua, sin cesar de gemir, llorar y mortificar su cuerpo con disciplinas para calmar la cólera divina, hasta que cayó medio muerto. La Santísima Virgen se le apareció en compañía de tres princesas celestiales y le dijo: “¿Sabes, querido Domingo, de qué arma se ha servido la Santísima Trinidad para reformar al mundo?” — ¡Oh Señora, tú lo sabes mejor que yo—respondió él—, porque, después de Jesucristo, tu Hijo, tú fuiste el principal instrumento de nuestra salvación! Pues sabe añadió ella — que la principal pieza de la batalla ha sido el salterio angélico, que es el fundamento del Nuevo Testamento. Por ello, si quieres ganar para Dios esos corazones endurecidos, predica mi salterio.”

     Se levantó el Santo muy consolado. Inflamado de celo por la salvación de aquellas gentes, entró en la catedral. Al momento repicaron las campanas para reunir a los habitantes, gracias a la intervención de los ángeles. Al comenzar él su predicación, se desencadenó una terrible tormenta, tembló la tierra, se oscureció el sol, truenos y relámpagos repetidos hicieron palidecer y temblar a los oyentes. El terror de éstos aumentó cuando vieron que una imagen de la Santísima Virgen, expuesta en lugar prominente, levantaba por tres veces los brazos al cielo para pedir  a Dios venganza contra ellos si no se convertían y recurrían a la protección de la santa Madre de Dios.

     Quería el cielo con estos prodigios promover esta nueva devoción del rosario y hacer que se la conociera más.

     Gracias a la oración de Santo Domingo, se calmó, finalmente, la tormenta. Prosiguió él su predicación, explicando con tanto fervor y entusiasmo la excelencia del santo rosario, que casi todos los habitantes de Tolosa lo aceptaron, renunciando a sus errores. En poco tiempo se experimentó un gran cambio de vida y costumbre en la ciudad.”




“EL SECRETO ADMIRABLE DEL SANTÍSIMO ROSARIO”



San Luis María Grignion de Montfort


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