La Comunión Reparadora,
por supuesto, es el acto más importante de la devoción de Reparación. Todos los
demás actos están concentrados alrededor de ella. Para entender su significado
e importancia, debe considerarse en relación con la Comunión milagrosa del
otoño de 1916; esta comunión ya estaba completamente orientada hacia la idea de
Reparación, gracias a las palabras del Ángel. La Comunión Reparadora también debe considerarse en relación con la
Comunión de los nueve Primeros Viernes del mes, pedida por el Sagrado Corazón
en Paray-le-Monial.
Alguien podría objetar: Recibir la Comunión el primer sábado de
cinco meses consecutivos es casi imposible para muchos de los Fieles que no tienen
Misa en su parroquia ese día...
Es
la pregunta que el Padre Gonçalves, el confesor de Lucía, le hace en una carta
del 29 mayo de 1930:
“Y quien
no pueda cumplir todas las condiciones el sábado, ¿no puede hacerlo los
domingos? La gente del campo por ejemplo no podrá muchas veces por vivir
lejos...”
Nuestro
Señor le dió la respuesta a la Hermana Lucía la noche del 29-30 de mayo de
1930: “Será igualmente aceptable la práctica de
esta devoción el domingo siguiente al primer sábado, cuando Mis sacerdotes, por
justos motivos, así lo concedan a las almas.” Entonces,
no sólo la Comunión, pero también la recitación del Rosario y la meditación
sobre los misterios, pueden transferirse al domingo, por motivos justificados que
los sacerdotes deberán juzgar. Es fácil pedir este permiso durante la confesión.
Note otra vez el carácter católico y eclesial del Mensaje de Fátima. Es a Sus sacerdotes, y no a la conciencia
individual, que Jesús da la responsabilidad de otorgar esta concesión
adicional.
Después de tantas concesiones, ¿quién podría argüir todavía que
no pudo cumplir los pedidos de la Virgen María?
“LAS
CRUZADAS DE FÁTIMA”
Necesito que me ayuden con las oraciones por mi salud para podercaminar.
ResponderEliminarEn mis oraciones Estela.
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