5 a ROSA :
LA COFRADÍA DEL ROSARIO
Estrictamente hablando, no hay sino una
Cofradía del Rosario, compuesto de ciento cincuenta avemarías. Pero, en razón
del fervor de las personas que lo, practican, podemos distinguir tres clases:
el rosario común u ordinario, el rosario perpetuo y el rosario cotidiano.
La Cofradía del Rosario Ordinario sólo exige recitarlo una vez por semana. La del Rosario
Perpetuo, una vez al año. La del Rosario Cotidiano, en cambio, exige rezarlo completo, es decir, las
ciento cincuenta avemarías, todos los días. Ninguna de estas Cofradías implica
obligación bajo pecado, ni siquiera venial, si no lo rezamos. Porque el
compromiso de rezarlo es totalmente voluntario y de supererogación. Pero no
debe alistarse en la Cofradía quien no tenga voluntad decidida de rezarlo,
conforme lo exige la Cofradía y, siempre que pueda, sin faltar a las
obligaciones del propio estado. De suerte que, cuando el rezo del rosario
coincide con una obligación de estado, hay que preferir ésta al rosario, por
santo que éste sea. Cuando, a causa de una enfermedad, no se le pueda recitar
totalmente o en parte sin agravar el padecimiento, no obliga. Y cuando, por
legítima obediencia, olvido involuntario o necesidad apremiante, no fue posible
rezarlo, no hay pecado ninguno, ni siquiera venial. Y no por ello dejas de
participar en las gracias y méritos de los cofrades del Santo Rosario que lo
rezan en todo el mundo.
Y si dejas de rezarlo por pura negligencia,
pero sin desprecio formal, absolutamente hablando, tampoco pecas. Pero pierdes
la participación en las oraciones, buenas obras y méritos de la Cofradía. Y por
tu negligencia en cosas pequeñas y de supererogación, caerás insensiblemente en
la infidelidad a las cosas grandes y de obligación esencial: El que
desprecia lo pequeño, poco a poco se irá arruinando.
“El secreto admirable del Santísimo Rosario”
San
Luis María Grignion de Montfort
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