-Festividad:
7 de octubre.
ORACIÓN INICIAL
¡Oh Madre y clementisima
Virgen del Rosario! Vos que plantasteis en la Iglesia, por
medio de vuestro privilegiado hijo Domingo, el místico árbol del Santo Rosario,
haced que abracemos todos tu santa devoción y gocemos su verdadero espíritu; de
suerte que aquellas místicas rosas sean en nuestros labios y corazón, por los
pecadores medicina y por los justos aumento de gracia. Amén.
Pedir
aquí con confianza la gracia que se desea obtener con esta novena.
DÍA 1
“Dios te salve”.
¡Cuánto mi alma se alegra, amantísima Virgen, con los dulces recuerdos que en
mi despierta esta salutación! Se llena de gozo mi corazón al decir el “Ave
María”, para acompañar el gozo
que llenó Vuestro espíritu al escuchar de boca del Ángel, alegrándome de la
elección que de Vos hizo el omnipotente para darnos el Señor. Amén.
ORACIONES FINALES
Rezar tres Avemarías y Glorias en reverencia de las tres órdenes
de misterios del Santo Rosario. Terminar con la siguiente oración:
¡Oh Santísima Virgen
Madre de Dios, dulce refugio y consuelo piadoso de todos los afligidos!
Por aquella confianza y autoridad de Madre con que podéis presentar nuestros
ruegos al que es árbitro soberano de nuestro bien empeñad una y otra en favor
nuestro. Conseguidnos el reformar con el Santo Rosario nuestras vidas,
estudiando en tan dulce libro la fiel imitación de vuestro Hijo Jesús, hasta
que podamos adorarlo y amarlo por todos los siglos de los siglos. Amén.
DÍA 2
¡“María” nombre santo! Dignaos,
amabilísima, sellar con vuestro nombre el memorial de las suplicas nuestras, dándonos
el consuelo de que lo atienda benignamente vuestro Hijo Jesús, para que
alcancemos aburrimiento grande a todas las vanidades del mundo, firme afición a
la virtud, y ansias continuas de nuestra eterna salvación. Amén.
Concluir
con las oraciones finales.
DÍA 3
“Llena eres de gracias”. ¡Dulce Madre! Dios os salve, María, sagrario riquísimo
en que descanso corporalmente la plenitud de la Divinidad: a vuestros pies se
presenta desnuda mi pobre alma, pidiendo la gracia y amor de Dios, con el que
fuisteis enriquecida, haciéndote llena de virtud, llena de santidad, y llena de
gracia. Amén.
Concluir
con las oraciones finales.
DÍA 4
“El Señor es contigo”. ¡Oh Santísima Virgen! Aquel inmenso Señor, que por su esencia
se halla con todas las cosas, está en Vos y con Vos por modo muy superior.
Madre mía venga por Vos a nosotros. Pero ¿Cómo ha de venir a un corazón de tan
poca limpieza, aquel Señor, que para hacernos habitación suya, quiso con tal
prodigio, que no se perdiese, siendo Madre vuestra virginidad? ¡Oh! muera en
nosotros toda impureza para que habite en nuestra alma el Señor. Amén.
Concluir
con las oraciones finales.
DÍA 5
“Bendita Tu eres entre
todas las mujeres”. Vos
sois la gloria de Jerusalén: Vos la alegría de Israel: Vos el honor del pueblo
santo de Dios. Obtenga por vuestra intercesión nuestro espíritu la más viva fe,
para considerar y adorar con vuestro santo Rosario las misericordias que en Vos
y por Vos hizo el Hijo de Dios. Amén.
Concluir
con las oraciones finales.
DÍA 6
“Bendito es el fruto de
tu vientre Jesús”. Lloro,
oh Madre mía, que haya yo hecho tantos pecados, sabiendo que ellos hicieron
morir en cruz a vuestro Hijo. Sea el fruto de mi oración, que no termine nunca
de llorarlos, hasta poder bendecir eternamente aquel purísimo fruto de vuestro
vientre. Amén.
Concluir
con las oraciones finales.
DÍA 7
“Santa María, Madre de
Dios”. No permitáis se pierda mi
alma comprada con el inestimable precio de la sangre de Jesús. Dadme un corazón
digno de Vos, para que amando el recogimiento, sean mis delicias obsequiaros con
el santo Rosario, adorando con él a vuestro Hijo, por lo mucho que hizo para
nuestra redención, y por lo que os ensalzo, haciéndote Madre suya. Amén.
Concluir con las oraciones finales.
DÍA 8
“Ruega por nosotros
pecadores”. ¡Madre
de piedad! A Vos solo dijo aquel
Rey soberano de la gloria: Vos sois mi Madre. Alcanzadme humildad y plena
confianza, dispuesto de este modo, con el auxilio de Dios, a recibir los
favores de la Divina misericordia, por los méritos de vuestro Hijo, y Redentor
nuestro. Amén.
Concluir
con las oraciones finales.
Día 9
“Ahora, y en la hora de
nuestra muerte”, estamos
siempre expuestos a perder la gracia de Dios. Haced que no se aparte de mi
memoria al último momento de la vida, que habrá de ser decisivo de mi eterna
suerte. ¡Oh Madre de piedad! Concededme
el consuelo de morir bajo la vuestra protección y en el amor de mi Jesús. Amén.
Concluir con las oraciones finales.
DEVOCIONARIO CATÓLICO.
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