“Yo soy la flor del campo
y el lirio de los valles”. (Cantares).
Hay en el culto de María un no sé qué de
encantador, que despierta en el alma actitud de indecible ternura y que sonríe al
corazón cristiano como el amor de una madre sonríe al
corazón del hijo.
El culto de María, fresco y lozano como el
lirio de los valles y como la flor del campo, es fecundo en
inspiraciones risueñas para el arte. Ofrece al músico, al pintor y al poeta un
ideal en que se resume todo lo que tiene de
grandioso el dolor llevado hasta el heroísmo y todo lo que tiene de sublime la virtud, de simpático
la inocencia y de agradable la belleza.
Las
flores, los cánticos, las imágenes, los altares, todo se hace servir para
realzar el culto de María. Las primeras flores que la naturaleza produce son
llevadas a sus pies en frescas coronas y hermosas guirnaldas, cuya suave
fragancia es emblema de sus virtudes. Las estrellas son las piedras de su
diadema, el sol con sus rayos forman los pliegues de su manto real y la luna,
compañera de los poetas y de los viajeros, pone su frente bajo las plantas de
la Reina del cielo. Así la vio San Juan en sus raptos sublimes, y así los
hombres se complacen en representarla.
Para cantar las glorias de María, descendiente
del cantor inspirado de Israel, se forman coros,
compuestos de una piadosa y brillante juventud, que hacen resonar las bóvedas
del templo con himnos entusiastas. Encantadoras armonías que al compás de
melodiosos instrumentos, reproducen en notas cadenciosas las alegrías de Belén y los dolores del Calvario, los
gozos y las lágrimas de la Virgen Madre.
Tantas bellezas han dado origen a esa multitud de hermosas instituciones
que llevan el nombre de María, a ese catálogo de devociones que tienen por
objetos su culto y a las variadas y poéticas advocaciones bajo las cuales se
les venera. Entre estas instituciones se distingue la del MES DE MARÍA.
Presbítero Don Rodolfo
Vergara Antúnez.
en estos momentos de endemia debería estar a disposición todos estas ayudas de comunicación con la Santísima virgen nuestra Santa Madre María y fortalecer esto momentos difíciles.
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