La Virgen de
Chiquinquirá es la misma imagen de Nuestra Señora del Rosario. Se trata de un cuadro pintado por Alonso de Narváez, que con el paso del
tiempo se fue deteriorando, perdiendo su definición y colorido.
Décadas más tarde una piadosa dama
encontró el lienzo, lo limpió y expuso en su casa. Ante el cuadro rezaba
diariamente toda la familia con devoción ejemplar. En la fiesta de Navidad de
1586 el cuadro se desprendió súbitamente de la pared y la imagen de la Madre de
Dios comenzó a irradiar una clara iluminación celestial. Milagrosamente se renovó
la pintura con todo su colorido y lineamiento primitivos, que aún hoy conserva.
Este portento fue comprobado canónicamente, y el Arzobispo de Santa Fe de
Bogotá fue en procesión a venerar la sagrada imagen, ordenando la construcción
de un templo en Chiquinquirá.
San Pío X decretó su coronación y la
declaró Patrona del país.
MISAL DIARIO
Católico Apostólico Romano. 1962.
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