El 2 de agosto de 1635, fiesta de la Virgen
de los Ángeles, en Puebla de los Pardos, distrito de Cartago, la niña mestiza
Juana Pereira descubrió una pequeña imagen de la Virgen tallada en rasgos
sencillos sobre una piedra oscura y colocada visiblemente sobre una gran roca a
la vera de un camino.
Con gran alegría la guardo, sin imaginar que otras cinco veces más la volvería
a hallar en el mismo sitio: la imagen desaparecía
de armarios, cofres, y hasta del sagrario parroquial, para regresar tenazmente
a la roca donde había sido encontrada.
Se dedujo entonces que la Virgen quería tener
en aquel sitio un lugar de oración, en el que también pudiera dispensar sus
gracias a los humildes y pobres.
La imagen fue coronada solemnemente el 25 de abril de 1926. Nueve años más
tarde Pío XI elevo el Santuario de la Reina de los Ángeles a la dignidad de Basílica
menor.
MISAL DIARIO
Católico Apostólico Romano—1962.
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