VIRGEN PRUDENTÍSIMA.
Eratque mulier illa prudentíssima, 1. Reg. 25.
Y era aquella mujer prudentísima.
CONSIDERACION I.
A María santísima
la pintan rodeada por todas partes de varios instrumentos de ciencias y artes,
con lo que significa su admirable prudencia. Y el
gallo que también lo figuran entre los instrumentos referidos, lo ponen para
significar la vigilancia de María: la
hormiga que en el veranó congrega alimentos para el invierno, significa su
providencia. En fin, la serpiente indica su
prudencia según aquel dicho de Cristo: sed prudentes como las
serpientes.
CONSIDERACION II.
Abigail
fue adornada de gran prudencia: así lo testifica el
sagrado texto citado arriba: era aquella mujer prudentísima.
Pero ¿de qué modo manifestó su prudencia? vedlo aquí, porque
humillándose se llamó esclava de David. Abigail era
figura de la prudentísima Virgen María, que respondió al Arcángel con
suma humildad: he aquí la esclava del señor. Por tanto, si según el dicho del filósofo, aquel es prudente que reprueba el mal y elige el bien:
¿no deberá llamarse por ventura María Virgen
prudentísima, como que, libre del mal eligió, no como quiera el bien, sino la
mejor parte?
CONSIDERACION III.
Salomón dice: el que modera sus labios es prudentísimo: pues
estos en gran manera modero María Santísima que en todo el Evangelio solo se
halla que habló cuatro veces, conviene a saber: con
el Arcángel San Gabriel, con Santa Isabel, con Jesucristo cuando lo halló en el
templo, y finalmente en las bodas. Además de esto todas las palabras proferidas por María contenían muy
grande edificación y singular prudencia; de suerte que, entre aquellas
cinco Vírgenes prudentes, tiene por justicia el
primer lugar; porque absteniéndose de todo pecado, conservó enteramente el
aceite de la gracia.
ORACIÓN.
¡O prudentísima y
providentísima Virgen María! Te ruego me alcances de la Sabiduría encarnada, esto es,
de tu Hijo Santísimo, esta gracia, que en adelante siempre sea yo prudente y
próvido; conviene a saber en la locución, en la acción, pero principalmente en
la operación de mi salud; de suerte que en todo tiempo recoja el aceité de
buenas obras con las cinco Vírgenes prudentes, y así sea admitido en la casa
del Esposo celestial: o María.
Virgen prudentísima, ruega por nosotros
P. FRANCISCO JAVIER DORNN
DEAN Y PREDICADOR DE PRIDBER
(1834).
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