domingo, 12 de mayo de 2019

BREVE PRÁCTICA, DEL MES DE MAYO CONSAGRADO A LA MADRE DE DIOS: MEDITACIÓN DÍA 12 DE MAYO.




POR FELIX SARDA Y SALVANY, PBRO.


ACTO DE CONTRICIÓN.


Por la señal, etc.

   A vuestra soberana Madre vengo a honrar, Señor mío Jesucristo, y al querer debidamente hacerlo, me avergüenza ante todo el estado de mi pobre alma, tan llena de ofensas a Vos. Os he faltado, Señor, mil veces, y agraviándoos a Vos, he agraviado juntamente a vuestra dulcísima Madre y mía. ¿Cómo he de poder, pues, presentarme en su presencia sin que le provoque a asco y enojo mi indignidad?

   Vos, Señor mío, que tan misericordioso sois y que desde las entrañas de vuestra dulce Madre habéis traído al mundo tesoros de bondad y de compasión, tenedla de ese pobrecito pecador, y perdonadle una vez más sus negras ingratitudes. ¡Pésame, Señor en lo más vivo de mi alma haber herido con ellas vuestro amante Corazón! ¡Pésame, Padre mío y no quiero ofenderos con ellas ya más! Ayudadme con vuestra gracia para perseverar en este mi arrepentimiento y firme propósito hasta el fin de mi vida. Amén.


ORACIÓN A MARÍA SANTÍSIMA.


   Vuestro permiso imploro, Madre y Señora mía, para acercarme, a pesar de mi indignidad, a vuestro altar sagrado. A él vengo, celestial Maestra, para que me instruyáis; a él corro, bondadosa Madre, para que me consoléis; a él me refugio, Abogada poderosísima, para que me protejáis. Todo lo sois, Señora, para el pueblo cristiano y para este infeliz pecador, luz, consuelo, amparo, fuerza, esperanza y segura protección. Enseñadme con el ejemplo de vuestra vida, especialmente con el paso de ella que me propongo hoy meditar; fortalecedme con la divina gracia que benévolamente me alcanzaréis de vuestro Hijo Jesús; consoladme y acariciadme con las infinitas dulzuras de vuestro culto y amor, singularmente en este vuestro devoto Mes. Amén.

   ¡Madre y Señora mía! De vuestro Soberano Hijo y Señor mío otorgadme en estos momentos el especial beneficio de hacer con fruto para mi alma estos breves puntos de meditación.


MEDITACIÓN DÍA 12 DE MAYO.



María en su huida a Egipto. —Total desprendimiento.


   Pocos días después del Nacimiento del Salvador, poderosos enemigos maquinan su muerte. Un Ángel del cielo avisa a José, y María con su Esposo y el Niño se ven obligados a huir a Egipto, país extranjero, idólatra y enemigo de su nación. María emprende sin vacilar este viaje, y abandona, confiada en la Providencia, su país natal.

   Tales sacrificios exige alguna vez el servicio de Dios a las almas cuya fidelidad desea Él tener bien probada. A Abrahán, al llamarle a ser padre de su pueblo, empezó por mandarle el Señor que dejase su tierra, padres y parientes. Y en el Evangelio se nos dice repetidas veces que es forzoso en casos dados dejar padre, madre, esposa y hermanos, y hasta la propia vida para seguir a Cristo. Lo cual no significa sino la sublime virtud del total desprendimiento, que es la fundamental de toda vida de perfección. ¿Cómo quieres de otro modo volar libre, alma mía, por los espacios iluminados y anchurosos del cielo, si tienes trabadas tus alas con lazos de la tierra, que son las desordenadas aficiones de que se trata aquí? El desprendimiento espiritual, en el grado mayor o menor que sea necesario para el cumplimiento de los designios de Dios sobre tu alma, debe ser constante trabajo de tu vida, si deseas traerla por los elevados senderos de la santidad. Sal de tu patria, sal de los tuyos, sal de ti misma, si quieres encontrar a Dios. Corazón que han de llenar pensamientos y afectos del cielo, ha de vaciarse antes de todo pensamiento y afición terrena que allí pueda estorbar.

   Despegadme, Dios mío, desterradme, desprendedme, descarnadme de cuanto no seáis Vos o no se encamine directa y exclusivamente a Vos.





DESPUÉS DE LA MEDITACIÓN.


   Ahora saludaremos fervorosamente el Nombre suavísimo de nuestra Divina Madre con las siguientes jaculatorias y Ave Marías:

Madre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida acordaos de mí, pobre pecador. Ave María.


Arca de Dios y Tesorera del cielo, concededme abundantes gracias para detestar y llorar mis pecados. Ave María.


Reina de cielos y tierra, sedme amparo y defensa en las tentaciones de mis enemigos. Ave María.


Inmaculada Madre de mi Dios y Señor, alcanzadme lo que os pido para mi salvación. Ave María.

Abogada mía y refugio mío, amparadme en el trance espantoso de la muerte y abridme las puertas del cielo. Ave María y Gloria.




ORACIÓN DE SAN BERNARDO.

(Memorare).


   Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se oyó decir que alguno de los que acudieron a vuestra mediación e imploraron vuestro auxilio fuese desamparado de Vos. Alentado con esta seguridad, a Vos acudo, Virgen Reina de las vírgenes, y aunque agobiado bajo el peso de mis culpas, atrévome á parecer ante vuestra presencia. No despreciéis mis ruegos, antes dignaos atenderlos y favorablemente despacharlos. Amén.



OFRECIMIENTO DEL DÍA...


   Cuanto piense, cuanto hable, cuanto obre y cuanto quiera en este día de vuestro sagrado Mes, os lo ofrezco, purísima Reina de los cielos, como florido homenaje de amor consagrado a vuestra devoción. Sean por Vos todas y cada una de mis respiraciones. Sean por Vos todos y cada uno de los latidos de mi corazón, sean por Vos los deseos más íntimos de mi alma. Os dedico muy especialmente el obsequio o flor espiritual de hoy, y deseo lo recibáis como nueva prenda de mi fidelidad a vuestro amor. Y haced, Señora, que según Vos viva, y en Vos muera, y con Vos reine felizmente por toda la eternidad. Amén.





FLORES ESPIRITUALES:


—12. Otra parte del Santo Rosario por la destrucción de las sectas secretas. 



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