El culto litúrgico del “Purísimo Corazón de
María” había sido ya sugerido por los
Padres de la Iglesia en sus comentarios del Cantar de los Cantares. Sin embargo,
recién en el siglo XIX Pío VII comenzó a otorgar a algunos lugares una fiesta
en su honor.
Pío IX dotó a esta fiesta de una Misa y oficios propios, y el Papa Pío
XII consagro
el mundo al dulcísimo y maternal Corazón de la Virgen María en el año 1942, en
medio de los horrores de la Segunda Guerra Mundial, esperando hallar en tan
benigno Corazón remedio para tantas calamidades.
En 1944 accedió gustoso a las suplicas de muchos Obispos, Congregaciones
religiosas y fieles, extendiendo
a toda la Iglesia Universal la fiesta del Inmaculado Corazón de María y
señalando la octava de la Asunción para celebrar esta fiesta.
Misal Romano-1962.
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