miércoles, 21 de agosto de 2019

VISITA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA.






ORACIÓN.


   Dios y Señor mío, dignaos aceptar esta visita que por amor vuestro hago al purísimo Corazón de vuestra Madre, y Vos, Virgen Santísima, alcanzadme las gracias que necesito para sacar el debido fruto.




CONSIDERACIÓN


*




Sobre la excelencia y bondad del Corazón de María.



El Corazón Santísimo de María es el más santo, puro, noble y grande, que ha formado la mano del Todopoderoso después del de Jesús; manantial perenne de bondad, dulzura, misericordia y amor, dechado de las más excelentes virtudes, imagen acabada del Corazón de Cristo; Corazón inflamado de ardiente caridad, el cual por sí solo ama más a Dios que todos los serafines juntos. Este Corazón dio irás gloria a la Beatísima Trinidad con el menor de sus actos, que todas las criaturas reunidas con los actos más heroicos. Es el Corazón de la Madre del Redentor y de la Madre de los hombres, Corazón amorosísimo, de caridad muy tierna, sumamente compasivo de nuestras desgracias, traspasado de dolor por nuestra salvación eterna, y que en medio de la inmensa gloria que tiene en el cielo, conserva las mismas disposiciones; por lo cual es digno de toda alabanza, de todo obsequio y amor, y de que todas las criaturas lo veneren y pongan en él su confianza. Ábrele, pues, tu corazón, y pídele cuanto necesites, porque es tan tierno y bondadoso que otra cosa no desea que hacer mercedes. Ruégale de un modo especial por la conversión de los pobres pecadores.




Pida aquí el asociado las gracias que desee obtener, lo cual, hecho, para mejor alcanzarlas, diga al Purísimo Corazón de María las siguientes




SALUTACIONES.




—1º Os adoro, amabilísimo Corazón de María, que ardéis continuamente en vivas llamas del divino amor; por Él os suplico, Madre mía amorosísima, encendáis mi tibio corazón en ese divino fuego en que estáis toda abrasada.


— Ave María y Gloria Patri.





—2º Os adoro, Purísimo Corazón de María, de quien brota la hermosa azucena de la virginal pureza; por Él os pido, Madre mía inmaculada, purifiquéis mi impuro corazón, infundiendo en él la pureza y castidad.


— Ave María y Gloria Patri.




—3º Os adoro, afligidísimo Corazón de María, traspasado con la espada del dolor por la Pasión y Muerte de vuestro querido Hijo Jesús, y por las continuas ofensas que se cometen contra su Divina Majestad: dignaos, Madre mía dolorida, penetrar mi duro corazón con un vivo dolor de mis pecados, y con el más amargo sentimiento, de los ultrajes e injurias que está recibiendo de los pecadores el divino Corazón de mi adorable Redentor.


— Ave María y Gloria Patri.




—¡Oh María inmaculada, mansa y humilde de Corazón!

—Unid mi corazón con el del Divino Redentor.





ORACIÓN.


Clementísimo Dios que para la salvación de los pecadores y refugio de los miserables quisisteis hacer el Corazón de María tan semejante en el amor y en la misericordia al de Jesús; concedednos que, celebrando las admirables prerrogativas de este dulcísimo Corazón, merezcamos ser hallados según el Corazón de Jesucristo, que vive y reina con Vos en los siglos de los siglos.
— Amén.



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