sábado, 25 de julio de 2020

NOVENA A LA GLORIOSÍSIMA SANTA ANA. NOVENO DÍA.





COMENZAMOS: 17 de julio.


FINALIZAMOS: 25 de julio.


FESTIVIDAD: 26 de julio.




Puesto de rodillas ante una imagen de nuestra Señora Santa Ana, con la reverencia y atención posible, se comienza con él siguiente…





ACTO DE CONTRICIÓN.



   Amorosísimo Dios, Trino y Uno, Padre, Hijo y Espíritu Santo, en quien creo, en quien espero, a quien amo con todo mi corazón, cuerpo y alma, sentidos y potencias, por ser Vos mi Padre, mi Señor y mi Dios infinitamente bueno y digno de ser amado sobre todas las cosas. Me pesa, Trinidad Santísima; me pesa, Trinidad Misericordiosísima; me pesa, Trinidad Amabilísima, de haberos ofendido, sólo por ser quien sois. Propongo y os doy palabra de nunca más ofenderos: morir antes que pecar. Espero en vuestra suma bondad y misericordia infinita, y en la poderosa intercesión de vuestra querida Hija, Madre y Esposa María Santísima, mi Señora, y méritos de mi Señora Santa Ana, que me habéis de perdonar todos mis pecados, y me daréis gracia para perseverar en un verdadero amor y cordialísima devoción de vuestra siempre amabilísima Trinidad. Amén.





ORACIÓN PRIMERA PARA TODOS LOS DÍAS



   Soberana Madre de la Reina del cielo y Abuela del Verbo humanado, Hijo del Eterno Padre, mi Señora Santa Ana: con humilde reverencia, postrado a tus pies, te suplico que, si el favor que te pido ha de ser para gloria de tu Santísimo Nieto, Dios y Señor mío, y bien de mi alma, me lo alcances de su divina piedad; y si no, endereza mi ruego a lo que conoces ser mayor agrado, gloria suya y provecho espiritual de mi alma. Amén.







  1.  NOVENO DÍA (25 de julio).





   ¡Oh dichosísima Señora Santa Ana! Yo me alegro, doy mil plácemes a la Santísima Virgen María, tu Hija, y a la Santísima Trinidad infinitas gracias, por el colmo de casi inmensa gloria de que te llenó, y al presente gozas en el cielo, viendo a la diestra del Eterno Padre a tu Divino Nieto, y a tu Hija Santísima Reina de la gloria: por estos favores, Señora, y por la especial complacencia y agrado que la Santísima Trinidad tiene en tu dichosa alma, más que en la de otros innumerables Santos y ángeles, te suplico me alcances de su bondad que, en pasando de esta vida, merezca ver su divino rostro, la humanidad de tu Nieto Dios, la gloria de tu Hija, que después de la de Jesucristo es la suma, y la tuya, que no puede menos que ser la admiración de los ángeles; pues, después de tu Purísima Hija, creo que eres el hechizo de la gloria, y me alcances el favor que te pido en esta Novena, si es para gloria suya y bien de mi alma. Amén. Jesús, María, José, Joaquín y Ana, que en vida y en muerte amparen mi alma.







—Aquí se rezan tres Padrenuestros y tres Avemarías a nuestra Señora Santa Ana, en memoria, obsequio y alabanza de la Santísima Trinidad; y después se prosigue con la siguiente…




ORACIÓN QUE TAMBIÉN ES PARA TODOS LOS DÍAS.



   Con firmísima esperanza y humilde rendimiento ¡oh gloriosísima Señora Santa Ana! imploro tu favor, y fio conseguir de la divina clemencia éste, para cuyo despacho empeño con la Santísima Trinidad tu gracia y valimiento. Pídele a tu Hija que interceda por mí. Ruégale a tu divino Nieto que me lo conceda, y no dudo de mi buen despacho, pues tu Hija y tu Nieto, celando tu culto y honra, miran el buen despacho de tus recomendados, como acrecentamiento de tu gloria. No mires ¡oh piadosísima Señora Santa Ana! mis deméritos, ni lo frío de mis afectos, sino a tu piedad y tu grandeza: y si miras a mi indignidad y miseria, sea para que sobresalga en remediarla el poder de tu misericordia y el valor de tu intercesión, la cual te suplico se extienda a la protección de la Santa Iglesia, a la destrucción de las herejías, reducción de los infieles y herejes, paz y concordia entre los Príncipe cristianos, al eficaz auxilio a los pecadores para que salgan de sus culpas, y, finalmente, al alivio y descanso de las benditas ánimas del Purgatorio. Amén.



—Aquí, levantando la confianza y el corazón a nuestra Señora Santa Ana, se le pedirá fervorosamente en secreto él favor especial que se pretende, y después se dice la siguiente…





ORACIÓN A LA VIRGEN SANTÍSIMA PARA TERMINAR TODOS LOS DÍAS.


   Sacratísima Reina de los Ángeles, María, Señora nuestra, que como reconocida y amante Hija de tan Santa Madre, tú misma desde el cielo solicitas la devoción y culto de mi Señora Santa Ana: yo te suplico entrañes en mi alma, y en las de todos los cristianos, el amor y devoción de tu Santísima Madre, y hagas que viva su memoria en nuestros afectos, y alcances de tu querido Padre, Hijo y Esposo, que no se condene el alma que implora tu favor; sino que en vida, libre por tu intercesión de las culpas y asechanzas del demonio, en la hora de la muerte sienta el poder de tu patrocinio y de tu agradecimiento, recibiendo en tus brazos para la gloria a los que por complacerte honran a tu Madre y se confiesan esclavos suyos. Amén.




JACULATORIAS




—Dios te salve, Ana felicísima.
Santísima Madre de la Hija de Dios Padre.
Santísima Madre de la Madre de Dios Hijo.
Santísima Madre de la Esposa del Espíritu
Santo.
—Dios te salve, Abuela de Jesús.
—Dios te salve, campo preciosísimo del templo de la Santísima Trinidad, en cuyas entrañas fué concebida María sin pecado original.




—Dios te salve, Ana felicísima.
Feliz por tu consorte fidelísimo.
Más feliz por tu Hija Sacratísima.
Y más por tu Nieto, Hijo del Altísimo.





—¡Viva Jesús, viva María Purísima, y su Madre Ana Santísima por toda la eternidad! Amén.






GOZOS A SANTA ANA.



   Pues que sois tan poderosa
Y en gloria tan Soberana,
Dichosísima Santa Ana,
Favorecednos piadosa.


   Abe terno destinada,
Con singular elección,
Para la generación
De la Hija Inmaculada,
Fuisteis, y de Dios sellada
Con santidad portentosa:
Dichosísima Santa Ana,
Favorecednos piadosa.


Todo el cielo os aclamó
Por Madre de su Princesa,
Pregonando la grandeza
Á que Dios os levantó;
Tan temprano comenzó
Vuestra dicha venturosa:
Dichosísima Santa Ana,
Favorecednos piadosa.

Entre las mujeres, vos
(Después de María amada)
Sois la más aventajada
En el aprecio de Dios,
Supuesto que á sola Vos
Hizo su Abuela amorosa:
Dichosísima Santa Ana,
Favorecednos piadosa.

Vos de Sangre Real naciste,
Ennoblecida y hermosa,
Tan santa y tan virtuosa,
Que el Imán del cielo fuiste,
Y entre los hombres tuviste
Veneración respetuosa:
Dichosísima Santa Ana,
Favorecednos piadosa.

Vuestras prendas fueron tales,
Que todos las admiraban;
Vuestros Padres se alegraban
Viendo en vos tales sedales:
Y los dones celestiales
Os hacían más donosa:
Dichosísima Santa Ana,
Favorecednos piadosa.

De Joaquín esposa bella
Brillasteis, y de María
Madre en fiel soberanía,
Dignidad que más descuella:
Fuisteis rutilante estrella,
Y más que el sol luminoso:
Dichosísima Santa Ana,
Favorecednos piadosa.

¿Quién podrá de vuestras glorias
Celebrar las alabanzas,
Que si fueron esperanzas
Infecundas, ya notorias
Son poseídas victorias
Con paz de fruto copiosa?
Dichosísima Santa Ana,
Favorecednos piadosa.

Fuisteis estéril primero
Que fecunda, muchos años,
Para reparar los daños
Con el fruto postrimero;
Hizo la fruta este fuero
Más sazonada y gustosa:
Dichosísima Santa Ana,
Favorecednos piadosa.

Calle ya la antigua Ana,
Con Sara, y con Isabel;
Porque no hace aquí papel
Su esterilidad anciana;
La vuestra es más soberana
Por el fruto, y generosa:
Dichosísima Santa Ana,
Favorecednos piadosa.

Paristeis con dicha tanta
Á la Reina de los cielos,
Que a todos nuestros desvelos
Tal felicidad espanta;
Madre sois de Hija tan santa,
Que es cosa muy milagrosa:
Dichosísima Santa Ana,
Favorecednos piadosa.

Querubines a porfía,
Mejor que vuestros parientes,
Os servían reverentes
Al dar a luz a María.
¡Oh, qué alegre fué aquel día,
En que fuiste tan dichosa!
Dichosísima Santa Ana,
Favorecednos piadosa.

En dulzura brinda el pecho
Vuestro amor a vuestra niña;
Ya la arrulla, ya la aliña,
Ya la compone en el lecho;
Y del corazón no estrecho,
Mar de cariños rebosa:
Dichosísima Santa Ana,
Favorecednos piadosa.

Con desvelo la criasteis,
Y con rectitud prolija,
Siendo espejo de tal Hija,
Las virtudes la enseñasteis;
Y el oficio ejecutasteis
De Maestra primorosa:
Dichosísima Santa Ana,
Favorecednos piadosa.

Al tercer año, en servicio
De Dios, y del mundo ejemplo,
La consagrasteis al templo
En divino sacrificio:
Aceptó Dios muy propicio
Vuestra ofrenda tan costosa:
Dichosísima Santa Ana,
Favorecednos piadosa.

Ya de laureles colmada,
Y cansada de esta vida,
Llegasteis a la partida
Felizmente consolada;
Al limbo fué la jornada,
Y presto al cielo gloriosa:
Dichosísima Santa Ana,
Favorecednos piadosa.

Á la Hija muy cercana,
En Trono muy majestuoso,
Gozáis eterno reposo
En la Patria soberana:
Allí sois con verdad llana
Abogada poderosa:
Dichosísima Santa Ana,
Favorecednos piadosa.

De Jesús Abuela santa,
Y Madre sois de María,
Para ser nuestra alegría:
Libradnos de la garganta
Del dragón que nos espanta
En nuestra muerte penosa:
Dichosísima Santa Ana,
Favorecednos piadosa.



—Ruega por nosotros, bienaventurada Señora Santa Ana.



—Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.  





 ANTÍFONA


Bienaventuradas las entrañas de la felicísima Matrona Ana, que albergaron por nueve meses a la Hija muy amada del Eterno Padre; y bienaventurados los pechos que sustentaron a la Virgen Madre del Eterno Hijo y Purísima Esposa del Espíritu Santo.


¡Oh bienaventurada Ana, que siempre reinas con los santos ángeles! Acuérdate en tu gloria de nosotros, de suerte que merezcamos ser tus compañeros.


ORACIÓN


   ¡Oh soberano Dios!, que hicisteis a la bienaventurada Ana la gracia de ser Madre de María Santísima, en cuyas virginales entrañas se vistió de nuestra carne vuestro Eterno Verbo: concedednos, por vuestra misericordia, que en vuestra presencia nos patrocine aquella cuya dulce memoria celebramos. Por vuestro mismo Hijo Santísimo Nuestro Señor Jesucristo. Amén.



LAÜS DEO





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