El 31 de mayo la Iglesia
celebra la fiesta de MARÍA REINA, que instituyó Pío
XII, el cual —dijo— ha sido exaltada
a los reinos celestes por encima de los coros angélicos. Coronó así lo que
expresó la Tradición y la Liturgia y siempre creyó el pueblo cristiano.
El fundamento principal documentado por la Tradición y la
sagrada Liturgia en que se apoya la realeza de María es indudablemente su
divina maternidad.
CRISTO ES REY DESDE LA ETERNIDAD
Y Cristo es Rey. Él es como dice el Apocalipsis "Rey de reyes
y Señor de señores", "el principio de la creación de Dios", principio
de la naturaleza, de la gracia y de la gloria.
"Juan da testimonio de Él
y clama: «De
Este dije yo: Él que viene después de mí, se me ha adelantado porque Él existía
antes que yo.» Y de su plenitud hemos recibido todos, a saber, una
gracia correspondiente a su gracia".
Santo Tomás comentando los Evangelios
en su Catena Áurea dónde debía nacer el Cristo, trae el
texto de San Jerónimo: "El sentido de la profecía de Miqueas 5.2 es el
siguiente: «Tu
Belén, tierra de Judá Efrata... aunque seas una pequeña aldea entre las mil
ciudades de Judá, sin embargo de ti nacerá el Cristo que reinará sobre Israel y
que será de la familia de David.» Él ha nacido de mí antes que
fueran los siglos. Por eso el Profeta añade: «Su salida es desde el principio de la
eternidad»; porque en el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios".
Comentando a Miqueas dice Straubinger:
"Grandiosa profecía mesiánica, que reúne los fundamentos de
la doctrina cristológica: la eternidad y divinidad del Mesías
(cf. Prov. 8,22 ss.), su
consubstancialidad al Padre, su realeza y su reinado..."
Análogamente canta el salmista:
"Tu trono, oh Dios, es por los siglos y para siempre; el
cetro de tu reino es vara de justicia. Tú amas la justicia y detestas la
maldad; por esto, oh Dios, el Dios tuyo te ungió, entre todos tus semejantes, con
óleo de alegría."
Sobre este texto así
comenta Straubinger: "Obsérvese que aquí [v. 7] y en el v. 8 el Mesías es
llamado Dios y que San Pablo utiliza este v. en Hebr. 1,8-9, para demostrar la
superioridad de Cristo sobre los ángeles, siendo también uno de los textos
citados en la Encíclica «Quas Primas» de
Pío XI acerca de la dignidad de Cristo Rey."
A la diestra de Cristo está la Reina vestida de oro, engendrada
antes de toda creatura
Sigue luego el salmo:
"Hijas de reyes vienen a tu encuentro; a tu diestra está en
pie la reina, vestida de oro de Ofir."
Pues
estrechamente asociada a Cristo Rey está su Madre santísima.
Así Miqueas Profeta en el versículo
siguiente:
"Por esto los entregará (a sus enemigos)
hasta el
tiempo que dará a luz la que ha de dar a luz..."
La Iglesia no separa lo
que Dios ha unido, y lo que dice de sí la Sabiduría, dice ella los aplica a la
Madre de esa Sabiduría, a la Sedes Sapientiae:
"Yo salí de la boca del Altísimo, engendrada antes de toda
creatura."
"Yo hice nacer en los cielos la luz indeficiente, y como
una nube cubrí toda la tierra."
"En los altísimos cielos puse mi morada, y el trono mío
sobre una columna de nubes."
La Iglesia cree lo que
reza, pues la ley de la oración es la ley de la creencia.
Todo cuanto existe ha
sido creado por Cristo y para Cristo, todo cuanto existe ha sido creado por
María y para María.
Así, en la
Epístola de las misas de la Inmaculada Concepción y de nuestra Señora del
Rosario se reza:
"El Señor me poseyó al principio de sus caminos, antes de sus
obras más antiguas."
"Desde la eternidad fui constituida, desde los orígenes,
antes que existiera la tierra."
"Antes que los abismos fui
engendrada ya; no había aún fuentes ricas en aguas."
MARÍA, MEDIANERA
UNIVERSAL DE TODAS LAS GRACIAS
María es la Reina de la
Divina Gracia. Dios
quiso que todas las gracias que se derraman sobre los hombres y los ángeles
pasasen por sus manos. "Con Él estaba yo concertándolo todo", rezamos en
la misa de su Purísima Concepción.
Y en la Epístola de la Misa Salve
Sancta Parens:
"Desde el principio y antes de los siglos recibí yo el ser,
y no dejaré de existir en el siglo venidero. En el tabernáculo santo ejercité
el ministerio mío ante su acatamiento"...
"Me arraigué en un pueblo glorioso, y en la porción de mi
Dios, la cual es su herencia, y mi habitación fue en la multitud de los
santos."
Todas las criaturas encuentran la
gracia en Ella y por Ella.
"Y ahora hijos oidme: Dichosos aquellos que siguen mis caminos”...
"Porque quien me halla a mí, ha hallado la vida, y alcanza
el favor de Yahvé."
Ella es la Madre del Amor Hermoso y
dice de sí:
"En mí está toda la gracia del camino y de la verdad, en mí
toda esperanza de vida y de virtud”... "El que me escucha, jamás tendrá de
qué avergonzarse, y los que se guían por mí, no pecarán."
"La gracia y privilegio singular de Dios omnipotente", por la que María "fue preservada inmune de toda mancha
de pecado original", como
dice la Bula Ineffabilis Deus de Pío IX, fue depositada en las manos de la
llena de gracia.
"Todo esto lo hicimos por Ti" parecería decir la Trinidad Santísima al
coronarla como Reina y Señora de todo lo
creado.
MARÍA, REINA DE LAS
NACIONES
Dice
Pío XI en "Quas Primas" que Cristo es Rey de
"todas
y cada una de las realidades sociales y políticas del hombre".
La
realeza de María está unida y subordinada a la realeza de Cristo.
Ella es pues
Reina de las naciones.
A María deben pedir las
gracias individuos y naciones. Así decía
Pío XII:"¿Qué podrían hacer los cristianos en
la hora presente, en la que la unidad y la paz del mundo y aún las fuentes
mismas de la vida están en peligro, sino volver la mirada hacia Aquélla que
aparece ante ellos revestida del poder real? De la misma forma que Ella
envolvió en su manto al divino Niño, primogénito de todas las criaturas y de
toda la creación (Colosenses
1,15), dígnese
ahora proteger a todos los hombres y a todos los pueblos con su vigilante
ternura, dígnese como Sede de la Sabiduría hacer que refulja la verdad de las
palabras inspiradas que la Iglesia aplica a Ella: «Por mí reinan los reyes y los jueces administran la
justicia». «Por mí mandan los príncipes y gobiernan los soberanos de la tierra» (Prov.
8,15-16)."
El sacrificio latréutico o de
adoración: glorificación infinita de Dios
"Más la misión más elevada del Hombre-Dios es la
glorificación infinita de Dios, que él ha de realizar en sí mismo y en su
cuerpo místico; y la realización de la misma es a la par el punto céntrico en
torno del cual se concentra toda su actividad; porque mediante esta realización
logra para los hombres la reconciliación y el perdón por parte de Dios, pero de
tal manera que los hombres reconciliados y agraciados han de unirse a él
precisamente como miembros suyos, vivos, en la glorificación de Dios."
"La glorificación más perfecta y real de Dios consiste
evidentemente en el sacrificio. Por consiguiente para que el Hombre-Dios
realice también del modo más real y perfecto la glorificación infinita de Dios
—glorificación que él hizo posible— ha de ofrecer un sacrificio latréutico de valor
infinito."
"Digo un sacrificio latréutico; porque el sacrificio
latréutico es precisamente el sacrificio en su esencia más íntima y en su
supremo significado; todos los demás sacrificios están contenidos en éste, se
fundan en éste y se subordinan a él..."
"Así como el servicio de Dios, aun cuando comunica a la
criatura un galardón divino, no por ello tiene por fin supremo la dicha de la
criatura, sino que la glorificación de Dios es el fin supremo del servicio
divino como de la criatura misma colmada de dicha, de un modo análogo el
sacrificio de Cristo aun cuando tienda a la reconciliación y perdón de la
criatura, no deja de tener al mismo tiempo la razón de ser en su carácter
latréutico para glorificación de Dios; y precisamente en ello tenemos que
buscar su esencia más íntima y su más alto significado. Sí, nosotros creemos
que precisamente el carácter propiciatorio e impetratorio del sacrificio de
Cristo sólo se apreciará como es debido si se pondera debidamente su carácter
latréutico", dice Scheeben.
En la Cruz, el
sacrificio latréutico o de adoración de Cristo llega a su culminación.
Y María, unida a Él, ofrece a la Trinidad
Santísima un solo sacrificio.
MARÍA CORREDENTORA
Así, engendrada desde toda la eternidad para Madre del
Hombre-Dios, al producirse el pecado, Cristo la asoció a su Redención como
Co-Redentora.
En el Proto-evangelio (Génesis III, 15) después del pecado de
Adán y Eva, Dios no nos promete un Salvador a secas, sino como descendiente de
la Mujer, como linaje o simiente de ésta.
Y Dios pone una enemistad irreconciliable entre
la serpiente y la Mujer, entre su linaje y el de Ella.
"Aquí María, juntamente con su hijo, son prometidos antes
de la promulgación del juicio contra los padres del género humano y sus
descendientes. Se los hace, por lo mismo, intervenir como si no pertenecieran
en modo alguno a la raza prevaricadora..."
"..
.Por la semilla de la serpiente se entiende no
«los
pecadores», sino el «pecado mismo», especialmente «el pecado del mundo terrestre», es decir,
el pecado de la humanidad según la carta a los Romanos V, 12 y Juan 1,29, donde
toda la humanidad aparece sometida al poder del demonio."
Pío
XII,
al instituir la fiesta de María Reina,
cita lo que dice "un piadosísimo discípulo de San Anselmo: «así como Dios (Cristo) creando con su poder todas las cosas, es
Padre y Señor de todo, así María reparando con sus méritos todas las cosas es
Madre y Señora de todo: Dios (o
sea Cristo) es
Señor de todas las cosas, porque las ha creado en su propia naturaleza con su
imperio, y María es Señora de todas las cosas porque la ha elevado a su
dignidad original con la gracia que Ella mereció» .
"Esta asociación de Jesús y de María, en el ser y en el
obrar, estática y dinámicamente, es tan íntima y total, que una vez establecido
que Jesús es Dios, y María una pura criatura, cualquier hipérbole que se emplee
para encarecerla, siempre habrá de quedarse más corta que la misma
realidad."
Pío XII en su encíclica citada trae
sabrosos textos de la Tradición y Liturgia católicas que enaltecen a la Virgen
Reina y Madre.
"Oh Madre de Dios, en este día has sido transportada a los
cielos en las carrozas de los querubines; Te ofrecen sus servicios los
Serafines y los escuadrones de las milicias celestiales ante Ti se
prosternan."
Cita
también el Papa la antífona "Ave Regina
caelorum, ave domina angelorum", las
letanías lauretanas, el quinto misterio glorioso del Santo Rosario, que cantan
la gloria de la Reina de los cielos.
"Tú en fin —canta Sofronio—
has superado
con mucho toda creatura... ¿Qué cosa puede existir más sublime que este gozo,
oh Virgen Madre? ¿Qué cosa más sublime que esta gracia, que por divina voluntad
te ha cabido en suerte?"
Y San Germán: "Tu honorífica
dignidad te coloca en puesto superior a todo lo creado; tu sublimidad te hace
superior a los ángeles."
San
Juan Damasceno llega a escribir la siguiente expresión: "Es Infinita la diferencia entre los siervos de Dios y su
Madre."
Y digamos con Goicoechea
"El
imperio de Cristo y de María es el imperio total de la gracia; ni hay gracia
que se haya otorgado en criatura alguna independientemente del influjo de
Cristo y de su Madre, como no hay nada ni nadie bajo el poder de Dios que se
sustraiga al poder de Cristo y de María."
"El universo entero: naturaleza, gracia y gloria; ángeles y
hombres, cielos y tierra, todo depende y está sujeto a Cristo y por El a
Maria."
REINA NO DE ESTE MUNDO
PERO SÍ SOBRE ESTE MUNDO
Pero la Reina
poderosa es una reina clemente y maternal, es Reina y Madre de Misericordia.
Así cuando hace setenta
años, en plena Primera Guerra Mundial, Benedicto XV pidió su intercesión para
lograr la paz, Ella respondió de inmediato y apareció en Fátima.
"Si se escuchan mis pedidos Rusia se convertirá y habrá
paz. Si no, ella esparcirá sus errores por el mundo, provocando guerras y
persecuciones. Muchos buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho
que sufrir, varias naciones serán aniquiladas." Pero "al fin mi
Inmaculado Corazón triunfará". Son
las palabras mismas de la Omnipotencia Suplicante.
Cuarenta años después decía Lucía al
Padre Agustín Fuentes:
"Nuestra Señora está muy triste porque no se dio atención a
su mensaje de 1917. Ni los buenos ni los malos [...] Padre diga a todos lo que
la Señora tantas veces me dice: Muchas naciones desaparecerán de la faz de la
tierra. Naciones sin Dios serán el flagelo escogido por Dios para castigar a la
humanidad [...]."
"Lo que aflige al Corazón Inmaculado de María y de Jesús es
la caída de las almas religiosas y sacerdotales. El demonio sabe que religiosos
y sacerdotes, descuidando su excelsa vocación, arrastran muchas almas al
Infierno [...] El demonio... les sugiere aún «aggiornar» la vida religiosa
[...]."
"Los últimos remedios dados al mundo son el Santo Rosario y
la devoción al Inmaculado Corazón de María. Y últimos significa que no habrá
otros."
Mas la consagración de Rusia como la Virgen lo pidió: por el
Santo Padre en unión con todos los obispos del mundo, no se hizo. El tercer
secreto de Fátima, que —según
uno de los pocos que lo conocen, el actual obispo de Leiría, Mons. Amaral—
versa sobre
la crisis en la Iglesia, no se dio a conocer en 1960 o antes, como Ella lo
había pedido.
Se
prefirió la diplomacia a la gracia. ¡Y qué crisis
vimos en la Iglesia después de esa fecha!
La misma Lucía,
escribía al Papa Pío XII, que la protección a Portugal de la Guerra Mundial
comenzada hacía un año, "será la prueba, de las gracias que Dios acordaría a
otras naciones, si como ella, le fuesen consagradas".
¡¡¡AL FIN MI INMACULADO
CORAZÓN TRIUNFARA!!!
Revista
Roma N° 99 - Mayo de 1987
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