SANTA VIRGEN de las vírgenes.
Viderunt eam Filioe, et
beatisimam predicaverunt, Cant. 6.
La vieron las hijas de Sion
y la aclamaron por muy dichosa.
CONSIDERACION I.
La virginidad de María Santísima se demuestra simbólicamente
por el lirio, para denotar su
triple virginidad, es decir, la que tuvo antes del parto, la que retuvo en el
parto, y la que conservó después del parto: y así por esta triple y perfecta
virginidad no solo dice de ella Jesucristo; una es mi paloma, mi perfecta, sino
que además de esto, es reverenciada é invocada por la iglesia santa como Virgen de las
Vírgenes.
CONSIDERACION II.
También por otras muchas razones puede María llamarse
Virgen de las Vírgenes; y en primer lugar porque
fue la primera que ofreció con voto su virginidad, y ciertamente que
lo hizo un precepto, un consejo, y un ejemplo; contiene a saber en el tiempo
del antiguo Testamento, cuando la infecundidad se tenía como pena impuesta por
Dios; y lo que dé hay se sigue que la virginidad era desestimada entre los
hombres. La otra razón es esta; que la virginidad de
María tuvo cierta especial prerrogativa; y
fue que la
Santísima Virgen, aunque hermosísima, ni a un solo hombre provocó jamás á
impuro amor o deseo.
CONSIDERACION III.
Finalmente, María merece llamarse Virgen de las Vírgenes porque fue como su capitana y porta estandarte; pero no
tienen número las doncellas que a ejemplo de María consagraron a Dios su
virginidad, y por el amor a su integridad dejando los palacios de los Reyes y
Príncipes, tomaron una vida austera en los claustros de los Monasterios; y aun
por conservar la flor de la virginidad sacrificaron su sangre y su vida.
A la verdad, así como luego que se adornaba
Ester se adornaban sus esclavas, así desde que María se glorió de ser Virgen la
han visto sus hijas y la han predicado bienaventurada.
ORACION.
¡Oh María! Yo amo y venero a todo el ejército de las Vírgenes;
pero de todas a ti doy el sumo amor y culto, Venero á Bárbara con el cáliz pero
mucho más a ti que gustaste ¡oh María! del
cáliz de dolor en unión de tu Hijo Santísimo: venero á Catarina con su rueda,
pero a ti incomparablemente más ¡oh María! que
como rueda facilísimamente te mueves a la misericordia.
Venero a Teresa con su saeta; pero inefablemente
más á, ti Señora cuya alma traspaso el cuchillo de dolor.
Venero a Margarita con el dragón, pero inexplicablemente
más a ti que hollaste la cabeza de la serpiente ¡Oh María!
Santa Virgen de las
Vírgenes, ruega por nosotros.
P. FRANCISCO JAVIER DORNN
DEAN Y PREDICADOR DE PRIDBER
(1834).
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