¡¡¡ARGENTINA DESPIERTA!!!
PARTE I: ABORTO: DEFINICIÓN,
MÉTODOS Y CONSECUENCIAS.
• ¿Qué es el aborto?
En
sentido lato, aborto es la muerte del producto de la concepción y su expulsión
del organismo materno en cualquier fase de su desarrollo pre-natal.
“Etimológicamente, aborto significa
'privación de nacimiento' y proviene del substantivo latino abortus, derivado
del verbo aborior, compuesto, a su vez, por el prefijo ab, que expresa
originariamente la idea de alejamiento y luego las de ausencia o privación, y
por el verbo orior, que significa tanto como levantarse, alzarse, surgir (de
allí oriente), originarse, ser originario (de
allí oriundo) y nacer.”
Esto puede ocurrir por causas naturales que
no dependen de la voluntad humana o de la interferencia externa. Es el llamado
aborto espontáneo, como consecuencia de alteraciones del organismo materno o
accidentes sufridos por la madre durante el embarazo.
Cuando en estas páginas utilicemos el
término “aborto”, siempre nos estaremos refiriendo al aborto
voluntario, provocado, directo, doloso. O sea, a toda y cualquier intervención, por
medios quirúrgicos o farmacológicos, que tenga por finalidad matar o expeler el
producto de la concepción, desde el momento en que ésta se inicia hasta el
nacimiento, es decir, a lo largo de toda la vida pre-natal.
Si el niño por nacer es matado dentro del
útero, estamos frente a un auténtico asesinato. Cuando el bebé nace vivo y se
lo mata después, se trata también de un homicidio o asesinato llamado
infanticidio.
(2) ¿Cuáles son los métodos de aborto utilizados durante los tres
primeros meses de gravidez?
Entre los varios métodos
abortivos, que siempre son monstruosos, los más comunes son los siguientes:
SUCCIÓN –
El cuello del útero es ampliamente dilatado. Un tubo especial es introducido en
él. Una violenta aspiración, 29 veces más poderosa que la de una aspiradora
común, succiona al bebé descoyuntando sus miembros y transformándolo en un puré
sanguinolento que es depositado en un recipiente. Este método es el más
utilizado en las clínicas de aborto.
DILATACIÓN Y RASPAJE –
Un objeto afilado (la cureta), de
forma semejante a una cuchara, corta la placenta y despedaza el cuerpo del
bebé, el cual es succionado a través del cuello del útero, cuya superficie
interna es raspada para extraer los fragmentos que se dejan caer en un
recipiente.
No siempre la dilatación
y el raspaje son hechas con finalidad abortiva. En Medicina son también usadas
lícitamente para casos de hemorragia en mujeres no embarazadas después de un
aborto espontáneo.
PÍLDORA RU486 –
Esta píldora, desarrollada hace 20 años por la compañía francesa Roussel UCLAF provoca la interrupción casi
inmediata del embarazo. Su uso exige entre tres y quince días de visitas a un
establecimiento médico, así como una combinación de drogas con la posibilidad
de complicaciones que ponen en peligro la vida de la madre. Se la puede ingerir
hasta en los primeros 49 días de gestación para frenar el embarazo. Dos días
después, otra droga combinada induce las contracciones para expulsar el
embrión.
La misma compañía productora de la RU486
recomienda tener a mano, durante el uso de la píldora, un equipo para detectar
y tratar con urgencia problemas cardiovasculares. El mismo presidente del
laboratorio, Edouard Saking, declaró:
“De ninguna manera la RU486 es de fácil uso. Una mujer que desea
interrumpir su embarazo debe ‘vivir’ con su aborto por lo menos una semana
usando esa técnica. Es una terrible experiencia psicológica”.
¿Cuáles son las técnicas
utilizadas para asesinar un bebé desde el tercero al noveno mes de gestación?
DILATACIÓN Y EVACUACIÓN –
Una vez que la víctima es más grande pues ya tiene de 13 a 24 semanas, el
cuello del útero es ampliamente dilatado. Como los huesos de la criatura ya
están calcificados, se hace necesario utilizar tenazas especiales para
descoyuntarlos. Primero se destroncan los brazos y las piernas del niño y
después se destroza su columna vertebral. Por último, antes de ser succionado,
el cráneo del niño es aplastado. Algunas partes del cuerpo del feto son
removidas con fórceps (instrumento
utilizado para auxiliar el parto normal y en ciertos casos especiales). El
trabajo de la enfermera consiste en rearmar las distintas partes extirpadas
para asegurarse de que todo el cuerpo ha sido extraído.
INYECCIÓN DE SOLUCIÓN SALINA
FUERTEMENTE HIPERTÓNICA – Una aguja de ocho centímetros
perfora la pared abdominal de la mujer y el saco amniótico, del cual se extraen
60 ml. de líquido amniótico. A continuación se inyectan 200 ml. de solución
salina fuertemente hipertónica.
Acostumbrado a
alimentarse del líquido amniótico en el cual está sumergido, el bebé ingiere la
solución salina, la cual va quemando su piel, su garganta y sus órganos
internos. Intenta en vano luchar por la vida, se agita desesperadamente de un
lado al otro dentro del útero, en terribles contorsiones. Su agonía puede durar
horas, siendo entonces expelido del claustro materno. Se ve entonces una
criatura toda cauterizada, con el cuerpo enrojecido por las quemaduras
producidas.
ABORTO POR PROSTAGLANDINAS –
Las prostaglandinas son substancias que provocan las contracciones propias del
parto. Ellas son inyectadas en el líquido amniótico o suministradas bajo la
forma de supositorios vaginales. Como consecuencia de las contracciones
uterinas, la madre expele la criatura ya muerta o insuficientemente
desarrollada para sobrevivir fuera del útero materno. En este caso el bebé,
dejado sin cuidado alguno, muere.
HISTEROTOMÍA – (del griego hysteris:
vientre; tomein: cortar). Como en una operación cesárea, el
abdomen y el útero son abiertos quirúrgicamente. Con la diferencia que en la
histerotomía, al contrario de la cesárea común, la intención no es salvar al
niño, sino eliminarlo. Algunos médicos usan la misma placenta para asfixiar al
bebé.
Recientemente fue
publicada una noticia dando cuenta de que el Gobierno británico considera la
posibilidad de exigir el uso de analgésicos por parte de los médicos cuando
éstos practican abortos de fetos con 18 o 20 semanas de gestación. La medida se
destina a corregir una anomalía legal que protege a los animales no nacidos de
la experimentación científica, pero permite el aborto y otras operaciones en
fetos humanos sin el uso de analgésicos
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• ¿Qué es el aborto por nacimiento parcial?
Así es descripta por el diario “ABC”
de Madrid la extrema crueldad del procedimiento denominado aborto por
nacimiento parcial, utilizado cuando el embarazo ya lleva seis meses:
“Se comienza observando la posición de la criatura en el seno
materno a través de una pantalla que muestra las imágenes de ultrasonido. El
abortista pincha a continuación el saco amniótico e introduce un ´forceps´,
especie de pinza o tenaza, para atrapar los pies del pequeño. Después tira de
las piernas hacia el canal de nacimiento. En cuanto éstas asoman, utiliza sus
propias manos para tirar del resto del cuerpo, el tronco y los brazos hasta que
sólo queda la cabeza dentro del cuello del útero de la madre. En esa postura, a
escasos centímetros del nacimiento pleno, los bebes mueven ya brazos y piernas,
reaccionan con sensibilidad y se disponen a comenzar la respiración. Pero en
lugar de terminar de sacar la cabeza del bebé, el abortista le perfora la nuca
con una tijera curva y puntiaguda que retuerce y entreabre varias veces para
agrandar el agujero. Momentos después retira la tijera e introduce a través del
agujero un catéter y tubo de succión con el que extrae la masa cerebral de la
criatura. El cráneo es todavía muy flexible y la cabeza disminuye de tamaño, lo
cual permitirá sacarla con más facilidad. Finalmente el abortista corta el
cordón umbilical y tira el cadáver”
La Cámara de Diputados y
el Senado de los Estados Unidos de Norteamérica aprobaron una ley estableciendo
prisión y multa para todo médico que “extraiga parcialmente un feto vivo, matándolo enseguida
y completando su extirpación.”
Sin embargo, la práctica
del aborto por nacimiento parcial continúa siendo legal en los EE.UU. porque el
presidente Bill Clinton vetó la ley
en dos oportunidades.
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• CONSECUENCIAS DEL ABORTO PARA LA
SALUD FÍSICA.
(5) ¿El aborto es una cirugía segura o de riesgo?
Los abortistas mienten a las mujeres
haciéndoles creer que todo aborto legal es seguro. La experiencia y las
estadísticas muestran una realidad completamente diferente. Las mujeres que a
través del aborto buscan la “libertad de reproducción” deben saber que están comprometiendo o
arriesgándose a perder la capacidad de tener hijos.
Aunque sean utilizadas
las más actuales técnicas quirúrgicas, los instrumentos de succión, raspado y
destrozo -plásticos o metálicos- pueden causar lesiones en los órganos internos
femeninos al entrar en contacto con los delicados tejidos del útero.
Si bien puede no haber
lesiones, se corren serios riesgos de afectar el mecanismo normal de protección
del cuerpo.
(6) ¿El aborto acarrea complicaciones?
Sí.
El aborto acarrea complicaciones médicas a las mujeres que lo sufren. Esas
complicaciones pueden ser inmediatas o tardías, las cuales se manifiestan a
corto, mediano o largo plazo.
Conviene destacar,
además, que el aborto es mucho más riesgoso que el embarazo llevado normalmente
a término.
Sin embargo, existe una
auténtica “conspiración
de silencio” con relación a los riesgos o complicaciones que
conlleva la práctica del aborto: los medios especializados, como los de
información general, habitualmente no divulgan la amplia documentación
existente al respecto que proviene de países con vastos antecedentes en la
materia.
En su afán de liberalizar
el aborto, sus partidarios van aún más lejos al tergiversar las estadísticas,
pues, por ejemplo, comparan las tasas de mortalidad, en el caso de un aborto
provocado durante las doce primeras semanas de la gravidez, con las tasas de
mortalidad durante los nueves meses de gestación, incluyendo el alumbramiento y
la etapa posterior al nacimiento. Y para cargar más las tintas, agregan también
las tasas de mortalidad de las madres por accidentes o enfermedades diversas...
No resulta novedoso que
se manipulen las cifras para conseguir implantar el aborto. Así lo hizo Bernard
Nathanson, el llamado “rey del aborto”, para todo Estados Unidos en
1973, como él mismo lo declaró cuando cambió su postura y decidió defender la
vida humana de los inocentes. En 1968 organizó la Asociación Nacional para la
Revocación de las Leyes del Aborto y afirmaba que de 10.000 a 15.000 mujeres
morían cada año debido a los abortos clandestinos, cuando de hecho él sabía que
no superaban las 300.
Por otra parte, un
estudio financiado por el gobierno de Finlandia confirmó que las mujeres que se
someten a un aborto corren cuatro veces más riesgo de morir que las que
continúan su embarazo y dan a luz. El estudio analizó más de 9.000 casos. El
médico David C. Reardon, encargado de la investigación, explicó que: "se
trata de un estudio impecable, basado en informaciones verídicas" que
"confirma que el hecho de que el aborto sea más peligroso que el parto, no
es algo de lo que pueda dudarse".
Reardon, que publicó un
artículo al respecto en la revista "Post-Abortion
Review", denunció que: "Aunque este importante estudio fue publicado por el
medio más importante de la medicina escandinava, fue completamente ignorado por
la prensa estadounidense. Todo el cuerpo de la literatura médica muestra
claramente que el aborto sólo perjudica la salud física y mental de las
mujeres", aseguró
Reardon. Y agregó: "A las mujeres se les oculta esto. Nadie les dice
que dar a luz mejora la salud femenina, no sólo en comparación con las que han
abortado sino con las que no han resultado embarazadas (...) Si los que promueven el aborto son en realidad gente
pro-choise (pro-opción), permitirían que las
mujeres conozcan los riesgos reales del aborto".
(7) ¿Cuáles son las complicaciones inmediatas provocadas por el aborto?
Entre
otras pueden ser mencionadas las siguientes:
HEMORRAGIAS –
Las mujeres que abortan pueden necesitar de transfusiones, pues en el aborto
quirúrgico hay considerable pérdida de sangre.
Pocas clínicas de aborto
disponen de recursos para evitar esa complicación.
El cuadro se agrava
todavía más en el aborto por la píldora
RU-486, la cual provoca dos veces más hemorragia que el aborto quirúrgico.
Por esa razón, la RU-486 requiere
controles médicos estrictos para seguir los casos de excesiva pérdida de
sangre. Debe recordarse además que las transfusiones pueden ocasionar
infecciones a veces muy graves como el SIDA.
INFECCIONES –
Si los restos del bebé descuartizado permanecieran dentro del útero o si el
acto quirúrgico fuese realizado sin la necesaria asepsia, la mujer está sujeta
a serios riesgos de infección tubaria, la cual podría provocar esterilidad.
LESIÓN DE CUELLO UTERINO –
Los instrumentos utilizados durante el aborto para dilatar el cuello uterino
pueden causar lesiones, produciendo posteriores partos prematuros e incluso
abortos espontáneos.
Es la naturaleza que de
esa forma se venga de la violencia ejercida contra ella.
PERFORACIÓN DE UTERO – La manipulación de la cureta puede provocar la perforación
del útero, causando inflamación (peritonitis),
que a su vez exigirá, en algunos casos, la propia extracción del útero, dejando
en consecuencia a la mujer con incapacidad de tener hijos.
PERFORACIÓN DE INTESTINO –
Si se perfora el útero, se corre el riesgo de que el intestino también sea
alcanzado por algún instrumento de aborto, requiriéndose entonces la extracción
quirúrgica de la parte lesionada.
(8) ¿Cuáles son las complicaciones tardías del aborto?
La
mujer que aborta queda sujeta a las siguientes secuelas futuras:
CRIATURAS QUE NACEN MUERTAS O
DEFECTUOSAS – Las mujeres con sangre Rh- negativa que no recibieron el antídoto (inmunoglobulina antiRh) quedan
expuestas a reacciones a la sangre Rh-positiva y sus futuros hijos corren el
riesgo de sufrir una excesiva destrucción de glóbulos rojos (hemólisis), lo cual puede provocarle
al recién nacido la grave enfermedad hemolítica.
PREDISPOSICIÓN A ABORTOS ESPONTÁNEOS –
Las mujeres que abortan corren el riesgo de sufrir abortos espontáneos en una proporción
35% mayor al de aquellas que nunca
abortaron.
DOLENCIA INFLAMATORIA DE PELVIS –
Es una complicación muy común de los abortos provocados. Puede, a su vez,
causar abortos espontáneos, esterilidad y dolores pélvicos crónicos.
PROBLEMAS PARA LA GRAVIDEZ –
Las mujeres que han abortado experimentan con frecuencia complicaciones en
partos posteriores.
PARTOS PREMATUROS –
Después de varios abortos, aumentan dos o tres veces los riesgos de partos
prematuros.
CÁNCER DE MAMA –
Según un estudio publicado por el Journal of Epidemiology and Community Health,
de los EE.UU., el aborto aumenta en 30 %
el riesgo de que la mujer desarrolle cáncer de mama.
El aumento de ese riesgo
es atribuido al crecimiento anormal de células en las mamas que, en la
gravidez, se convierten en productoras de leche o mueren.
Como la mayoría de los
abortos ocurren antes que dicha muerte celular, esas células pueden convertirse
en cancerosas.
Los científicos de Penn
State University y del Baruch College que realizaron ese estudio revisaron 23
trabajos ya publicados sobre el tema, en los que se analizan 26000 casos de
mujeres con tumor y cerca de 35000 mujeres sanas. Los investigadores estiman
que el aborto es responsable por cerca de 5000 casos de cáncer de mama por año
en los Estados Unidos.
EMBARAZOS ECTÓPICOS –
Las mujeres que se someten a abortos adquieren la predisposición a los
embarazos ectópicos, es decir, embarazos que se desarrollan fuera del lugar
normal (útero).
En este tipo de
embarazos, el feto se desarrolla en las trompas de Falopio y no en el útero,
lugar apropiado. Esta es una situación muy peligrosa que aumenta
significativamente el riesgo de vida de la madre y que puede provocar la
perforación de la trompa.
Los estudios científicos
están indicando que el riesgo del embarazo ectópico se duplica después del
primer aborto provocado y puede cuadruplicarse después del segundo.
Dado que la píldora RU-486 no evita este tipo de embarazos,
el uso de la misma agrava el riesgo de vida de la mujer que la utiliza, porque
la hemorragia provocaría la falsa impresión de que ya no está embarazada.
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• CONSECUENCIAS EMOCIONALES,
PSIQUIATRICAS Y PSICOLÓGICAS
(9) ¿El aborto provoca problemas emocionales, psicológicos y psiquiátricos?
Sí,
el aborto provoca serios problemas emocionales como:
REMORDIMIENTOS –
La mayoría de las mujeres que abortaron tuvieron sentimientos de remordimiento
por la falta del hijo que “debería haber dado a luz”.
La salud psicológica y
física de la mujer se ve afectada por el aborto de aquel que siempre será para
ella, a lo largo de toda su vida, su propio hijo, haya o no nacido.
Los síntomas clínicos del
remordimiento que ello provoca, varían y perduran hasta muchos años después del
horrendo crimen.
La
Dra. Marie A. Peeterers-Ney afirma:
“En la literatura aparecen síntomas tales como (...) el del
aniversario de la fecha del aborto o de las fecha en que hubiese nacido el
bebé, con motivo del cual la mujer tiene dolores abdominales, migraña,
afecciones psicológicas o disfunciones sexuales”.
El
aborto marca para siempre, como lo confirman numerosos testimonios:
“No sé por qué lo hice,” declaró
una mujer, “pero
de lo que sí estoy segura es que aún no me recupero de esa experiencia. Las
pesadillas no me dejan vivir en paz.”
ANSIEDAD Y DEPRESIÓN –
Las adolescentes son más propensas que las mujeres adultas a sufrir las
secuelas psicológicas. Aunque la primera reacción puede ser de alivio por no
estar más embarazada, la ansiedad, la depresión y el sentimiento de culpa,
aparecen pronto.
SÍNDROME POS-ABORTO –
No cabe duda que la práctica del aborto provoca graves tensiones. La mujer
posee un instinto materno dado por la misma naturaleza. Violentarlo significa
acumular traumas que a veces se manifiestan poco después, pero en otras
ocasiones quedan latentes y explotan años más tarde, en las formas más
inesperadas como patologías y reacciones psicológicas anómalas.
Es cada día más evidente
que, en algunos casos, la respuesta de la mujer a ese trauma es similar a la
neurosis post-traumática ("post
traumatic stress disorder") de algunos veteranos de guerra.
Algunos de estos reflejos
son: angustia, ansiedad, uso de drogas, pérdida de la autoestima, sentimiento
de culpa, insomnio, pesadillas aterradoras, abuso de fármacos, afecciones
psicosomáticas, agotamiento, dificultad de concentración, misantropía y
depresión.
Este cuadro se agrava si
la mujer intenta acallar su conciencia negando que el aborto fue el asesinato
de su propio hijo. El negarse a reconocer el propio crimen provoca en ella
reacciones psicológicas profundas y desencontradas, que la catapultan a un
estado de ansiedad, traumas nerviosos e irritabilidad casi insoportable.
A
su vez, la Dra. María Simon, psicóloga en la Clínica Ginecológica Universitaria
de Würzburg (Alemania), señala que:
“tras un aborto se acumulan las siguientes consecuencias
psíquicas: sentimientos de remordimiento y de culpa, oscilaciones de ánimo y
depresiones, llanto inmotivado, estados de miedo y pesadillas. Frecuentemente,
afirma, estos fenómenos van acompañados de perturbaciones físicas, como
alteraciones del ritmo cardíaco o de la tensión arterial, migraña, trastornos
del aparato digestivo o calambres en el vientre. Inmediatamente tras el aborto
y bastante tiempo después, las pesadillas tienen como tema niños pequeños muertos.
Al 52 % de las encuestadas les molesta ver a mujeres embarazadas porque les
recuerdan sus propios hijos abortados. En el 70 % de las mujeres surge una y
otra vez el pensamiento de cómo serían las cosas si el niño abortado viviera
ahora. Además, las encuestas arrojan proporciones de hasta 50 % de uniones que se
rompen después de un aborto.”
La
Dra. Wanda Franz, de la Universidad de West Virginia (EE.UU.) indica el remedio
para las mujeres que alguna vez abortaron:
“Ante todo y principalmente, es necesario enfrentar la realidad
de haber cometido un aborto. La verdad es que, cuando una mujer acepta
someterse a un aborto, ella consiente en asistir a la ejecución de su propio
hijo. Esa amarga realidad... se opone a la realidad biológica de la mujer, que
ha sido ordenada precisamente para el cuidado y nutrición de su hijo, incluso
no nacido. Asumir el papel de "verdugo",
especialmente de su propio hijo, sobre el cual ella
misma reconoce la responsabilidad de protegerlo, es extremadamente doloroso y
difícil. El aborto es todo lo contrario al orden natural de las cosas y
automáticamente induce a una sensación de culpa. La mujer debe, sin embargo,
admitir su culpa para poder convivir con ella”.
La
Profesora María Esther Perea de Martínez cita el interesante testimonio de la
escritora alemana Karin Struk, quien tuvo cuatro niños y abortó uno. Después de
referirse a lo que denominó "una de las experiencias más espantosas de mi vida",
afirmó:
“Después del aborto
descubrí que cualquier proceso de cura requiere la ayuda de Dios. La presencia
de Jesús era indispensable. Esta pieza que faltaba fue la que me hizo
reaccionar”.
(10) ¿También el padre sufre las consecuencias post-traumáticas del
aborto?
Como refiere Eric
Pastuszek, las investigaciones señalan que cuando un hombre se da cuenta de que
su hijo ha sido abortado, con frecuencia experimenta severas reacciones
negativas. Uno de estos padres así lo explicó:
“Usted probablemente haya leído acerca de lo que causaron a los
veteranos de Vietnam los sentimientos de culpa y las emociones reprimidas.
Ellos lo llaman 'neurosis
post-traumática'. Este fenómeno resulta básicamente
de la intención de acallar o suprimir el recuerdo de la reacción a la muerte y
la violencia que los rodeaba. Ese es el mismo tipo de reacción que tuve frente
al aborto de mi esposa”.
El “stress” que sufre el padre se intensifica cuando la ley le niega
todo poder para proteger la vida de su hijo no nacido, como ocurre en los
EE.UU, donde la Corte Suprema “determinó” que
lo que el Estado no tiene (el derecho a
prohibir un aborto) no puede concederlo a nadie más. “Ello implica” que no existen derechos naturales creados por la
paternidad, al punto que una sentencia del Supremo Tribunal de California
sugirió que el niño es “un patrimonio del Estado” y si éste no lo
valora, “nadie
más puede protegerlo, ni siquiera quién lo engendró”.
Una de las graves
consecuencias de esta situación es que, “si el hombre sabe que no tiene ningún derecho, no crea
un vínculo con ese bebé no nacido” y “no protege a la madre que necesita un
apoyo de su marido para atravesar el embarazo”. De ahí que “la mayor parte
de las relaciones se quiebran después del aborto”, el 80 % de
acuerdo a una estadística de la Abortion Recovery Canadá.
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