viernes, 21 de abril de 2017

CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN MARÍA Según el método de San Luis María Grignion de Montfort




SEGUNDA PARTE: SEGUNDA SEMANA


Empleada en adquirir el conocimiento de la santísima Virgen


Los actos de amor, afectos piadosos hacia la Santísima Virgen, imitación de sus virtudes, especialmente su humildad profunda, su fe viva, su obediencia ciega, su continua oración mental, su mortificación en todas las cosas, su pureza incomparable, su caridad ardiente, su paciencia heroica, su dulzura angelical y su sabiduría divina: “siendo esto” como dice san Luis María Grignion de Montfort, “las diez virtudes principales de la santísima Virgen”.

Tenemos que unirnos a Jesús por María, ésta es la característica de nuestra devoción; por tanto, San Luis María Grignion de Montfort nos pide que nos empleemos a fondo para adquirir un conocimiento de la Santísima Virgen. María es nuestra soberana y nuestra medianera, nuestra Madre y nuestra Señora. Esforcémonos, pues, en conocer los efectos de esta realeza, de esta mediación, y de esta maternidad, así como las grandezas y prerrogativas que son los fundamentos o consecuencias de ello. Nuestra Santísima Madre también es perfecta –un molde en donde podemos ser moldeados para poder hacer nuestras sus intenciones y disposiciones. Esto no lo conseguiremos sin estudiar la vida interior de María, o sea, sus virtudes, sus sentimientos, sus acciones, su participación en los misterios de Jesucristo y su unión con El.






     ORACIONES QUE SE REZARÁN DESDE EL DÍA 20º  AL 26º, INCLUSIVE


Letanía del Espíritu Santo
Ave, Maris Stella
Un Misterio del rosario.



Día 20º

Leer: San Lucas, capítulo 2, versículos 16-21; y versículos 42-52



Letanía del Espíritu Santo
Letanía de Nuestra Señora
Ave, Maris Stella
Santo Rosario



Día 21º 

   Existen en realidad varias formas de verdadera devoción a la Santísima Virgen; no te hablo ahora de las falsas.

   La primera consiste en cumplir nuestros deberes cristianos, evitando el pecado y obrando más por amor que por temor, implorando de tiempo en tiempo a la Santísima Virgen y honrándola como a Madre de Dios, pero sin manifestar devoción especial hacia Ella.

  La segunda consiste en alimentar una profunda estima, amor, confianza y veneración hacia la Santísima Virgen. Actitudes que se manifiestan en hacerse escribir en las cofradías del Santo Rosario y del Escapulario, alistarse en las asociaciones marianas. Esta forma de devoción, al excluir de nuestra vida  el pecado, es buena, santa y laudable. Pero no están perfecta ni logra liberarnos de todo apego terreno, ni de todo egoísmo para unirnos a Jesucristo.

   La tercera es conocida y vivida por muy pocas personas. Es la que te quiero revelar ahora.

   Consiste en consagrarse totalmente, en calidad de esclavo, a María, y por Ella a Jesucristo. Te comprometes, por tanto, a hacerlo todo con María, en María, por María y para María.

   Explico mis palabras.

   Escogerás un día importante para entregarte, consagrarte y sacrificarte voluntariamente y por amor–no por obligación–totalmente y sin reserva alguna, en cuerpo y alma, con tus bienes exteriores de fortuna, tales como casa familia y renta; con tus bienes interiores del alma, a saber: méritos, gracias, virtudes y satisfacciones.

   Como puedes darte cuenta, esta consagración a Jesús por María incluye la renuncia a cuanto más aprecias. Es un sacrificio no exigido por ningún instituto  ni orden religiosa. Y consiste  en la renuncia al derecho de disponer de ti mismo y del valor espiritual de tus plegarias, limosnas, mortificaciones y satisfacciones. Dejándolo todo a disposición absoluta de la Santísima Virgen, quien puede aplicarlo, según su voluntad, para la mayor gloria de Dios, que sólo Ella conoce perfectamente.

  
(Tomado del Libro “El Secreto de María” por San Luis María Grignion de Montfort. núms.24 y 29)



Letanía del Espíritu Santo
Letanía de Nuestra Señora
Ave, Maris Stella
Un Misterio del Santo Rosario



 Día 22º


LA VERDADERA DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN.

Sus caracteres

Interior: La verdadera devoción a Nuestra Señora es interior: es decir, debe partir del espíritu y del corazón; nace dicha devoción de la estima que se hace de la Virgen, de la alta idea que uno se ha formado de sus grandezas y del amor que se la tiene.

Tierna: Es tierna, es decir, llena de confianza en la Santísima Virgen, como la de un niño para con su buena madre. Esta devoción es la que hace que un alma recurra a Ella en todas sus necesidades de cuerpo y espíritu con mucha sencillez, confianza y ternura.

Santa: Esta devoción a nuestra Señora es santa: es decir, que conduce a un alma a evitar el pecado y a imitar las virtudes de la Santísima Virgen, en particular la humildad profunda, la fe viva, la ciega obediencia, la continua oración, su universal mortificación, la pureza incomparable, la caridad ardiente, la heroica paciencia, la dulzura angelical y la divina sabiduría. Tales son las diez principales virtudes de la Santísima Virgen.

Constante: Es constante, es decir, afirma a un alma en el bien y la lleva a no abandonar fácilmente las prácticas de devoción; la hace animosa para oponerse al mundo, y a sus costumbres y sus máximas, a la carne con sus apetitos y sus pasiones, y al demonio en sus tentaciones; de modo que una persona verdaderamente devota de la Santísima Virgen no es mudable, melancólica, escrupulosa ni medrosa.

Desinteresada: La verdadera devoción a la Santísima Virgen es desinteresada; es decir, inspira a un alma que no se busque a sí misma; sino sólo a Dios en su Santísima Madre. Un verdadero devoto de María no ama a esta augusta Reina por espíritu de lucro y de interés, ni por su bien temporal ni espiritual, sino únicamente porque merece ser servida, y Dios sólo en Ella.

(Tomado del Libro Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen por San Luis María Grignion de Montfort. Núms.105-110)







Letanía del Espíritu Santo
Letanía de Nuestra Señora
Ave, Maris Stella
Un Misterio del Santo Rosario



Día 23º


En qué consiste la perfecta consagración a Jesús por María.


Toda vez que nuestra perfección consiste en estar conformes, unidos y consagrados a Jesucristo, la más perfecta de todas las devociones es, sin duda alguna, la que nos conforma, une y consagra más perfectamente a este acabado modelo de toda santidad; y pues que María es entre todas las criaturas la más conforme a Jesucristo, es consiguiente que entre todas las devociones, la que consagra y conforma más un alma a Nuestro Señor, es la devoción a la Santísima Virgen, su Santa Madre, y cuanto más se consagre un alma a María, más se unirá con Jesucristo, y, he aquí por qué la perfecta consagración a Jesucristo no es otra cosa que una perfecta y entera consagración de sí mismo a la Santísima Virgen, y ésta es la devoción que yo enseño; o con otras palabras, una perfecta renovación de los votos y promesas del santo Bautismo.

Consiste, pues, esta devoción en entregarse enteramente a la Santísima Virgen para ser todo de Jesucristo por medio de María. Es menester entregarle: primero, nuestro cuerpo con todos sus sentidos y sus miembros; segundo, nuestra alma con todas sus potencias; tercero, nuestros bienes exteriores, o sea nuestra fortuna presente y futura; cuarto, nuestros bienes interiores y espirituales, o sea nuestros méritos, nuestras virtudes y nuestras buenas obras pasadas, presentes y futuras; en una palabra: todo lo que tenemos en el orden de la naturaleza y en el orden de la gracia, y todo lo que lleguemos a tener en lo porvenir en el orden de la naturaleza, de la gracia y de la gloria, y esto sin reserva ninguna, ni de un céntimo, ni de un cabello, ni de la menor buena obra, y además por toda la eternidad, y sin pretender ni esperar ninguna otra recompensa de nuestra ofrenda y de nuestros servicios, que la honra de pertenecer a Jesucristo por María y en María, aun cuando esta amable Señora no fuere, como lo es siempre, la más liberal y reconocida de las criaturas.


(Tomado del Libro Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen por San Luis María Grignion de Montfort. Núms.120-121)



Letanía del Espíritu Santo
Letanía de Nuestra Señora
Ave, Maris Stella
Un Misterio del Santo Rosario



Día 24º


Esta devoción conduce a la unión con Jesucristo


Esta devoción es un camino fácil, corto, perfecto y seguro para llegar a la unión con Dios que es la perfección cristiana.

Es un camino fácil: Es un camino que Jesús ha recorrido viniendo a nosotros, y en que no se encuentra ningún tropiezo para llegar a Él. Es verdad que es posible llegar a la unión con Dios por otros caminos, pero será pasando por muchas más cruces y extraños desfallecimientos, y al través de muchas más dificultades, penosísimas de vencer.

Es un camino corto: Esta devoción a la Santísima Virgen es un camino corto para hallar a Jesucristo, ya sea porque en él no hay extravíos, ya sea porque, como acabo de decir, por él se camina con más gozo y facilidad y, por tanto, con más prontitud. Se avanza más en poco tiempo de sumisión y de dependencia de María, que en años enteros de propia voluntad y de apoyo sobre sí mismo.

Es un camino perfecto: Esta devoción a la Santísima Virgen es un camino perfecto para ir a unirse a Jesucristo, toda vez que la divina María es la más perfecta y la más santa de las puras criaturas, y que Jesucristo que vino perfectamente a nosotros, no tomó otro camino para su grande y admirable viaje.

El Altísimo, el Incomprensible, el Inaccesible, El que es, ha querido venir a nosotros, pequeños gusanos de la tierra que nada somos. ¿Cómo se ha obrado esto? El Altísimo ha descendido perfecta y divinamente por María hasta nosotros sin perder nada de su divinidad y de su santidad, y por María deben los más pequeños subir perfecta y divinamente al Altísimo sin temor alguno.

Es un camino seguro: Esta devoción a la Santísima Virgen es un camino seguro para ir a Jesucristo y adquirir la perfección uniéndose a Él. Porque esta práctica que enseño, no es nueva; es tan antigua, que no se pueden marcar sus principios. Y no se la podría condenar sin trastornar los fundamentos del cristianismo. Consta, pues, en conclusión, que esta devoción no es nueva, y que si bien no es común, cosiste esto en que es demasiado preciosa para ser saboreada y practicada por todo el mundo. Esta devoción es un medio seguro para ir a Nuestro Señor, porque es propio de la Santísima Virgen el conducirnos seguramente a Jesucristo, como lo es de Jesucristo llevarnos seguramente al Padre Eterno.

(Tomado del Libro Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen por San Luis María Grignion de Montfort. Núms.152-164)



Letanía del Espíritu Santo
Letanía de Nuestra Señora
Ave, Maris Stella
Un Misterio del Santo Rosario



Día 25º


Efectos maravillosos de la consagración total.


Persuadíos de que si sois fieles a las prácticas interiores y exteriores de esta devoción, que os voy a marcar a continuación, tendrán lugar los efectos siguientes:

Efecto 1º. El Espíritu Santo os dará por María, su amada Esposa, luz para conocer lo malo de vuestro fondo, vuestra corrupción y vuestra incapacidad para todo bien, si Dios no es su principio, como autor de la naturaleza y de la gracia, y por consecuencia de este conocimiento os despreciaréis y no pensaréis en vos sino con horror. Os consideraréis como un reptil que lo mancha todo con su baba, o como un áspid que lo inficiona todo con su veneno, o como una maliciosa serpiente que sólo procura engañar. En fin, la humilde María os hará partícipe de su profunda humildad, la que os hará, despreciándoos, que no despreciéis a nadie y deseéis que os menosprecien.

Efecto 2º.  La Santísima Virgen os dará parte de su fe, que fue sobre la tierra más grande que la fe de todos los Patriarcas, de los Profetas, de los Apóstoles y de todos los Santos.

Efecto 3º. Esta Madre del Amor Hermoso quitará de vuestro corazón todo escrúpulo, todo temor servil y desarreglado.

Efecto 4º. La Santísima Virgen os llenará de una gran confianza en Dios y en Ella misma porque ya no os acercaréis a Jesucristo por vosotros mismos, sino por medio de esta buena Madre.

Efecto 5º. El alma de la Santísima Virgen se os comunicará para glorificar al Señor. Su espíritu entrará en el lugar del vuestro, para regocijarse en Dios, su Salvador, siempre que seáis fieles a las prácticas de esta devoción.

Efecto 6º. Si cultivamos bien a María, que es el árbol de la vida en nuestra alma, siguiendo con fidelidad la práctica de esta devoción, Ella dará su fruto en su tiempo, y este fruto suyo es Jesucristo.

Efecto 7º. Por medio de esta práctica, fidelísimamente observada, daréis a Jesucristo más gloria en un mes, que de ninguna otra manera, por más difícil que sea, en muchísimos años.

(Tomado del Libro Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen por San Luis María Grignion de Montfort. Núms.213-225)



Letanía del Espíritu Santo
Letanía de Nuestra Señora
Ave, Maris Stella
Un Misterio del Santo Rosario



Día 26º


Si queréis comprender a la Madre, dice un santo, comprended al Hijo, pues es una Madre digna de Dios: Que aquí toda lengua enmudezca. Para demostrar que la divina María ha estado desconocida hasta ahora, y que es una de las razones por las cuales Jesucristo no es conocido como debe serlo. Si, pues, como es cierto, el reino de Jesucristo ha de venir al mundo, no será sino consecuencia necesaria del conocimiento del reino de la Santísima Virgen María, que le trajo al mundo la vez primera y le hará resplandecer en la segunda venida.

Confieso con toda la Iglesia que no siendo María sino una pura criatura salida de las manos del Altísimo, comparada con la Majestad infinita es menos que un átomo, o más bien es nada, puesto que sólo Dios es quien es, y por consiguiente, confieso que este gran Señor, Ser soberano y absoluto, ni ha tenido ni ahora tiene necesidad alguna de la Santísima Virgen para hacer su voluntad santísima y para manifestar su gloria. Basta que Dios quiera, para que todo se haga.

Digo, sin embargo, que así y todo, habiendo querido Dios empezar y concluir sus más grandes obras por la Santísima Virgen desde que la formó, es de creer que no cambiará de conducta en el transcurso de los siglos, pues es Dios y no varía en sus sentimientos ni en su proceder.

María es la Reina del cielo y de la tierra por la gracia, como Jesús es Rey por naturaleza y por conquista; pues el reino de Jesucristo consiste principalmente en el corazón y en el interior del hombre, según estas palabras: “El reino de Dios está dentro de vosotros “, del mimo modo el reino de la Santísima Virgen está principalmente en el interior del hombre, es decir, en las almas, y en las almas es en donde principalmente está más glorificada con su Hijo que en todas las criaturas visibles, y podemos llamarla con los santos, Reina de los corazones.

(Tomado del Libro Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen por San Luis María Grignion de Montfort. Núms.12-38)





Letanía del Espíritu Santo
Letanía de Nuestra Señora
Ave, Maris Stella
Un Misterio del Santo Rosario




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...