viernes, 5 de mayo de 2017

EL ROL DEL ROSARIO EN LA OBRA DE SALVACIÓN DE LOS PECADORES




Antes de las apariciones, Lucía, Francisco y Jacinta solían “rezar” el rosario repitiendo las palabras “AVE MARÍA” en cada granito, o sea, cincuenta veces. Después de las apariciones los tres niños rezaban hasta nueve rosarios por día.


     ¿Qué ha pasado en estos 153 días que separan la primera de la última aparición?


     El Ángel no menciona el rezo del rosario, este pedido lo hace “la Señora”, que no reveló su identidad antes de la última aparición. “OS DIRÉ QUIÉN SOY”, así lo había anunciado varias veces. ¿Quién era? “SOY NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO” ¡Sí! Nuestra Señora de Fátima es Nuestra Señora del Rosario.


     En consecuencia, cuando “LA SEÑORA” dice “DIOS QUIERE ESTABLECER EN EL MUNDO LA DEVOCIÓN A MI CORAZÓN INMACULADO”, se trata del Corazón de Nuestra Señora del Rosario. Es Ella que ha sido enviada por Dios para hacer conocer al mundo su voluntad de difundir la devoción al Corazón Inmaculado.









¿Por qué meditar el rosario?



MEDITAR EL ROSARIO PARA ALIMENTARSE



     El pedido del rezo del rosario aparece desde la primera visita de la Virgen: el 13 de octubre de 1917. Esta aparición marca una etapa muy importante en el ciclo de Fátima. Luego de un año de ejercitación  en la oración y los sacrificios por medio del Ángel, los tres niños van a pronunciar su FIAT.


     “¿QUIEREN OFRECERSE A DIOS para soportar todos los sufrimientos que les quiera mandar, en acto de reparación de los pecados por los cuales esta ofendido y por la conversión de los pecadores?” Libremente y sin dudar, los niños responden “SÍ, lo queremos”. Esta respuesta, este Fiat, es un acto de devoción, de dedicación absoluta a la misión confiada por María a los niños: la salvación de los pecadores.


     “La devoción es un acto de la voluntad que hace que uno se entregue con prontitud al servicio de Dios” dice Santo Tomás. Añade que: “LA CAUSA INTERIOR DE LA DEVOCIÓN ES NECESARIAMENTE LA MEDITACIÓN O CONTEMPLACIÓN”. Hay entonces un vínculo directo entre devoción y meditación. Por eso la Santísima Virgen pide la meditación de los misterios del Rosario. ¡Sí! Nuestra devoción, nuestra total dedicación a la obra de Redención, nuestro FIAT, necesita ser alimentado. María nos da para ello el Ave María, aquella oración que repite las palabras que Ella pronunció el día de su FIAT.


     En la meditación de los misterios del rosario, los pastorcitos encontraron la fuente de su celo para salvar a los pecadores. Esta devoción de los niños fue indudable pero también fue constantemente alimentada.


     El rosario es la prueba del amor a María y de la voluntad de imitarla. Es la contemplación de las virtudes y de la obra de María para la salvación del género humano.








MEDITAR EL ROSARIO PARA CONSOLAR



     Si la meditación permite alimentar nuestra devoción, también permite consolar a Nuestro Señor y así atraer gracias de misericordia. Así lo vemos cuando Nuestro Señor  tomó el cáliz de su agonía: sus discípulos ya no estaban con él, se habían dormido. Sin embargo, les había dicho: “MI ALMA ESTÁ TRISTE, PERMANECED AQUÍ Y VELAD”.


Nos pide esta presencia, esta vigilia, esta meditación.


     Los niños de Fátima vieron esta tristeza de Nuestro Señor. Como si lo hubieran visto tomar el cáliz de su agonía. La visión de esta tristeza de Dios impulsó en ellos el deseo de consolarlo por la meditación.


     A Francisco, que tenía la misión de consolar a Dios, Nuestra Señora le pide el rezo del rosario. Francisco irá al Cielo, promete la Señora, pero tendrá que rezar muchos rosarios. Haciéndolo, acompaña a Nuestro Señor y lo consuela. El “PERO” de María no debe ser mal interpretado. No significa que Francisco no está tan bien dispuesto como su hermana o su prima. Significa que como su misión es consolar a Nuestro Señor, tendrá que rezar muchos rosarios porque la meditación Lo consuela.







MEDITAR EL ROSARIO: UN PEDIDO INSISTENTE, UNA ORDEN DE MARÍA



¿Por qué el Rosario como fuente de meditación y no otra?



     Porque Nuestra Señora se dirige a niños que no saben ni leer ni escribir, y la meditación de los quince misterios del Rosario  no requiere tal aprendizaje. Esta meditación está al alcance de todos. Porque el Rosario  es a la vez oración y meditación. Porque el Rosario es la contemplación de la vida de Jesús y de María. Porque el Rosario es la contemplación del conjunto de los misterios de nuestra fe. Porque el Rosario es el aprendizaje de todas las virtudes. Porque el Rosario incita a la imitación de Jesús y de María…


     Es por eso que Nuestra Señora insiste tanto sobre el rezo cotidiano del Rosario Lo menciona ya dos veces en la primera aparición. Lo repetirá otras cinco veces. En el día de Ascensión, el 9 de mayo de 1918, la Virgen misma vino a enseñar a Jacinta a rezar y a meditar el Rosario. Desgraciadamente, el método no nos fue transmitido.


     Del mismo modo que el Ángel había mandado rezar y sacrificarse en reparación de los pecados y para la conversión de los pecadores, María mandó rezar el Rosario: “REZAD el Rosario todo los días”, “QUIERO QUE SIGAN rezando el Rosario todos los días”, dijo para animar a los niños en la tercera, cuarta y quinta aparición. En la tercera, formuló este pedido: “DIGAN después de cada misterio: O Jesús, perdonadnos, libradnos del fuego del infierno y llevad al Cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia”. En la última aparición, extiende su pedido al mundo entero: “QUE SE SIGA SIEMPRE REZANDO el Rosario, todos los días”.






¡Qué insistencia maternal en la enseñanza!




     CONCLUSIÓN

    
     En Fátima, fue Nuestra Señora del Rosario quien recibió el Fiat de los niños, asociándolos de esta forma a la Anunciación, a los MISTERIOS GOZOSOS.


     En Fátima, fue Nuestra Señora del Rosario quien asoció a los tres niños a la Pasión de Nuestro Señor. Este era el sentido de los sacrificios pedidos por la conversión de los pecadores y de Rusia. Los sacrificios ejercitaron a los niños en la práctica de la mortificación de los sentidos, del espíritu y de la paciencia en las pruebas, asociándolos a los MISTERIOS DOLOROSOS.


     En Fátima, fue Nuestra Señora del Rosario quien prometió el Cielo a sus siervos fieles y devotos. El Cielo y un lugar predilecto en el Cielo: “A quien abrazare esta devoción, prometo la salvación, estas almas serán queridos por Dios y puestas por Mí como flores predilectas para adornar su trono”. Los asoció así a los MISTERIOS GLORIOSOS.



    

La entrega al Corazón de María es la entrega a Dios al igual que Ella. Igual que Ella y con Ella. La meditación de los misterios del Rosario alimenta a la vez nuestra devoción  a Nuestro Señor y a Nuestra Señora. ¡Al Corazón de Jesús por el Corazón de María! Las alegrías, los dolores y las glorias  de los Santos Corazones también son los nuestros. Nuestra Señora del Rosario  es modelo de virtud y de vida sobrenatural.


     María nos invita a ser imitada en su vida al lado de Jesús. El Rosario nos comunica el amor de María por su divino Hijo: “MIENTRAS MEDITABA, UN FUEGO SE ABRAZÓ EN MI CORAZÓN” (Ps,XXXVIII, 4).



Ave Cor Mariae!!!!





Revista de la Cruzada Cordimariana-Octubre-2014.





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