jueves, 6 de julio de 2017

“MISTERIOS GOZOSOS” meditado (se rezan los días lunes y jueves) – Por el P. Roger Thomas Calmel O.P




I. ANUNCIACIÓN.

   “Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna” (Juan 3, 16). Él dio a su único Hijo por María, porque quería que el Verbo tomara nuestra naturaleza en el purísimo seno de la Virgen.

   Que la Virgen, Madre de Dios, se digne pues darnos el creer firmemente que Dios nos amó tanto. Que todo en nuestra vida sea iluminado por una fe muy viva en el misterio de Dios hecho carne.

II. VISITACIÓN.


   A la exclamación de su prima Isabel: Bendita eres entre todas las mujeres, María respondió con el Magnificat. Es un cántico de muy humilde agradecimiento por el misterio de la Encarnación: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu exalta de alegría en Dios mi Salvador, porque ha puesto los ojos en la humilde de su esclava (…). Su misericordia se extiende de generación en generación sobre los que le temen”.

   Que la Virgen del Magnificat nos enseñe a meditar en nuestro corazón los misterios de la misericordia divina. De esa manera nuestra conversación interior se pondrá al unísono con nuestra fe en vez de extraviarse y perderse en el vacío.


III. NACIMIENTO DE JESÚS.

   Venido al mundo por la Virgen María en la noche de Navidad, el Hijo de Dios, que es su propio hijo, nos es dado una vez por todas. Este don no nos será más retirado; esta presencia no nos será quitada, porque después de subir a los cielos, Jesús continúa estando presente y dándose bajo las especies eucarísticas.

   Que la Virgen de la Natividad nos consiga creer con todas nuestras fuerzas en el misterio de la Eucaristía y comulgar lo más dignamente posible.


IV. PRESENTACIÓN DE JESÚS EN EL TEMPLO Y PURIFICACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN.

   Cuando la Virgen María depositó en los brazos del anciano Simeón a su pequeño hijo, verdadero Hijo de Dios, verdadero Salvador del mundo, el santo anciano profetizó la misión de Jesús: Él es la salvación preparada para todos los pueblos, luz que debe iluminar a los paganos y gloria del pueblo de Israel. Ahora bien, es por la Santa Iglesia Católica que el Hijo de Dios dispensa al género humano las luces y las gracias de la Redención.

   Pidamos a la Virgen de la Presentación en el Templo, que la Santa Iglesia Católica sea conservada en la unión y sea gobernada en toda la tierra, por el Padre muy misericordioso. (Canon Romano, Te igitur).

V. HALLAZGO DE JESÚS EN EL TEMPLO.

   Las dificultades e inquietudes cotidianas no nos deben impedir permanecer en el amor de Dios, vivir en el nivel de nuestra fe, mantenernos en la paz de Jesucristo por que Jesucristo nos fue dado y nunca nos faltará. Observando la Santa Familia, aprendamos a cumplir nuestro deber cotidiano en paz, amor y paciencia y con gran pureza de corazón. Que la Virgen de Nazaret nos enseñe a caminar por esta pequeña vía de humildad y simplicidad interior.


“EL ROSARIO DE NUESTRA SEÑORA”


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...