LETANÍAS LAURETANAS.
Una est columba mea,
perfecta mea, una est Matris suae.
Electa genitrici suae. Cant.
6.
Una sola es mi paloma, mi
perfecta. Una sola y escogida es de su Madre.
CONSIDERACION I.
Representemos
al Espíritu Santo que dirige sus ojos a María santísima, y con una mirada
amorosa dándole el anillo de los desposorios le manifiesta que le ha elegido
para su Esposa, y por esto dice á Señora Santa Ana: dame a tu Hija por Esposa, y
Ana le responde: te daré a mi Hija, y así la Madre se congratula con su
Hija diciéndole: Dios te salve Esposa del
Espíritu Santo.
CONSIDERACION II.
Todo lo expuesto se
verifica en María santísima, que por la Iglesia es llamada y reverenciada
Esposa gloriosísima del Espíritu Santo. Porque cuando el celestial Esposo,
según el sentido del testo puesto al principio, dice: una es mi paloma, mi perfecta es única y electa para su Madre: sin
duda entiende á María que es paloma purísima, la más perfecta de todas las mujeres
y elegida desde la eternidad.
CONSIDERACION III.
Ya pues, siendo María
Esposa del Espíritu Santo, necesariamente se sigue que debe haber sido llena de
todo el tesoro de virtudes y gracias, de tal suerte que ella puede decir de sí
misma con verdad: Dios me ha dotado con una excelente dote. Porque a la verdad,
aunque el Espíritu Santo haya dado y todavía dé abundantemente sus dones a otras
muchas castas vírgenes; a ninguna los ha dado en tanta copia y en tan excelente
grado como a María su Esposa dilectísima; de quien se puede decir: muchas hijas juntaron riquezas, pero tú las has aventajado a
todas.
ORACION.
¡Oh Espíritu Santo! que
para consuelo de los hombres, y salud dé las almas has tomado diversas formas,
pues ya tomas la de lengua para enseñar a los ignorantes: ya la de fuego
para encender en amor a los fríos: ya la de suave viento para reforzar a los
lánguidos: ya la de paloma para infundir mansedumbre a los
iracundos. A ti clamo con San Agustín: ilumíname para que piense cosas buenas;
compéleme para que obre bien; persuádeme para que te amé; confórtame para que
te posea; guárdame para que jamás te pierda; y para conseguirlo te ruego por
intercesión de María santísima tu Esposa.
Dios Espíritu Santo, ten
misericordia de nosotros.
P. FRANCISCO JAVIER DORNN
DEAN Y PREDICADOR DE PRIDBER
(1834).
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