sábado, 6 de julio de 2024

MES EN HONOR A SANTA ANA (DÍA 7)

 


Recopilado por el P. Dr. Vicente

 Alberto Rigoni, Cura Párroco de

 Santa Ana en Villa del Parque

 (Buenos Aires), el 12 de Mayo de

 1944. Tomado de RADIO

 CRISTIANDAD.

 

  

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

 

   Dios os salve, ¡oh gloriosa Santa Ana!, cuyo nombre significa la gracia de la que fuiste por Dios llena, gracia que distribuís a vuestros devotos. Nosotros, postrados a vuestros pies, os rogamos que aceptéis estos humildes obsequios con los cuales pretendemos honraros, como a madre de nuestra amantísima Madre y Reina y como abuela de nuestro dulcísimo Redentor Jesús. Y Vos, en señal de que os agradan nuestros homenajes, libradnos del maldito pecado alcanzándonos la gracia de modelar nuestra vida conforme a vuestros ejemplos, y obtenednos luz, fervor y constancia para que con la meditación que vamos a hacer, crezcamos en virtud y seamos más y más gratos al Señor. Amén.

 



DÍA SÉPTIMO —7 de julio.

 

MEDITACIÓN: Desposorios de Santa Ana y San Joaquín.

 

   El motivo principal que inducía a las mujeres hebreas a unirse en matrimonio, era el deseo de ver la propia descendencia glorificada con el nacimiento del Mesías. Esta misma razón determinó a los padres de Santa Ana a privarse de su querida hija y darla por esposa a Joaquín.

    

   Varios escritores afirman que tal unión se hizo por una revelación especial que tuvo Santa Ana, la cual sin titubear puso prontamente en práctica uniéndose con el elegido del Señor.

   

   Los Santos Padre cantan alabanzas a las especiales virtudes que nuestra Santa debía revelar a su esposo Joaquín. Este a su vez atraído por las incomparables dotes de Ana, no podía dejar de corresponder con otras tantas celestiales prerrogativas. Así estas dos almas privilegiadas fueron las únicas aptas para preparar del modo más digno la venida de Aquella que debía robar el Corazón de Dios.

   

   A la escuela de tales virtudes aprendamos aquella pronta obediencia a la voluntad de Dios en todo aquello que mira a nuestro provecho espiritual.

   

   Admirad el bello ejemplo de unión y de paz que Santa Ana ofrece a los casados cristianos y a todos los miembros de la familia. ¡Portento celestial! Dios es caridad; y el que vive en caridad, vive en Dios y Dios en él. La caridad es la paz y la señal segura de que Dios habita en el alma del que la posee; ¿y qué tesoro más rico puede juntar el insaciable corazón del hombre? ¿qué podrá dar en cambio, o qué sacrificio podrá serle pesado para adquirirlo y guardarlo? El que tiene a Dios, lo tiene todo, y nada tiene quien de Él está privado. Las familias donde imperan estos principios representan la felicidad del paraíso; mientras que en aquellas donde faltan se descubre el desorden y confusión propia del infierno. Haz, pues, cristiano, cuanto puedas por vivir en caridad y ruega a Santa Ana que es la abogada de la paz doméstica.

 

EJEMPLO:

 

Un noble español pedía fervorosamente a María Santísima le alcanzara la gracia de poderse decidir a la elección de estado, a cuya realización se oponían infinidad de obstáculos.

   

La Reina de los cielos apareciéndosele, le invitó a dirigir sus súplicas a su poderosísima Madre Santa Ana, lo que hizo con singular fe y devoción.

  

Nuestra querida Santa Ana no desoyó las fervientes súplicas de aquel su devoto y le obtuvo sin tardanza una suave calma de espíritu, que le indujo a seguir el camino a que era divinamente llamado.

  

Agradecido, conservó constante devoción a su Protectora, a la cual tuvo siempre propicia en vida y en muerte.

  

OBSEQUIO: Si debemos elegir estado, invoquemos a Santa Ana para que nos obtenga la luz; si lo hemos elegido bien, supliquémosle nos ayude a perseverar en él.

  

JACULATORIA: Piadosísima Santa Ana, iluminadnos a fin de que conozcamos la divina Voluntad.

  

ORACIÓN

 

   ¡Oh bendita Santa Ana!, por amor de aquel Dios que habitó constantemente en vuestro corazón, haced que la santa caridad, alma y vida del cristiano reine siempre entre nosotros. Vos disteis a luz a la madre de Aquel que vino a traerla del cielo a la tierra; una palabra vuestra dirigida a Él es un mandato; ¡Ah! hablad, rogad por los casados cristianos, por las cristianas familias, por todos nosotros, a fin de que, formando un solo corazón y una sola alma, se vea reinar en todos la paz de Jesucristo. Así sea.

 

—Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

   

. Ruega por nosotros, bienaventurada Santa Ana.

. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

       

ORACIÓN

 

   Oh Dios, que te dignaste conceder a Santa Ana la gracia de dar al mundo a la Madre de Vuestro Unigénito Hijo, haz, por tu misericordia, que nos ayude junto a Ti la intercesión de aquélla cuya fiesta celebramos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

   

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.


MES EN HONOR A SANTA ANA (DÍA 6)

 



Recopilado por el P. Dr. Vicente

 Alberto Rigoni, Cura Párroco de

 Santa Ana en Villa del Parque

 (Buenos Aires), el 12 de Mayo de

 1944. Tomado de RADIO

 CRISTIANDAD.

 

  

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

 

   Dios os salve, ¡oh gloriosa Santa Ana!, cuyo nombre significa la gracia de la que fuiste por Dios llena, gracia que distribuís a vuestros devotos. Nosotros, postrados a vuestros pies, os rogamos que aceptéis estos humildes obsequios con los cuales pretendemos honraros, como a madre de nuestra amantísima Madre y Reina y como abuela de nuestro dulcísimo Redentor Jesús. Y Vos, en señal de que os agradan nuestros homenajes, libradnos del maldito pecado alcanzándonos la gracia de modelar nuestra vida conforme a vuestros ejemplos, y obtenednos luz, fervor y constancia para que con la meditación que vamos a hacer, crezcamos en virtud y seamos más y más gratos al Señor. Amén.

 




DÍA SEXTO —6 de julio.

 

MEDITACIÓN: De cómo Santa Ana se preparó para la elección de estado.

 

   La preparación para elegir el estado a que nos llama la Divina Providencia es considerada por todos los Doctores de la Iglesia, como una de las mejores disposiciones para obtener del Señor las gracias necesarias para salvarnos.

    

   El Señor había elegido a Ana esposa de Joaquín, por Madre de su santísima Madre, y Ella se preparaba con asiduas oraciones, meditaciones, obras piadosas y con la práctica de todas las virtudes que ejercía en grado heroico.

   

   ¡Qué humildad, fervor y fe, en sus cotidianas oraciones!

    

   ¡Cuánta modestia, candor y sencillez en sus palabras y en sus obras!

   

   El Señor la enriquecía con todos sus singulares favores y le manifestaba toda su divina complacencia.

    

   Profunda lección que nos invita a pedir al Señor luz para conocer su santísima voluntad, de la cual depende nuestra salvación eterna.

    

   He aquí el modo, ¡oh cristiano!, de conocer el estado al cual te llama el Señor, estado del que depende tu salvación. Pedir con suma instancia la luz necesaria al dador de todo bien. Santa Ana tenía la ley, y además los parientes instaban a casarse; pero ella no se mueve antes de conocer la divina voluntad. Y ved cómo su matrimonio es fecundado con la concepción de la bendita entre todas las mujeres, de la esperanza de los siglos.

  

   ¡Oh, si los casados imitaran el ejemplo de Ana y Joaquín, cuántos frutos de gracia y honor darían los matrimonios bendecidos por Dios, y la familia y la sociedad no marcharían a su ruina! De las espinas no nacen uvas, ni los árboles buenos dan malos frutos.

  

EJEMPLO:

 

Dos jóvenes de Verona estaban angustiados y llenos de preocupaciones temiendo no acertar en la elección de estado; cotidianamente pedían al buen Dios les mostrase claramente cual fuese su Santísima Voluntad.

   

Tuvieron la divina inspiración de dirigirse con fervorosas súplicas a Santa Ana a las que unieron votos, velas y flores, a fin de que les concediera la gracia de conocer la voluntad del Señor.

   

No tardó la celestial Patrona Santa Ana en aparecérseles acompañada de su Santísima Hija y con amorosas palabras les aseguró ser voluntad de Dios que entrasen en la Orden de San Agustín y llevaran vida devota. Lo que ambos hicieron, dejando en aquella ilustre Institución ricos perfumes de virtud y santidad.

  

OBSEQUIO: A ejemplo de Santa Ana, no dejemos pasar día sin pedir que seamos iluminados a fin de conocer en nosotros la divina Voluntad.

  

JACULATORIA: Poderosísima Santa Ana, obtenednos del buen Dios que conozcamos y practiquemos su Santísima Voluntad.

  

ORACIÓN

 

   ¡Oh, misericordiosa Santa Ana!, que como, madre de la verdadera luz, tenéis el don de iluminar la mente a cuantos piadosamente invocan vuestro auxilio. ¡Ah! enviad luces a la juventud, a fin de que, al elegir el estado del que depende la felicidad eterna, conozca su peso y tenga la gracia de cumplirlo fielmente, y dadnos a todos la gracia de santificarnos en el estado elegido, cumpliendo siempre la voluntad del Eterno. Así, por vuestra intercesión, unánimes en el servicio de Dios, veremos cesar los ejemplos funestos, aumentar el número de los buenos y florecer la paz y el buen orden en la familia y en la sociedad.

 

—Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

   

. Ruega por nosotros, bienaventurada Santa Ana.

. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

       

ORACIÓN


   Oh Dios, que te dignaste conceder a Santa Ana la gracia de dar al mundo a la Madre de Vuestro Unigénito Hijo, haz, por tu misericordia, que nos ayude junto a Ti la intercesión de aquélla cuya fiesta celebramos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

   

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.

 


viernes, 5 de julio de 2024

MES EN HONOR A SANTA ANA (DÍA 5)

 


Recopilado por el P. Dr. Vicente

 Alberto Rigoni, Cura Párroco de

 Santa Ana en Villa del Parque

 (Buenos Aires), el 12 de Mayo de

 1944. Tomado de RADIO

 CRISTIANDAD.

  

 

  

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.


 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

 

   Dios os salve, ¡oh gloriosa Santa Ana, cuyo nombre significa la gracia de la que fuiste por Dios llena, gracia que distribuís a vuestros devotos. Nosotros, postrados a vuestros pies, os rogamos que aceptéis estos humildes obsequios con los cuales pretendemos honraros, como a madre de nuestra amantísima Madre y Reina y como abuela de nuestro dulcísimo Redentor Jesús. Y Vos, en señal de que os agradan nuestros homenajes, libradnos del maldito pecado alcanzándonos la gracia de modelar nuestra vida conforme a vuestros ejemplos, y obtenednos luz, fervor y constancia para que con la meditación que vamos a hacer, crezcamos en virtud y seamos más y más gratos al Señor. Amén.

 




DÍA QUINTO —5 de julio.

 

MEDITACIÓN: En la infancia de Santa

 Ana crecía la gracia al mismo

 tiempo que la edad.

 

 

   Esto pedía el alto encargo que Ana debía desempeñar en lo que atañe al divino Redentor del mundo, no pudiendo ser de otro modo por el enlace que debía armonizar la acción de la gracia y las angélicas disposiciones de Ella. En efecto, dícese que Ella a una atrayente vulnerabilidad de aspecto, unía un trato señoril y afable, corazón ardiente y generoso, sencillez y candor que cautivaban, sagacidad y prudencia superior a la edad; por esto en Ella nada de vano, nada de impulsivo, sino todo sabiamente ordenado, tanto que su modestia hacía resaltar su belleza y su correcto comportamiento en todas las cosas manifestaba una belleza de alma que extasiaba.

   

   Mientras que en Ella florecían la infancia y la juventud, su alma se abría sucesivamente a la acción de los espirituales carismas los cuales perfeccionándola, la encendían más y más de celestial amor hacia su Dios.

   

   ¡Qué contraste entre nuestra conducta y este sublime modelo!

  

   He aquí el modo, ¡oh cristiano!, de hacerse aceptable al Señor, quien, aunque no a todos destina para grandes cosas, sin embargo, da a todos la gracia para santificarse en su estado. Toca, pues, a cada uno el corresponder a este beneficio pasando sus años en el santo temor de Dios, absteniéndose del mal y obrando el bien.

   

   Lo que más importa es unir la vida activa a la contemplativa, teniendo la mente dirigida a Dios y a su gloria en el acto mismo en que con diligencia se cumplen los deberes domésticos ¡Oh!, si todos lo hicieran así, ¡cuántas inquietudes menos habría en la familia, donde sus miembros, por lo común, tocan los extremos! Los extremos son vicios, y la filosofía enseña que sólo en el justo medio está la virtud. Esto sólo lo comprende aquél que, viviendo, en familia, procura ser semejante a Santa Ana: todo de Dios y todo de la familia.

   

EJEMPLO:

 

   La asistencia de Santa Ana a aquellos que en su poder confían, lo demuestra lo que sigue.

  

   Navegaba de Sicilia a Roma el Venerable Inocencio de Chiusi: improvistamente la nave fue perseguida por los piratas turcos y todos los viajeros fueron presos del temor de ser asaltados y saqueados.

   

   Fray Inocencio, devotísimo de nuestra Santa, les dijo: “Invoquemos a una el auxilio de la poderosísima Santa Ana, Ella es benigna y no tardará en socorrernos” Y todos a coro gritaron llenos de fe: “Santa Ana socorrednos, Santa Ana, salvadnos”.

   

   Al instante vieron las naves enemigas volcarse y desaparecer bajo las aguas. Con gran reconocimiento todos ensalzaron con júbilo el poder y clemencia de la excelsa Santa Ana.

   

OBSEQUIO: Examinemos si en nuestra alma hay algo que pueda desagradar a Santa Ana.

   

JACULATORIA: Amabilísima Santa Ana, aumentad en nuestro corazón el amor y la fe hacia Vos.


   

ORACIÓN

 

 

   ¡Oh, afortunada Santa Ana, que, habiendo conocido a Dios desde los primeros albores de la vida, en Él creíste, en Él esperaste y a Él solo amaste con todo el corazón, buscando siempre su honor y su gloria, aun en medio de las ocupaciones civiles y domésticas!  ¿y cuándo será que nosotros, imitando tu ejemplo, realmente recorramos el camino de la salvación? ¡Ah poderosa abogada!, por aquel amor constante con que serviste y honraste al Señor, haced que le amemos sobre todas las cosas, y que todos nuestros actos pensamientos y afectos sean dirigidos a Él y a su gloria, estando dispuesto a perder la vida antes que la gracia.

 

—Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

   

. Ruega por nosotros, bienaventurada Santa Ana.

 

. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.


       

ORACIÓN

 

   Oh Dios, que te dignaste conceder a Santa Ana la gracia de dar al mundo a la Madre de Vuestro Unigénito Hijo, haz, por tu misericordia, que nos ayude junto a Ti la intercesión de aquélla cuya fiesta celebramos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

   

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.


jueves, 4 de julio de 2024

MES EN HONOR A SANTA ANA (DÍA 4)

 


Recopilado por el P. Dr. Vicente

 Alberto Rigoni, Cura Párroco de

 Santa Ana en Villa del Parque

 (Buenos Aires), el 12 de Mayo de

 1944. Tomado de RADIO

 CRISTIANDAD.

 

  

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.


 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS


 

Dios os salve, ¡oh gloriosa Santa Ana!, cuyo nombre significa la gracia de la que fuiste por Dios llena, gracia que distribuís a vuestros devotos. Nosotros, postrados a vuestros pies, os rogamos que aceptéis estos humildes obsequios con los cuales pretendemos honraros, como a madre de nuestra amantísima Madre y Reina y como abuela de nuestro dulcísimo Redentor Jesús. Y Vos, en señal de que os agradan nuestros homenajes, libradnos del maldito pecado alcanzándonos la gracia de modelar nuestra vida conforme a vuestros ejemplos, y obtenednos luz, fervor y constancia para que con la meditación que vamos a hacer, crezcamos en virtud y seamos más y más gratos al Señor. Amén.

 




DÍA CUARTO —4 de julio

 

MEDITACIÓN: De la Devoción a Santa Ana.

 

   La Sagrada Escritura nada dice de la vida de nuestra Santa y esto no debe maravillarnos, ya que las obras portentosas de Dios no tienen necesidad de ser escritas muchísimas veces saltan a primera vista de quienes las contemplan.

  

   Fácil es demostrar cómo Santa Ana nació de piadosos y excelentes padres de la real estirpe de David, observantísimos de la Ley y estimadores profundos de las misericordias divinas. Apareció como aurora que anuncia la próxima venida del Sol de justicia, del candor de eterna luz hecho carne, del esperado Mesías.

   

   La Iglesia Católica tiene por tradición indudable que la madre de la Madre de Dios se llamó Ana, y el padre Joaquín, ambos de la raza de David y descendientes de aquellos renombrados personajes, patriarcas, pontífices y reyes descriptos por los santos evangelistas Mateo y Lucas, Joaquín de Nazaret era descendiente de David, por la rama de Leví y Ana, de Belén por la rama de Mathan.

  

   Esplendido fue, ¡oh cristiano!, el nacimiento de tu protectora Santa Ana. Ilustre en verdad, por los títulos gloriosos de sus antepasados, es incomparablemente más esclarecida por la prole que debía dar a luz, que es, no sólo hija del Rey, sino madre del Rey de los reyes.

  

   Por tales motivos hay razón para que el culto singular y la profunda veneración que la Iglesia profesa a la Madre de Dios se extienda de un modo especial a Santa Ana. ¿Quieres tú participar de esas gracias? Hazte verdadero hijo de María, copiando en tí la virtud, la reverencia y el honor que Ella rinde a su madre. De este modo, si por María se difunde la gracia en sus ascendientes, vendrá un día en que Ella también pasará a sus descendientes, es decir, a todos aquellos que se portan como verdaderos hijos suyos.

   


EJEMPLO:


 

En el año 1513 un voraz incendio amenazaba destruir un convento de Franciscanas en Alemania. Ya el fuego había destruido los edificios vecinos y se carecía de medios para atajarlo.

  

Las pobres monjas atemorizadas por el inminente peligro se encontraban en la más grande desesperación, cuando he aquí que algunas de ellas, recurrieron a la protección de Santa Ana pidiéndole su auxilio.

   

Tomaron una imagen de la Santa con devoción, la pusieron delante las llamas e hicieron votos. Al instante el fuego se apagó y dejó ilesas a aquellas buenas monjas que desde aquel día aumentaron más y más su devoción a la que fue por ellas invocada.

  

OBSEQUIO: Pongámonos por espacio de algunos instantes, delante de la Imagen de Santa Ana y examinemos cuáles son los sentimientos de devoción que nos ligan a Ella.

   

JACULATORIA: Amadísima Santa Ana, Madre de la excelsa Madre de Dios, rogad por nosotros.



  

ORACIÓN


 

   ¡Oh, mi dulcísima abogada Santa Ana, cuánto gozo al considerar las glorias de tu nacimiento, como brillante estrella en el cielo tempestuoso; cuánto me regocijo de las caricias con que fuiste enriquecida! Querría que todas las criaturas se uniesen conmigo para agradecer y bendecir al Altísimo. ¡Oh mi amoroso Señor! yo os ofrezco todas las incesantes alabanzas que os tributan los coros celestiales en acción de gracias por los privilegios y dones que vuestra bondad derramó a manos llenas sobre Santa Ana, os pido la merced de venerarla y amarla cual conviene.

 

—Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

   

. Ruega por nosotros, bienaventurada Santa Ana.

 

. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

       

 

ORACIÓN

 

   Oh Dios, que te dignaste conceder a Santa Ana la gracia de dar al mundo a la Madre de Vuestro Unigénito Hijo, haz, por tu misericordia, que nos ayude junto a Ti la intercesión de aquélla cuya fiesta celebramos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

 

En el nombre del Padre, y del Hijo , y del Espíritu Santo. Amén.


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