Los tres momentos de rezar el Ángelus han sido tradicionalmente avisados con el toque de la campana en los pueblos cristianos.
Al amanecer, al mediodía y al ponerse el sol, tocaba la campana, y toda la comunidad cristiana entendía:
-¡es la hora de rezar a la Virgen!... El Ángel del Señor anunció a María…
Todos interrumpían el trabajo, todos rezaban las tres Avemarías, todos tenían un recuerdo cariñoso para sus difuntos, todos oxigenaban el alma con la oración más tierna a la Madre del Cielo.
El mundo se paraba a las doce para alabar a la Virgen, para alabar a Nuestra Reina, en el mayor homenaje que le hacen juntos, hombres y ángeles.
Es muy conocido el cuadro de Jean-François Millet.
Anochece. El esposo y la esposa han pasado el día trabajando en el campo. Y al oír la invitación de la campana, interrumpen la faena, azadón en mano y canasto en tierra, con los ojos hacia el suelo, rezan y quedan sumidos en profunda oración.
Recuerdan a un San Carlos Borromeo, que al oír la invitación de la campana como si viniera del cielo, se bajaba de la cabalgadura, estuviera donde fuese, y se arrodillaba aunque fuese sobre el fango.
¿Por qué no dedicar un par de minutos a contemplar el misterio más profundo de nuestra fe, como es la acción de la Santísima Trinidad, que, por María, nos manda la salvación al mundo?
Porque esto y no otra cosa es el rezo del Ángelus,
Vemos al Padre enviando al Hijo, al Hijo encarnándose, al Espíritu Santo, pues todo esto es obra Suya, vemos a La Virgen María, ofreciéndose en todo a la Trinidad.
Merece la pena gastar dos minutos en el rezo del Ángelus, porque esos minutos ofrecidos a María, no se pierden, sino que acaban a los pies de Dios.
Dice Bruno Forte: “El ser humano que se detiene, y tiene tiempo para Dios, es la respuesta adecuada ante el Dios que tiene tiempo para el ser humano”.
MODO DE REZARLO
El Ángelus se debe de rezar tres veces al día, a las 6 de la mañana, a las 12 del mediodía y a las 6 de la tarde.
V. El Ángel del Señor anunció a María,
R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.
Dios te salve María...
V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mi según tu palabra.
Dios te salve María
V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve María.
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oración
Te rogamos, Señor, infundas tu gracia en nuestras almas, para que quienes hemos conocido la Encarnación de tu Hijo anunciada por el Ángel, por los méritos de su Pasión y su Cruz, lleguemos a la gloria de la Resurrección. Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor.
R. Amén.
Con el rezo del ángelus se gana indulgencia parcial para vivos e indulgencia parcial para los difuntos.
El toque característico del Ángelus consiste en el tañido de tres campanadas antes de cada Avemaría, seguidas, finalmente de nueve campanadas algo más rápidas que las tres rítmicas anteriores.
Nuestros mayores conservan fielmente esta preciosa práctica, que hoy, por desgracia, se ha descuidado.
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