1. ° Ave.
— Es la palabra de saludo afectuoso, pero el Ángel la emplea en
sentido de parabién y enhorabuena.
— La Iglesia nos dice en
sus himnos que es lo contrario de Eva, para indicarnos que así como por Eva nos
vino la muerte, por María nos vendrá la vida.
— En este sentido la
enhorabuena del Ángel debe extenderse a toda la humanidad.
— Da a María la enhorabuena por este paso de su vida, y dátela a
ti, pues por Ella en este día, tú alma ha sido hecha hija de Dios...
2. ° Llena de gracia.
—
Y bien llena — a todos los demás santos y aún a los ángeles se les dio por
partes... sólo a María, la plenitud y totalidad de la gracia.
— En esta plenitud se
había de diferenciar de las demás criaturas.
— Sería necesario conocer lo que es la gracia para entender estas
palabras del Ángel.
— Piensa lo que es la
gracia para los demás..., es un ser divino, algo de Dios, que se comunica al hombre
para divinizarle, pues realmente le da el título de hijo de Dios y le confiere
el derecho de heredar del Padre Eterno..., pues si es hijo de Dios, es heredero
del Cielo.
— Ahora piensa, si esto hace la gracia en los demás y así los
santifica y diviniza..., ¿Qué haría en la Virgen, al darla la plenitud total y
completa de la misma? Si Ella la tiene toda, a Ella hay que acudir, si queremos
participar de la gracia.
— Mas si estaba ya llena ¿cómo pudo aumentar en su vida la gracia?...
Es un misterio.
— Un vaso lleno, ya no
admite más agua; pero para Dios no hay imposibles. — Dios pudo dilatar y
aumentar en cada momento ese vaso preciosísimo de su alma, y así, estando siempre
lleno, pudo siempre aumentar la gracia que encerraba.
3. ° El Señor es contigo.
— Esto es, más contigo que conmigo, diría el Ángel... y más que con
todas las criaturas.
— Está contigo
poseyéndote totalmente.
— No hay nada en María que no esté poseído y no sea de Dios.
— También Dios está con
nosotros..., pero ¡que a medida!
— No dejamos a Dios que
nos domine totalmente como María. Además, contigo, siempre, desde la eternidad.
— En ti pensaba y contigo
se deleitaba, aún antes de crear alguna otra cosa.
— Contigo para siempre, y por eso quiere, unirse tan íntimamente que
seas tú su Madre y Él sea tu Hijo.
— Piensa cómo Jesús quiere también esto contigo y para eso te
busca y te llama y se une a ti por la gracia y más íntimamente por la
comunión...
4. ° Bendita entre las
mujeres
— Porque así como por una mujer entró en el mundo el pecado, por
ti entrará la gracia y la redención.
—Todas las generaciones
recordarán a Eva para maldecirla..., todas te recordarán a Ti para bendecirte.
Aquella fue la mala madre, la madrastra que dio muerte a sus hijos... María la
verdadera Madre, que nos da con amor la vida.
— La humanidad entera
reconcentró contra la mujer todos sus odios; la trató con desprecio y crueldad.
—María es la que rehabilita y ensalza de tal modo a la mujer,
que llega a ser la criatura más elevada y la que ocupa el puesto más alto en el
Cielo...
5. ° Bendito el fruto de
tu vientre.
— Palabras, no del Ángel, sino de Santa Isabel, pero tan ligadas
a las del primero, que la Iglesia las junta en una sola oración.
— Palabras gloriosas para María, porque dicen lo que es y será su
Hijo.
— Al fin, si Ella será
dichosa y bendita por todos, será por su Hijo.
— En ese fruto bendito,
encontraremos todos, la salvación.
— Eva nos perdió,
dándonos el fruto del pecado.
— María nos salvará,
dándonos ese fruto de santificación que se llama Jesús...
Reza siempre con mucha veneración el Ave María.
— Cuida de su rutina en el Rosario, etcétera... No olvides de
saludar a María en el Ángelus.
— Siempre que lo reces, acuérdate de este grandioso misterio de
la Anunciación y pide a María que te llene de gracias, que el Señor también
quiera estar contigo y así que te haga partícipe de su dicha y bendición
eternamente.
“MEDITACIONES
SOBRE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA”.
ILDEFONSO RODRÍGUEZ VILLAR— 1940.
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