— LA VIRGEN ORANDO
1. ° Cómo ora.
— Con santa curiosidad atisba por la
ventanilla de la casa de Nazaret y sorprende a María en su oración.
— ¡Qué espectáculo!
— Mírala en su porte exterior, sin exageraciones, ni dramáticas posturas...;
de rodillas..., postrada hasta pegar con su frente en el suelo..., las manos
juntas o cruzadas ante el pecho..., los ojos bajos y modestamente recogidos o
levantados para fijar su vista en el Cielo.
— Penetra hasta ver su fervor interior;
¿habrá cabida en Ella para las distracciones, pensamientos inoportunos,
cansancios, tibiezas, aburrimientos, etc., etc.?
— Mírala bien, es tu Maestra de oración..., los ángeles se pasman
y asisten regocijados a la oración de María.
— Dios se complace en Ella, y se comunica
a Ella, con un aumento de gracias..., de beneficios y concesiones que hace al
mundo por la oración de María.
— Y tú ¿no aprenderás a copiar en ti algo de este fervor de tu
Madre?...
2. ° Qué ora.
— Jesucristo más tarde nos enseñará que
hemos de pedir «el reino de Dios y su justicia», y esto pide
María..., que venga ya el Salvador..., que envíe Dios al Mesías..., que acelere
cuanto antes la hora de la Redención..., tanto, tanto lo pide, que Dios
complacido no lo puede negar..., y por la oración de María, acelera y adelanta
la hora.
—Recuerda las Bodas de Caná.
—
También allí dice Cristo «aún no ha llegado mi hora», pero por
la intercesión de María se adelanta y hace el milagro.
— Piensa en Dios cambiando su plan y
adelantando la hora de enviar a su Hijo..., la de manifestarse en Caná
públicamente con primer milagro..., la de redimir al mundo en la Cruz..., la de
resucitar tan de mañana el domingo de Resurrección, y todo..., porque María lo pide
con su oración...
3. ° Por qué ora.
— Porque la oración no es sólo útil, sino necesaria.
— No tenía Ella necesidad para sí —ni la tuvo Cristo— y, sin embargo, la
oración de Jesús y la de María es sin intermisión.
—La primera vez que hablan los Evangelios
de María, la presentan Orando... y en la oración, recibe la visita del
ángel...; la última vez que la mencionan los evangelistas, es para decirnos que
en el Cenáculo era Ella la que enseñaba a los apóstoles a orar, y a prepararse
para recibir con la oración al Espíritu Santo.
— María comienza su historia orando y la termina orando.
— ¡Qué ejemplos te pone Dios para imitarla!
— Además, con la oración se prepara para
ser la Madre del Mesías, por eso, en medio de la oración, recibe la visita del
ángel.
— Toda la obra de la Encarnación está
relacionada con la oración de
María.
4. ° Tu oración.
—
En presencia de este sublime modelo piensa:
a) Lo
necesaria que es para ti la oración; las pasiones, los pecados, las imperfecciones
y miserias propias, te recuerdan esto sin cesar.
b) Los
frutos que tú podrías conseguir si fueras alma de oración..., la comunicación
con Dios y el gusto de las cosas espirituales..., la misma perfección y
santidad de ahí depende.
c) Cómo
oras y cómo debes de orar si te comparas con María..., falta de fervor...,
atención interna y externa..., tus cansancios y rutinas..., pretextos para
dejarla o acortarla quizá, cuando más falta te hace.
d) Examina
tu oración vocal cómo rezas el Oficio Parvo..., la coronita, el Rosario..., tus
oraciones marianas, etc.
Pide para ti un gran
espíritu de oración; y para el mundo, que por la oración de las almas buenas dé
el Señor vida, y forme muchos hijos de María
“MEDITACIONES SOBRE LA SANTÍSIMA VIRGEN
MARÍA”.
ILDEFONSO RODRÍGUEZ VILLAR—
1940.
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