miércoles, 8 de julio de 2020

NOVENA A LA SANTÍSIMA VIRGEN DEL CARMEN. SEGUNDO DÍA.




FESTIVIDAD: 16 de julio.





—Puesta de rodillas la persona que ha de hacer la Novena delante de la Imagen de la Virgen del Carmen, con profunda humildad y reverencia, se persignará devotamente, y avivando la fe de que Dios está presente, levantará el corazón, a su divina Majestad, y dirá las oraciones siguientes:




Por la señal, etc.




ORACIÓN.



   Dios mío y Señor mío, postrado delante de tu Majestad Soberana, con todo mi ser, mi alma y mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco por mi Dios y mi Señor. En ti creo, y creo firmemente todos los misterios de nuestra Santa Fe Católica, en que quiero vivir y morir. En ti espero y de ti espero me has de perdonar mis culpas, dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A ti amo sobre todas las cosas por tu bondad infinita. A ti doy infinitas gracias por todos los beneficios que me has hecho y me estás haciendo siempre. A ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados; de todo me arrepiento y te pido me perdones. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Pésame de todo corazón, porque sois mi Dios, infinitamente bueno y digno de ser amado. Propongo firmemente, ayudado con vuestra gracia, nunca más pecar, y apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme y satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Espero en Vos, Señor, que por vuestra misericordia infinita me perdonaréis y daréis vuestros auxilios, para que, perseverando en vuestra gracia, logre gozaros eternamente en la gloria. Perdonadme, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a María Santísima, vuestra Madre y mi Señora, y alcance por su intercesión lo que en esta Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra y provecho de mi alma. Amén.





ORACIÓN para todos los días
A LA VIRGEN DEL CARMEN



   ¡Oh, Virgen María, Madre de Dios y de los pecadores!, especial protectora de los que visten tu sagrado Escapulario, te suplico por lo que Su Majestad te ha engrandecido, escogiéndote para verdadera Madre suya, me alcances de tu querido Hijo Jesús el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y lo que en esta Novena especialmente pido, si conviene para su mayor honra y gloria y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo, me valgo de tu intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos para alabarle dignamente; y uniendo con sus afectos mis voces, te saludo una y mil veces diciendo: Dios te salve, María, etc.



—Estas dos oraciones y tres Avemarías se han de decir en todos los nueve días.














DÍA SEGUNDO (9 de julio).




ORACIÓN.


   ¡Oh Virgen del Carmen, María Santísima! que por tu singular amor a los Carmelitas les favoreciste con tu familiar trato y dulces coloquios, alumbrándoles con las luces de tu enseñanza y ejemplo, de que dichosamente gozaron. Ruégote, Señora, me asistas con especialidad, alcanzándome de tu bendito Hijo Jesús, luz para conocer mis culpas y llorarlas, lo que debo ejecutar para con toda perfección servirle, y que mi trato y conversación sea siempre para su mayor honra, gloria y edificación de mis prójimos, y al presente consiga lo que en esta Novena por tu intercesión especialmente le pido; que así, Señora te lo suplico humildemente diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia…






—Se dirá la Salve y Letanía con la Antífona.
Ahora se levanta el corazón a Dios y se pide por intercesión de María Santísima del Carmen la gracia que se intenta conseguir en esta Novena.



Letanías de Nuestra Señora






Señor,       ten piedad de nosotros.
Cristo,      ten piedad de nosotros.

Señor,       ten piedad de nosotros.
Cristo,      óyenos.                  
Cristo,      escúchanos.         

Dios Padre Celestial.                                      Ten piedad de nosotros.
Dios Hijo Redentor del Mundo                      Ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo.                                       Ten piedad de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios.                         Ten piedad de nosotros.


Santa María                                                  Ruega por nosotros (se dice
                                                                                  en Cada advocación)

Santa Madre de Dios,                                       
Santa Virgen de las vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre inviolada,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen venerable,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Esclava del Señor,
Espejo de justicia,
Trono de sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso honorable,
Vaso insigne de devoción,
Rosa mística,
Torre de David.
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la alianza,
Puerta del cielo.
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consuelo de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los santos,
Reina concebida sin mancha original,
Reina asunta a los cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la familia,
Reina de la paz,


Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.       Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.       Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.       Ten piedad de
Nosotros.  
                                         


—Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

—Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.





ANTÍFONA


Bajo tu amparo nos refugiamos, Santa Madre de Dios; no desatiendas las oraciones que te dirigimos en las necesidades, mas líbranos siempre de todo peligro, Virgen gloriosa y bendita.




—Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.


—Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.





OREMOS:


Concede a tus siervos, oh Señor Dios, que gocen siempre de la salud del cuerpo y del alma, y que, por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, se vean libres de los males de la vida presente y gocen de la eterna felicidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.




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