lunes, 21 de diciembre de 2020

NOVENA DE NUESTRA SEÑORA DE BELÉN. QUINTO DÍA.


 


Cuya Sagrada Imagen, insigne en milagros, se veneraba en el Religioso Convento de los Padres Mercedarios Descalzos, Redentores de Cautivos, de la ciudad de Granada; sacada de las obras de la venerable Madre María de Jesús de Águeda.

   Que ofrece a los devotos de la Reina del Cielo, a petición de un alma devota de la Santa Imagen. 

   Escrito por Fray Miguel del Santísimo Sacramento, religioso de la misma Orden e impreso en el año 1755.

 

 

COMENZAMOS: 16 de diciembre.

 

FINALIZAMOS: 24 de diciembre.

 

 

 

 

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS.

 

 

   Soberana Señora, Emperatriz de los Cielos y Tierra, Estrella refulgente del Mar, que alumbras a los errados navegantes hijos de Adán: Yo, el más indigno de todos ellos, me postro ante tu sagrada imagen de Belén, venerándote en tu dichoso Parto, como legitima, y natural Madre de Dios, y Virgen Purísima; y te suplico, que, en esta Novena, que consagro a tus aras, te dignes de ser mi Madre, pues lo eres de todos; y me alcances del Trono de tu Santísimo Hijo, pureza de Intención, y conformidad con su Santísima voluntad, para que por tu Santísima intercesión sean mis ruegos, y suplicas oídas de su piedad, para que venerándote en esta vida, ante tu Santa Imagen te adore eternamente en la gloria. Amén.

 

 

 

—Luego se rezan nueve Ave Marías, en memoria de los nueve meses, que estuvo el Verbo Divino en su purísimo Vientre, e inmediatamente se dicen las Oraciones siguientes…

 







DÍA QUINTO (20 de diciembre).

 

 

PRÍMERAS PALABRAS QUE DIJO A SU MADRE EL NIÑO Y RESPUESTA DE LA VIRGEN.

 

 

   Considera, como después, que se vieron Hijo, y Madre con la mayor ternura, que se puede considerar, prorrumpió el Divino Niño en estas tiernas palabras a su Santísima Madre: Madre, asimílate a mí, que por el sér humano, que me has dado, quiero desde hoy, darte otro nuevo ser de gracia más levantado, que siendo de pura criatura, se asimile al mío, que soy Dios, y hombre, por imitación perfecta. A cuyas dulces palabras respondió la prudentísima Señora: Llévame Señor, y tras de ti correremos en el olor de tus ungüentos.

 



ORACIÓN.

 

 

   Soberana Señora, que por tu altísima Santidad mereciste ser la primera Discípula del Maestro dé la vida tu dulcísimo Hijo y como tal apreciaste el modo de asimilarte a él, por imitación perfecta y te ofreciste a correr cual ciervo tras el olor de sus virtudes.

 

   Concédame, Soberana Señora que de tal fuerte disponga yo el gobierno de mí vida, que no discrepe un punto de la tuya, para que siempre corra en tu seguimiento, hasta gozarle, sin temor de perderle, en la eterna Patria. Amén.

 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...