miércoles, 23 de diciembre de 2020

NOVENA DE NUESTRA SEÑORA DE BELÉN. OCTAVO DÍA.


 


Cuya Sagrada Imagen, insigne en milagros, se veneraba en el Religioso Convento de los Padres Mercedarios Descalzos, Redentores de Cautivos, de la ciudad de Granada; sacada de las obras de la venerable Madre María de Jesús de Águeda.

   Que ofrece a los devotos de la Reina del Cielo, a petición de un alma devota de la Santa Imagen. 

   Escrito por Fray Miguel del Santísimo Sacramento, religioso de la misma Orden e impreso en el año 1755.

 

 

COMENZAMOS: 16 de diciembre.

 

FINALIZAMOS: 24 de diciembre.

 

 

 

 

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS.

 

 

   Soberana Señora, Emperatriz de los Cielos y Tierra, Estrella refulgente del Mar, que alumbras a los errados navegantes hijos de Adán: Yo, el más indigno de todos ellos, me postro ante tu sagrada imagen de Belén, venerándote en tu dichoso Parto, como legitima, y natural Madre de Dios, y Virgen Purísima; y te suplico, que, en esta Novena, que consagro a tus aras, te dignes de ser mi Madre, pues lo eres de todos; y me alcances del Trono de tu Santísimo Hijo, pureza de Intención, y conformidad con su Santísima voluntad, para que por tu Santísima intercesión sean mis ruegos, y suplicas oídas de su piedad, para que venerándote en esta vida, ante tu Santa Imagen te adore eternamente en la gloria. Amén.

 

 

 

—Luego se rezan nueve Ave Marías, en memoria de los nueve meses, que estuvo el Verbo Divino en su purísimo Vientre, e inmediatamente se dicen las Oraciones siguientes…

 






DÍA OCTAVO (23 de diciembre).

 

OFRECIMIENTO QUE HIZO MARÍA SANTÍSIMA AL ETERNO PADRE.

 

 

   Considera, como luego, que la Reyna del Cielo tuvo en sus brazos a su Hijo Santísimo, lo ofreció al Eterno Padre, como Sacerdotisa Soberana con estas tiernísimas palabras: Altísimo creador del Universo aquí está el Altar y el sacrificio, acepto vea vuestros ojos. Desde este punto, Señor mío, mirad al linaje humano con misericordia y cuando merezcamos vuestra indignación, tiempo es que se aplaque con vuestro Hijo, y mío. Deseanse ya la justicia, y magnifíquese vuestra misericordia, pues para esto se ha vestido el Verbo Divino la similitud de la carne del pecado, y se ha hecho hermano de los mortales, y pecadores. Por este título los reconozco por hijos y pido con lo íntimo de mi corazón, por ellos, a quienes no negaré mi amor, ni cuidado, y desvelo para su remedio. Recibid Eterno Dios, mis deseos, y peticiones, para lo que es de vuestro mismo agrado y voluntad.

 

 

 

ORACIÓN.

 

 

   Soberana Señora, Madre, Abogada de los pecadores, que, como Sacerdotisa Soberana, ofreciste al Eterno Padre a su Hijo, y suyo, como precioso Arco iris, que templaste sus divinos enojos y ajustaste las paces con ellos,

 

   Concédenos, Señora, tu sagrado patrocinio, ahora, y en la hora de mí muerte. Y cuando lo exorbitante de mis yerros, y feas abominaciones, más provocaren la indignación divina, le presentéis la victima agradable de tu precioso Hijo, como infinita satisfacción, para que benigna tu misericordia, me lo perdone y por tu sagrado patrocinio, é intercesión, me conceda gozarte en tu compañía en la Patria de la gloría. Amén.

 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...