—COMENZAMOS: 29 de diciembre.
—FINALIZAMOS: 7 de diciembre.
—8 DE DICIEMBRE: Solemnidad de la Inmaculada Concepción
de la Santísima Virgen María).
DÍA SEGUNDO (30 de Noviembre).
—Por la señal de la santa cruz, etc.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío, Jesucristo, Creador, Padre y
Redentor mío, en quien creo y espero, a quien
amo y quisiera haber siempre amado sobre todas las cosas; me pesa, sí, una y
mil veces me pesa de haberos ofendido, por ser Vos quien sois, bondad infinita;
pésame también porque merecí las terribles penas del Purgatorio y ¡ay! tal vez las eternas llamas del infierno.
Propongo firmemente nunca más pecar, y apartarme de todas las ocasiones de
ofenderos, ayudado de vuestra divina gracia. ¡Oh! tenga
yo, Jesús mío, la dicha de confesarme bien, enmendar la vida y perseverar hasta
la muerte. Os lo pido por esas benditas Ánimas, por vuestra Sangre preciosísima
y por los dolores de vuestra afligidísima Madre. Amén.
— Puntos de
Meditación para el segundo día:
1—En
la Concepción de María fabricó Dios Casa, no para otro, que para sí. Piensa si
permitiría, que la poseyese primero, que él, por la culpa Original el Demonio.
2—Quiso
Dios que en su Concepción María fuese Casa para sí solo: pero quiso también,
que fuese para todos los Pecadores refugio segurísimo.
3—¿Cuantas
veces al día te guía tu devoción a este refugio? ¿Cuantas, en vez de acogerte a
él en tus tribulaciones, y trabajos, te alejas del mas, llevándolo todo con
impaciencia, perdiendo con esto principal, y ganancias: Gracia, y
merecimientos? ¿Cuantas acudes á el con pies de plomo, y cortes velocísimas a
Casas peligrosas, y a conversaciones ocasionadas?
ORACIÓN
¡Oh Soberano Artífice! Que en la Concepción de María fabricaste Casa, no para
otro, que para ti y así no es creíble, permitieses, que la poseyese primero,
que tú, por la culpa Original tu capital enemigo el Demonio, y que quisiste
benignísimo, que está tu Casa fuese para todos los Pecadores refugio segurísimo;
yo te alabo, y doy por uno, y otro beneficio infinitas gracias, y convoco las criaturas
todas para lo mismo, y te suplico, me concedas, el que acuda prontísimo en mis
tribulaciones, y trabajos a este refugio, y consiga por este medio, no solo el
ir a gozar de él eternamente en la gloria; sino también el huir las ocasiones
peligrosas, y conversaciones ocasionadas; para que así me libre de caer en el
peor Infierno de todo, que es la culpa. Amén.
—Aquí rezar tres Ave Marías y añadir al fin de cada una:
Gloria Patri y esta breve salutación:
Ave
María Madre de Dios Santísima sin pecado Concebida.
ORACIÓN
Que se ha de decir todos los nueve días.
Oh Purísima Virgen María, que, habiéndote fabricado para Casa tuya, y poniéndote
como tal desde el principio el verdadero Señor de la vida; no pudiste, ni por
un instante, ser poseída del Autor alevoso de la Muerte; que habiendo sido en
tu Concepción plantada, para crecer en Árbol Celestial, cuyo fruto fuese el
Autor mismo de la Gracia; no pudiste jamás tener embebido en la raíz el
infernal humor de la culpa: que habiendo sido concebida, para nobilísima Reina
del Cielo; no pudiste ser, ni por un instante, Esclava infame del Infierno: que
habiendo sido finalmente concebida, para ser ilustre Madre de aquel, que es
esclarecido Padre de las luces; no pudiste ser, ni por un instante, hija
vilísimo del Príncipe de las tinieblas; yo me gozo sumamente de todas tus
prerrogativas, y especialmente de tu Pureza Original, y deseo que Cielo y
Tierra; incesantemente se rcgosígen y te suplico, me alcances, de él que te
hizo tan Pura, especial gracia; para imitarte en la Pureza de la vida; y que no
haya en mi Alma mancha alguna a la hora de mi muerte, que le estorbe pasar
luego a admirar, y alabar para siempre tu Limpieza en aquellos purísimos
Alcázares de la Gloría: donde no entra cosa manchada. Amén.
—Aquí puede añadirse la petición de lo que cada uno desea
conseguir en esta Novena.
Fray Manuel José Murillo,
Religioso de la Orden de San Agustín.
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