domingo, 31 de mayo de 2020

MES DE MAYO… MES DE MARÍA. DÍA TRIGÉSIMO-PRIMERO.





S. S. el Papa Pío VII concedió, el 21de marzo de 1885, y el 18 de junio de 1822, 300 días de indulgencia por cada día a todos los fieles del mundo católico que pública o privadamente honraren en el mes de mayo, a la Virgen Santísima con particulares obsequios, devotas oraciones u otros actos. Indulgencia plenaria por una vez, en el referido mes, en uno de los primeros ocho días de junio el día en que, confesados y comulgados, rogaren al Señor por la Santa Iglesia y demás intenciones de su Santidad.


MODO DE CELEBRAR EL PIADOSO EJERCICIO


Si es posible, se reza la tercera parte del Santo Rosario, con misterios cantados. Después de la Salve.


Por la señal. . .



Acto de contrición. . .



Oración Preparatoria


   Estamos a tus plantas, ¡oh dulce Madre Nuestra! Venimos a admirar tu excelsa dignidad y tus privilegios; a ensalzar tu nombre mil veces bendecido: a estudiar tus virtudes incomparables para alabar a Dios que te llenó de gracias y pedirte tu ayuda misericordiosa a fin de imitarte.

   Queremos recrearnos en tu grandeza, en tu hermosura, regocijarnos en tus bondades, quedar más y más embriagados de tu dulzura y de tu amor.

   Somos indignos de estar en tu presencia; pero eres buena y perdonarás nuestro atrevimiento.

   Si el pecado nos impide llegar hasta tí, aborrecemos el pecado con todo nuestro corazón y lo detestamos con todas nuestras fuerzas.

   Ilumina, purifica, enciende, consuela nuestras almas.

   Tuyas son, te pertenecen, te aclaman y quieren amarte durante toda la eternidad.

   Muéstranos tu vida angelical, tus virtudes, tus excelencias y tus bondades.

   ¡Oh augusta Madre de Dios!, te alabamos, te bendecimos y te glorificamos.

   ¡Oh Madre tierna de los hombres! te suplicamos nos consigas el remedio de todas nuestras necesidades, la gracia santificante y la perseverancia final.

   Queremos vivir sirviéndote, morir amándote y estar en la eternidad cantando en tu comparsa las misericordias del Señor. Amén.







DÍA TREINTA Y UNO (31 de mayo).

 

 

MEDITACIÓN. —MARÍA Y LA SANTÍSIMA TRINIDAD.

 

 

Punto primero. —María fue la hija predilecta de Dios.

 

Padre: jamás alma alguna tuvo mayores gracias y privilegios. Fue Madre de Dios, y por eso ocupa el sitial más alto en dignidad, excelencias y prerrogativas. Fue esposa de Dios; y por lo mismo atesoró virtudes, méritos asombrosos y dones inconcebibles. (Breve pausa.)

 

 

Punto segundo. —En el cielo fue coronada la Virgen por las tres divinas personas. Ven, amiga mía, ven paloma, ven que serás coronada.

   El triple "ven" significa que las tres adorabilísimas Personas, la ensalzaron por encima de todo lo creado. (Breve pausa.)

 

 

Punto tercero. —¿Presentas a la Beatísima Trinidad tus adoraciones, gratitud, homenajes, oraciones y obras por las manos de María? ¿Es ella tu esperanza y consuelo, tu maestra y Señora, tu abogada y madre? (Breve pausa.)

 

 

Fruto. —-Ofrecerse a la Sma. Trinidad por mediación de María.

 

 

Aspiración. —Hija del Padre, Madre del Hijo, esposa del Espíritu Santo, tráeme las gracias de Dios, y llévame a él.

 

 

Lectura. —Las quince promesas que hizo la Santísima Virgen a todos los verdaderos devotos del Rosario.

 

 

1—Quien me sirviere rezando constantemente mi Rosario recibirá cualquier gracia que me pida.

2—Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente rezaren mi Rosario.

3—El Rosario será escudo fortísimo contra el infierno, destruirá los vicios, librará de pecados y abatirá la herejía.

4.—El Rosario hará germinar las virtudes y que las almas consigan copiosamente la misericordia divina, substituirá en el corazón de los hombres el amor de Dios al del mundo y los elevará a desear las cosas celestiales y eternas. ¡Cuántas almas por este medio se santificaron!

5—El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.

6—El que con devoción rezare mi Rosario considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia; se convertirá si es pecador; perseverará en la gracia si es justo; y en todo caso será admitido en la vida eterna.

7—Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los auxilios de la Iglesia.

8—Quiero que todos los que rezan mi Rosario tengan en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y sean participantes de los méritos de los bienaventurados.

9—Yo libro muy pronto del Purgatorio a las almas devotas del Rosario.

10—Los hijos verdaderos de mi Rosario gozaran en el cielo una gloria singular.

11Todo cuanto se pidiere por medio del Rosario, se alcanzará prontamente.

12Socorreré en todas sus necesidades a todos los que propaguen mi Rosario.

13He impetrado de mi Hijo que todos los cofrades del Rosario tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la corte celestial.

14Los que rezan mi Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.

15La devoción del santo Rosario es señal de predestinación a la gloria.

 

(El Beato Alano.)

 

 

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

 

  

   Acuérdate ¡oh piadosísima Virgen María! que jamás se ha oído decir, que alguno de los que han acudido a tu protección, implorado tu auxilio y pedido tu socorro, haya sido abandonado. Animado con esta confianza a tí también acudo, ¡oh Virgen de las Vírgenes!, y aunque gimiendo bajo el peso de nuestros pecados, me atrevo a aparecer ante tu presencia soberana, no deseches mis súplicas, antes bien escúchalas y acógelas benignamente. Amén.

 

 

MES DE MARÍA

Por el Pbro. Cantu Corro. (1918).

 

 

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